Buitre leonado
Gyps fulvus
Desde que los antiguos pobladores de la Península Ibérica se hicieron ganaderos hasta nuestros días, el buitre leonado ha estado estrechamente ligado a las actividades pastoriles del hombre, realizando una eficaz, aunque a veces incomprendida, labor sanitaria. Neciamente perseguido durante décadas, este carroñero entró en un peligroso declive del que, relajada la presión, se recuperó de forma espectacular, hasta el punto de que, de forma puntual, varias Comunidades Autónomas han participado en planes de reintroducción de la especie en diferentes países donando ejemplares.
CAT / Voltor comú
GAL / Voitre común
EUS / Sai arrea
ENG / Griffon Vulture
Especie abundante y de amplia distribución territorial que, una vez evaluada, se considera fuera de las categorías con mayor grado de amenaza.
Escucha su canto:
Buitre leonado
Gyps fulvus
Información
Accipitriformes
Accipitridae
95-110 cm
230-265 cm
Identificación
El buitre leonado es una rapaz inmensa e inconfundible, dotada de excelentes adaptaciones para la detección y el consumo de carroñas de gran tamaño.
Con más de 2,5 metros de envergadura y un peso de 6-9 kilos, este carroñero es una de las aves más voluminosas de Europa y también una de las más longevas.
Apenas existe dimorfismo sexual en cuanto a tamaño y diseño. Las aves adultas tienen una coloración general pardo-grisácea, con las regiones dorsales algo más pálidas, en contraste con las rémiges oscuras, mientras que las ventrales son de tonos marrones y pueden aparecer sutilmente listadas con un tono más claro (dibujo 1). Los juveniles, por su parte, son de color marrón rojizo, más oscuro que en los adultos, y poseen un plumaje compuesto por plumas lanceoladas con finas estrías claras, que son renovadas progresivamente por otras de perfil redondeado.
Visto de cerca, en el aspecto del buitre leonado llaman la atención varios detalles morfológicos en la cabeza y el cuello, como el poderoso pico, la característica gola de plumas y el largo y desplumado cuello, cubierto tan solo por un fino plumón, que se adapta perfectamente a la exploración del interior de los cadáveres. Es precisamente en esta zona anatómica de la rapaz donde se pueden apreciar con mayor facilidad las diferentes edades de las aves. Así, los buitres adultos tienen el pico de color hueso, la gola blanca y algodonosa, el plumón de la cabeza claro y el iris de color amarillento o ambarino, mientras que los ejemplares juveniles lucen una gola muy patente y desflecada, compuesta por largas plumas lanceoladas de color rojizo, y tienen el iris y el pico negros (dibujo 2).
A medida que transcurren los años, los buitres leonados van pasando por diferentes plumajes intermedios, en los que, progresivamente, adquieren la librea del adulto, cosa que sucede cuando cuentan con siete u ocho años.
Visto en vuelo, el buitre leonado ofrece una silueta inconfundible, con las alas largas y anchas ligeramente en “V” y una reducida cola. También en estos momentos se pueden diferenciar las edades de las aves, ya que los adultos (dibujo 3) tienen, comparativamente, la cola más corta que los juveniles (dibujo 4) y el borde posterior del ala más recto, mientras que estos lo presentan aserrado.
Canto
Es un ave silenciosa salvo en las disputas por las carroñas o por los mejores emplazamientos en posaderos y dormideros, cuando emite una larga serie de sonidos guturales y bufidos.
Dónde vive
En el mundo
Se trata de una especie de distribución bastante amplia, que ocupa el suroeste y sureste de Europa, el noroeste y sur de África, los Balcanes, Turquía, Arabia, Irán, Afganistán, Pakistán y norte de la India.
Se han descrito diferentes subespecies.
En España
Como nidificante, esta rapaz se distribuye por la mayoría de las cadenas montañosas, con excepción del sector más occidental de la Cordillera Cantábrica y la mayoría de las sierras litorales del Mediterráneo, así como por llanuras con cortados fluviales de cierta entidad.
