La historia del torillo andaluz es la crónica de la destrucción de algunas de las mejores áreas litorales de la Península como consecuencia del avance de la agricultura, el turismo masivo y una mal entendida política forestal. Especie íntimamente ligada a un hábitat reducido y localizado como son los herbazales y matorrales de los arenales costeros del occidente de Andalucía, el torillo ha pasado de ser una especie relativamente común en los comienzos del siglo pasado a ser en la actualidad una auténtica ave fantasma, de la que existen muy pocos indicios ciertos sobre su presencia.
De pequeño tamaño y hábitos extraordinariamente recatados, el torillo es una de las pocas especies en que la hembra exhibe un plumaje más vistoso que el macho, si bien ambos son bastante crípticos. Dominan en su librea los tonos terrosos en el dorso y los cremosos en el vientre. A la altura del pecho presenta una franja rojizo-anaranjada de extensión variable, mientras que en los flancos aparece una serie de
manchas oscuras en forma de V. El aspecto general del torillo, que recuerda al de una codorniz, se caracteriza por sus formas redondeadas y compactas, por la posesión de cortas patas adaptadas para la marcha y por sus alas redondeadas (dibujo 1).
Canto
De pequeño tamaño y hábitos extraordinariamente recatados, el torillo es una de las pocas especies en que la hembra exhibe un plumaje más vistoso que el macho, si bien ambos son bastante crípticos. Dominan en su librea los tonos terrosos en el dorso y los cremosos en el vientre. A la altura del pecho presenta una franja rojizo-anaranjada de extensión variable, mientras que en los flancos aparece una serie de manchas oscuras en forma de V. El aspecto general del torillo, que recuerda al de una codorniz, se caracteriza por sus formas redondeadas y compactas, por la posesión de cortas patas adaptadas para la marcha y por sus alas redondeadas (dibujo 1).
Dónde vive
En el mundo
La especie se distribuye por diversas regiones de África y Asia. Existe una minúscula población repartida en unas pocas localidades del extremo sur de España y el norte de África, cuya presencia —en el caso de la Península— se ha constatado después de que se hubiese considerado extinta a la especie durante décadas. Se han descrito varias subespecies, de las cuales sylvaticus es la que se encuentra en España.
En España
Es extremadamente raro en nuestro territorio, con citas más que probables de presencia en unos contadísimos enclaves de Andalucía occidental situados en las inmediaciones de la desembocadura del Guadalquivir (entorno de Doñana y suroeste de Cádiz).
Desplazamientos
La escasísima población española se considera sedentaria, aunque podría realizar cortos movimientos trashumantes en función de la disponibilidad de alimento.
Población
Existen poblaciones abundantes de torillo en diferentes lugares del mundo, pero en Europa las únicas conocidas son las presentes en el sur de España, donde, dada la dificultad de su detección, no existen datos ciertos sobre su número que, en todo caso, no sería de más de unas pocas parejas. Es difícil establecer, con tan exigua población, cuál es la tendencia poblacional del torillo andaluz, si bien hay que apuntar que se trataba de un ave frecuente en numerosas localidades del sur de España, donde empezó a
escasear —hasta llegar a dárselo por extinguido— a lo largo del siglo XX.
Cómo vive
Hábitat
El torillo es un habitante característico de los arenales costeros con matorrales de mediano o bajo porte, como lentiscos, jaguarzos o palmitos, entre los que se intercalan herbazales y pastizales secos.
Alimentación
Se trata de un ave omnívora, que incluye en su dieta diferentes invertebrados (insectos, caracoles, gusanos), así como brotes y semillas.
Reproducción
Al contrario que la mayoría de las aves, el torillo es una especie poliándrica, es decir, una hembra se empareja con varios machos. Asimismo, es la hembra la que toma la iniciativa en el cortejo; atrae a sus pretendientes con unos característicos reclamos, a la vez que, aposentada en el suelo, levanta la parte posterior del cuerpo y picotea los alrededores. El nido —al que se accede por un corto túnel practicado entre la hierba—
suele emplazarse en lo más espeso del herbazal y es confeccionado también por la hembra; consiste en una depresión del terreno escasamente tapizada, donde deposita tres o cuatro huevos blanquecinos y algo manchados de pardo. La incubación de la puesta, que requiere 12-14 días, corre a cargo del macho. Los pollos son muy precoces y al poco tiempo se desplazan junto a su progenitor entre la hierba y los matorrales (dibujo 2). Son atendidos por el padre durante unos 25 días, trascurridos los cuales completan su desarrollo. A pesar de la escasez de datos, parece que la reproducción puede tener lugar a lo largo de todo el año en función de la
disponibilidad de alimento y las condiciones meteorológicas.
Amenazas y conservación
El principal factor que amenaza la supervivencia del torillo lo constituye la grave destrucción sufrida por su hábitat principal en nuestro territorio, esto es, los herbazales y matorrales costeros, que han sido profunda y radicalmente transformados a lo largo de los últimos tiempos como consecuencia de la implantación de regadíos, de las reforestaciones y de las infraestructuras. Por otro lado, debido a su extraordinario parecido con la codorniz, el torillo debió de sufrir muchas bajas al ser confundido con esta por los cazadores. Esta presión cinegética indirecta pudo ser uno de los motivos principales que llevara a la especie a su delicada situación actual. Para evitar estas confusiones que podrían acarrear más bajas en la exigua población española, desde 2002 se ha prohibido la caza de la codorniz en las zonas andaluzas donde se sospecha que aún podría sobrevivir el torillo. Actualmente, la Estación Biológica de Doñana trabaja en la prospección de
las últimas localidades donde habita la especie con el fin de profundizar en las técnicas de detección de sus efectivos y de establecer las bases de un futuro seguimiento poblacional. El torillo andaluz figura como “En peligro crítico” en el Libro Rojo de las aves de España y como “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
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