Ocupa ambientes forestales comparables a los del papamoscas cerrojillo, que abarcan bosques con claros (de robles, hayas y otros árboles caducifolios), bordes de bosques, bosques adehesados, huertos y jardines.

Consume insectos y otros artrópodos, a los que atrapa típicamente en vuelo.

Realiza nidos en forma de copa y los emplaza en el interior de huecos de árboles, muros o edificios. La puesta típica consta de cinco a siete huevos.

Posee un área de cría relativamente reducida, la cual se extiende sobre el centro y este de Europa, desde el noreste de Francia hasta Rusia, y desde las islas suecas del Báltico hasta las montañas de Italia y el norte de los Balcanes. Tiene sus cuarteles de invierno en África, principalmente en Tanzania, Malaui, Zambia y Zimbabue.

A diferencia de otros paseriformes centroeuropeos, y en particular el papamoscas papirrojo, esta especie apenas da lugar a registros otoñales en el oeste de Europa, donde no suelen detectarse aves más que en primavera, generalmente machos. No obstante, ello pudiera deberse sobre todo a las dificultades existentes para distinguir en los plumajes de otoño a este papamoscas del cerrojillo.

Según datos obtenidos del III Atlas de las aves en época de reproducción en España, en nuestro país son 85 las observaciones homologadas hasta 2018. La mayor parte de ellas se produjeron entre abril y mayo, y casi siempre en le levante peninsular y el archipiélago balear.