La serie histórica sobre la evolución de las poblaciones de aves entre 2004 y 2022, nutrida por los investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), refleja que la mayor parte de las aves acuáticas reproductoras se hallan en una situación preocupante, como es el caso del fumarel común, el porrón pardo, la cerceta pardilla, el aguilucho lagunero o la pagaza piconegra.
De las 22 especies reproductoras analizadas por SEO/BirdLife en un informe, que se ha hecho público hoy, solo 2 muestran una tendencia reproductora positiva entre 2004 y 2022. Y la tendencia positiva es matizable, si se entra en el detalle, como el caso del flamenco común o la malvasía cabeciblanca.
El Parque Nacional de Doñana, especialmente en años con buena pluviometría, ha sido históricamente el refugio al que acudían a reproducirse, cada primavera, las aves acuáticas más amenazadas en esta parte del planeta. Las primaveras prolijas en nuevos pollos de flamencos, cercetas, porrones o aguiluchos laguneros iniciaron un marcado descenso hace 10 años y, desde 2019, muestran una regresión sin precedentes conocidos. Se trata de una nueva señal de alarma sobre el mal estado de conservación de uno de los humedales más relevantes del continente europeo y que ejemplifica la situación general de las zonas húmedas más importantes del país, con otros espacios en situación crítica, como es el caso del Mar Menor, las Tablas de Daimiel, el Delta de l’Ebre o L’Albufera de Valencia.
En el Día Mundial de los Humedales, que se celebra hoy, jueves 2 de febrero, SEO/BirdLife apremia a todas las Administraciones públicas –Gobierno de España, comunidades autónomas y entidades locales- y a todos los sectores productivos que viven de los humedales a actuar de forma conjunta, integral y urgente para salvar Doñana y el resto de los humedales de importancia internacional (conocidos como sitios Ramsar) que acoge España. De ellos, según los últimos datos de la ONG, el 85% se encuentra en mal estado de conservación.
Reproducción de aves bajo mínimos
Cuando la marisma del Parque Nacional de Doñana alcanza sus niveles óptimos de inundación, se reproducen alrededor de 50 especies de aves acuáticas, algunas tremendamente amenazadas como la cerceta pardilla y la focha moruna, dos taxones en situación crítica. Además, las buenas primaveras posibilitan la formación de colonias de miles de garzas, cigüeñas, moritos, espátulas o flamencos, sin olvidar a rapaces características de estos entornos, como el aguilucho lagunero.
La serie histórica sobre la evolución de las poblaciones entre 2004 y 2022, nutrida por los investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), refleja que la mayor parte de las aves acuáticas reproductoras se hallan en una situación preocupante. Estos son algunos de los ejemplos más llamativos:
– El fumarel común y el porrón pardo no crían desde 2018 y se las considera desaparecidas, como reproductoras, del parque nacional.
– La cerceta pardilla, en peligro crítico de extinción, continúa con una tendencia negativa. En 2022 solo se han contabilizado 13 parejas reproductoras. Esta especie era ubicua en la antigua Doñana, con centenares de parejas, tanto que se la conocía como la reina de la marisma y formaba parte de la gastronomía local.
– En 2005 se llegaron a contar 36 parejas de aguilucho lagunero occidental. No se ven pollos volantones (aquellos que llegan a poder volar del nido) desde 2016. En cuanto a los adultos, en 2021 se vieron tres parejas. En 2022, ninguna.
– La pagaza piconegra, un ave habitual en la Península en época estival, solía concentrarse en Doñana en la primera década del siglo XXI, superando el millar de parejas. En los últimos nueve años, solo se han visto dos parejas.
De las 22 especies reproductoras analizadas por SEO/BirdLife en un informe, que se ha hecho público hoy, solo 2 muestran una tendencia reproductora positiva entre 2004 y 2022. Y la tendencia positiva es matizable, si se entra en el detalle:
– Los flamencos comunes reflejan efectivamente una tendencia positiva, pero muy lejos de los excelentes datos de 2004, donde llegaron a contarse 13.000 parejas y llegaron a volar 3.500 pollos. Esos datos, si se atiende a la serie 2004-2022, son un espejismo. Ninguna pareja de flamenco llegó a establecerse en 2008, 2009, 2010, 2012, 2014, 2015, 2016, 2019, 2020, 2021 y 2022.
