Al enorme incendio de las Hurdes/Batuecas, que lleva ya más de 5.000 hectáreas quemadas; y otros declarados en la Sierra de Béjar y en la Sierra de Dios Padre, hay que sumar el fuego iniciado ayer jueves en el término municipal de Casas de Miravete que ha entrado en el límite del Parque Nacional de Monfragüe. 

El incendio de Monfragüe se sabe que puede haber afectado a 2 nidos de alimoche, otros nidos de águila real, a un territorio de águila imperial y se aproxima a una zona con, al menos, 15 nidos de buitre negro; mientras que en el de Las Hurdes se está viendo seriamente afectada una colonia de 30 nidos de buitre negro. 

El incendio de Casas de Miravete sigue progresando desfavorablemente por el viento y sigue metiéndose por el Parque Nacional de Monfragüe, el frente principal está en la llamada Solana del Coto, una zona de Eucalipto muy seca, donde el fuego avanza rápidamente. De momento se sabe que hay afectados 2 nidos de alimoche, otros nidos de águila real, una zona de campeo de águila imperial. El incendio progresa hacia la zona del rio Tajo donde hay valiosas zonas de monte mediterráneo virgen y al menos 15 nidos de buitre negro con los pollos dentro. Solo un cambio en la dirección del viento y los esfuerzos de los medios de extinción podrían evitar el desastre. Por ello, desde SEO/BirdLife pedimos que la Junta de Extremadura solicite ya un refuerzo de medios al Estado para salvar el Parque Nacional de Monfragüe, que no dude en pedir más apoyo cuanto antes, para tener alguna oportunidad si las condiciones mejoran.  

El mayor incendio comenzó el lunes 11 de julio por la tarde en la comarca cacereña de Las Hurdes y al día siguiente ya se había extendido a Las Batuecas en Salamanca. Casi simultáneamente comenzaba otro incendio en las laderas de la Sierra de Béjar, muy cerca de Candelario, que se extendió rápidamente hacia Extremadura, ante las condiciones desfavorables de viento y temperatura. Finalmente, el miércoles se reactivó un incendio apagado la semana pasada en la Sierra de Dios Padre, junto a Las Hurdes, que complica aún más la situación de los medios de extinción; y desde ayer se ha iniciado el incendio de Casas de Miravete que ha entrado en el Parque Nacional de Monfragüe. 

Este conjunto de incendios está asolando más de 5.000  hectáreas  de zonas forestales y matorral de alta montaña afectando, de acuerdo con el análisis preliminar de SEO/BirdLife, a siete espacios de la Red Natura 2000 que albergan media docena de hábitats de alto valor ecológico protegidos por la normativa de la Unión Europea –y a más de 20 especies de vertebrados, incluyendo buitre negro, cigüeña negra, milano real, alimoche común, águila real, halcón peregrino, azor común, gavilán común, águila calzada, abejero europeo, bisbita campestre, roquero rojo, pico menor, ruiseñor pechiazul, lagartija de las Batuecas o narciso asturiano, entre otras. 

El Buitre negro, el más afectado 

Preocupa especialmente el impacto sobre esta especie con más de 30 nidos en las proximidades de los incendios o ya directamente afectados por los mismos. Se teme la pérdida completa de todos los pollos nacidos este año, dado que los adultos probablemente habrán abandonado la zona ante la magnitud del suceso. El buitre negro cuenta con una población en España que presenta una tendencia positiva en los últimos años, aunque todavía está en la categoría de “Casi amenazada según el Libro Rojo de las Aves; y continúa siendo la mayor población conocida en el continente europeo, último refugio de esta ave carroñera que es además el ave de mayor envergadura de Europa. 

También se están viendo afectadas las poblaciones de alimoche común y de cigüeña negra, otras especies que suelen tener todavía a sus pollos en los nidos, por lo que podrían haber muerto allí por causa del incendio o por el abandono de los adultos. Hay que destacar que se trata de dos especies muy amenazadas, catalogadas a nivel estatal como “Vulnerables” en el Libro Rojo y con poblaciones en declive. 

Apoyo a los bomberos y profesionales que tratan de sofocar las llamas 

Desde SEO/BirdLife manifestamos nuestro más profundo apoyo para el personal profesional que está trabajando para intentar sofocar estos incendios en unas condiciones muy difíciles. Insistimos en la necesidad de adaptar los recursos de gestión de incendios a la nueva realidad derivada del cambio climático y en dedicar recursos a una adecuada prevención, para mantener las masas forestales de los espacios naturales en buen estado de conservación. 

Asimismo, mostramos nuestro apoyo absoluto a las personas que viven en los territorios afectados, a las que han tenido que dejar sus casas y que están viendo como su entorno natural está siendo arrasado por las llamas. 

 

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