La celebración del Día Mundial de los Océanos es siempre un buen momento para reflexionar sobre los avances en conservación de los mares. Y, en clave de celebración, cabe sin duda destacar dos grandes logros del último año, en los que SEO/BirdLife ha jugado un papel importante:

 

 

  • La aprobación de los programas de seguimiento de las Estrategias Marinas de España, una vez cerrada la fase inicial de evaluación y establecimiento de objetivos. Estos programas deberán aportar la información necesaria para evaluar el estado de nuestros mares y guiar las acciones de conservación necesarias para mejorarlo. SEO/BirdLife ha participado activamente en la propuesta de los programas de seguimiento, en coordinación con el Instituto Español de Oceanografía

 

 

Paisaje litoral en el Mar Menor de Murcia

Paisaje litoral en el Mar Menor de Murcia

 

A estos dos logros recientes cabe añadir otros que les precedieron, como la aprobación de la reforma de la Política Pesquera Comunitaria (PPC) y del nuevo Fondo Europeo Marítimo  y de Pesca (FEMP), que ponen como puntal la sostenibilidad de los recursos pesqueros y la conservación del resto de componentes del ecosistema marino. Y, en relación con esta reforma, los primeros pasos hacia la implementación del Plan de Acción europeo para reducir las capturas accidentales de aves marinas, uno de los problemas más graves para este grupo tan amenazado. Estos últimos han sido, precisamente, los logros más bien valorados en el reciente informe de BirdLife Europa sobre el cumplimiento de la  Estrategia 2020 de Biodiversidad de la UE.

Asimismo, en materia de conservación de especies, este año el MAGRAMA coordina la revisión de la Estrategia de Conservación de la pardela balear (Puffinus mauretanicus), así como la elaboración de una nueva Estrategia de Conservación para la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), y dos nuevos Planes de Conservación para las especies de pardelas canarias más amenazadas, la pardela chica macaronésica (Puffinus baroli) y la pardela pichoneta (Puffinus puffinus). También el 2015 el MAGRAMA debe aprobar los programas de medidas de las Estrategias Marinas.

Del papel a la realidad, la asignatura pendiente

Pese a todos estos avances, la biodiversidad en el ámbito europeo va a menos, como resaltaba el citado informe de BirdLife Europa. Y el medio marino no es una excepción. Así por ejemplo, en la también reciente Lista Roja de las Aves de Europa, liderada por BirdLife International, las especies de aves marinas amenazadas o casi amenazadas han pasado de 11 a 24.

 

Pardela cenicienta. © José Manuel Arcos

Pardela cenicienta. © José Manuel Arcos

 

No se debe olvidar que la mayoría de los avances citados están aún en fase de desarrollo, y por lo tanto es esperable un cierto retraso en la acción directa. Así por ejemplo, los nuevos espacios de la Red Natura 2000 aún no cuentan con planes de gestión que garanticen su conservación, si bien existe el compromiso por parte del MAGRAMA de elaborarlos e implementarlos en un plazo de dos años, en el caso de las ZEPA, y de un máximo de seis años en el caso de los LIC.

“Se han hecho avances importantes, pero aún queda mucho por recorrer. El salto de la teoría a la práctica parece un paso arduo en nuestro país, y no podemos bajar la guardia. Debemos conseguir una protección efectiva de nuestros mares, un patrimonio natural único y una fuente de riqueza y bienestar a largo plazo para todas las personas”, afirma Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

El gran problema parece radicar en la escasa implementación de la legislación medioambiental, y detrás de ésta, la escasa financiación, coincidiendo de nuevo con el informe de BirdLife sobre la Estrategia 2020 de Biodiversidad de la UE. La situación se ha agravado en tiempos de crisis.  

Un ejemplo paradigmático es el de la pardela balear, la especie de ave más amenazada de Europa. En los últimos años se ha mejorado substancialmente el conocimiento sobre la especie, sobre todo en su faceta marina, pero las principales amenazas ya se conocían hace 10 años, y quedaron plasmadas en la primera versión de la Estrategia de Conservación de la pardela balear, publicada en 2005. Pero son muy pocas las actuaciones que se han llevado a cabo en relación a ésta desde entonces, y la mayoría han sido a cargo de iniciativas independientes a la administración. La especie se va al garete y ni siquiera se tiene buena información de seguimiento en las colonias para documentarlo, porque no se han dedicado recursos a ello.

 

Pardelas cenicientas fotografiadas sobre el mar al atardecer. ©Juan Bécares-SEO/BirdLife

Pardelas cenicientas fotografiadas sobre el mar al atardecer. ©Juan Bécares-SEO/BirdLife

 

Más allá del desajuste entre la teoría y la práctica, en otros frentes el retroceso en materia de protección del medio marino es incuestionable, amparado por la ley o aprovechando los vacíos o ambigüedades de ésta.

 

Así, la ley de costas ha representado un paso atrás para la protección del litoral y el derecho público frente al privado. Al amparo de ésta, por ejemplo, surgen iniciativas de privatización de dudosa legalidad, como la propuesta de reconvertir los faros de parajes naturales protegidos y altamente sensibles en hoteles de lujo (Tagomago y Sa Conillera en Baleares).

 

Otro tema de gran impacto mediático actualmente es el de las prospecciones petrolíferas, que por el momento quedan interrumpidas en Canarias, pero amenazan ahora a diversos puntos del litoral mediterráneo. En un contexto mundial en el que el modelo basado en la explotación de hidrocarburos está condenado a desaparecer, no tiene sentido que España apueste por poner en riesgo su patrimonio natural y las actividades económicas que de él dependen, todo ello en pro de un dudoso beneficio, al tiempo que veta el desarrollo de las energías renovables y promueve un modelo de consumo energético desenfrenado.

Otro agujero negro en la legislación española hace referencia a las actuaciones ante vertidos de hidrocarburos, como ha puesto de manifiesto la gestión del accidente del pesquero ‘Oleg Naidenov‘, que ha acabado causando un grave vertido en aguas de Gran Canaria. En este caso existe un Plan Marítimo Nacional, responsabilidad de la Administración General del Estado, y las comunidades autónomas deberían contar con de los Planes de Contingencia correspondientes. Pero a la hora de actuar se cometen los mismos errores, especialmente a la hora de ignorar posibles puertos refugio y alejar de la costa embarcaciones accidentadas y con riesgo de provocar vertidos.

En resumen, avanzamos por el buen camino en muchas líneas, pero cuesta pasar del papel a la realidad, y al mismo tiempo retrocedemos escandalosamente en otros frentes. 

 

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