– La tendencia positiva de la malvasía cabeciblanca, un inconfundible pato buceador que, en el caso de los machos, presenta cabeza blanca y pico de color azul brillante, también sufre desaceleración. De las 20 parejas censadas en 2019 se pasó a 9 en 2020. En 2021, por primera vez desde 2004, no se reprodujo. En 2022 lo lograron cuatro parejas.
Amenazas de las aves reproductoras de Doñana
La contaminación, la alteración de los hábitats por el crecimiento desordenado de la agricultura de regadío y la mala gestión de la ganadería extensiva, la caza ilegal, el impacto dela depredación de nidos principalmente por jabalíes, pero también a causa de zorros, perros o ratas y, por supuesto, el cambio climático forma parte de las amenazas que explican esta regresión en la reproducción. En función de cada taxón, la principal amenaza varía.
“La primavera silenciosa que estamos sufriendo en Doñana responde a un conjunto de problemas, de diversa tipología y alcance: desde la grave y amplia problemática derivada de la gestión del agua en la zona a cuestiones mucho más fáciles de resolver, como el uso público de determinadas zonas, cambios en el manejo de las especies, acuerdos con propietarios y una gestión de la ganadería basada en criterios ecológicos. Lo que está claro es que para subir el volumen de la marisma esta y las próximas primaveras es preciso abordar este conjunto de problemas de forma coordinada e integral, de la mano de todas las Administraciones, de los sectores productivos y con la más que necesaria participación de las comunidades locales que viven en, por y de Doñana”, explica el responsable de la Oficina Técnica de Doñana de SEO/BirdLife, Carlos Davila.
“Como en la mayoría de las cuestiones ambientales, lo que le pasa a Doñana, y al conjunto de los humedales Ramsar de nuestro país, puede resolverse con la voluntad y el acuerdo de todas las partes. En el caso de Doñana, el marco de actuaciones propuesto por el Gobierno, si bien llega tarde, supone un punto de partida esperanzador para las primaveras, y para el resto de las estaciones del parque nacional. Toca pasar del papel al terreno, y en esto no vale solo la apuesta de una parte: es preciso que todos los actores, públicos y privados, trabajen al unísono ya. De este año, no puede pasar”, añade la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.
De este año no puede pasar
La situación de Doñana no es un caso aislado. El 85% de los humedales de relevancia internacional en España, una lista que incluye también al Mar Menor, L’Albufera de Valencia, el Delta de l’Ebre o las Tablas de Daimiel, se encuentra en un estado de conservación preocupante (18% estado moderado, 29% pobre y 38% muy pobre). Esta es la información que maneja SEO/BirdLife y que ofrece una radiografía similar a la del año pasado.
Lo que ha cambiado respecto a 2022, y de manera significativa, es el marco para activar la conservación y recuperación de los humedales. Este año, además del marco de acción específica para Doñana y otro plan de actuación para el Mar Menor, los humedales y cuentan con un plan estratégico hasta 2030 y con financiación proveniente de los fondos de recuperación.
Por eso, y siguiendo el lema que ha fijado la Convención Ramsar, -la Convención Relativa a los humedales de Importancia Internacional y organizadora del Día Mundial de los Humedales, SEO/BirdLife defiende que “es la hora” de conservar y recuperar las zonas húmedas en nuestro país.
La hoja de ruta para salvar los humedales en 2030 debe activarse de forma ambiciosa este mismo año. Solo quedan siete años. Si, como señala el plan estratégico impulsado por el Gobierno, se quiere conseguir que en 2030 ningún humedal protegido (de la Red Natura 2000, Ramsar o Espacio Natural Protegido) haya empeorado su estado de conservación, y que al menos el 50% lo haya mejorado o, al menos, muestre una decidida tendencia positiva, todas las Administraciones públicas -Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos- deben ponerse ya manos a la obra.
Y hay retrasos palmarios, que vienen desde 2007. Es el caso del Inventario Español de Zonas Húmedas, que 15 años después sigue sin concluirse (faltan 9 comunidades autónomas por entregar su información) y de la formalización del Catálogo Español de Hábitats en Peligro de Desaparición, un listado similar al catálogo de especies amenazadas que viene amparando desde hace años la acción de conservación para salvar especies como el lince ibérico o el águila imperial ibérica. Según el análisis de SEO/BirdLife, ya hay información suficiente para que este catálogo se inaugure con un primer hábitat en peligro: las lagunas costeras, que engloban a Mar Menor, Doñana, las albuferas de Valencia o Mallorca y el delta de l’Ebre, entre otras.