Se reparte de forma más continua en regiones con predominio de los sustratos calizos, aunque también existen excelentes áreas de cría en emplazamientos silíceos.
El grueso de la población se concentra en Aragón y Castilla y León fundamentalmente, así como en Andalucía, Navarra, Castilla-La Mancha y Extremadura. Falta, sin embargo, en Galicia, Canarias, Ceuta y Melilla.
En Baleares se ha asentado una pequeña colonia, debido a que en 2008 un bando de cientos de buitres fue arrastrado desde Murcia por una fuerte tormenta con vientos de suroeste. Algunos ejemplares se quedaron en Mallorca y se tiene constancia de la primera reproducción en 2012. En 2021 se censaron 21 parejas.
A pesar de la distribución antes expuesta, el buitre leonado, que es un ave capaz de realizar enormes desplazamientos, suele aparecer habitualmente en lugares donde no se reproduce en busca de alimento o constituyendo agrupaciones temporales en enclaves con abundancia de recursos.
Los individuos de esta rapaz carroñera que habitan la Península forman parte de la subespecie fulvus, que se reparte por el norte de África, Europa y parte de Asia.
Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha del buitre leonado en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.
Más información
Consulta el siguiente enlace para ampliar la información sobre esta especie.
Invernada fuerte
Invernada floja
Estival
Residente
Desplazamientos
Se trata de una especie residente en la Península, capaz de acometer desplazamientos de notable radio en busca de alimento. No obstante, los ejemplares jóvenes realizan habitualmente importantes movimientos dispersivos y erráticos por toda la Península y llegan, incluso, a cruzar hasta el norte de África. El estrecho de Gibraltar registra importantes movimientos de buitres leonados en octubre y noviembre, así como entre abril y mayo.
Población
En la Lista Roja Europea de Aves 2021 la población reproductora europea se estima entre 69.600 y 89.400 ejemplares maduros, con tendencia creciente.
Las poblaciones de esta carroñera sufrieron importantes declives en la primera mitad del siglo XX como consecuencia del veneno y la persecución directa, pero desde la década de 1960 la recuperación fue rápida y se pasó de las 2.283-3.240 parejas estimadas en 1979 a las 7.529-8.074 parejas calculadas para 1989; una década después, las cifras se duplicaron, quizá en parte como consecuencia de la mejor cobertura alcanzada en los censos más recientes.
Actualmente, el contingente español supone más del 90% de las aves europeas. En 2018 la población de buitre leonado se estimaba en 30.946 parejas.
La mayoría de los efectivos se concentra entre Aragón (4.832 parejas) y Castilla y León (7.489 parejas), donde se encuentra la mayor colonia conocida en el Parque Natural Hoces río Duratón, con 730 parejas asentadas en 2018.
Cómo vive
Hábitat
El buitre leonado se instala en cortados rocosos en época reproductora, ya sea en zonas de montaña —donde alcanza los 2.000 metros de altitud— o en cañones fluviales. No obstante, quizás debido al crecimiento poblacional, en las últimas décadas cada vez son más frecuentes los nidos situados en árbol.
Independientemente del nicho de reproducción estricto, es muy frecuente en numerosos ambientes que utiliza como áreas de alimentación, especialmente los más abiertos, como mosaicos agropecuarios y zonas agrícolas con presencia de ganado.
Alimentación
Se trata de una especie netamente carroñera y especializada en el consumo de grandes ungulados, tanto silvestres como domésticos, razón por la cual se encuentra muy ligado a las actividades pastoriles del hombre (dibujo 5).
Actualmente, también frecuenta con asiduidad vertederos, donde obtiene abundantes restos.
Reproducción
Es una especie colonial, que suele agruparse para criar en números elevados, a veces de varios cientos de parejas.
El nido se sitúa, generalmente, en repisas y cuevas de cortados rocosos, aunque también se puede ubicar en un árbol. En este último caso, suele emplazarse sobre un nido antiguo de buitre negro o águila imperial. En ciertas zonas, donde la densidad de buitre leonado es alta o la disponibilidad de cortados escasa, ocupa con frecuencia nidos de otras especies rupícolas, como el alimoche común, el quebrantahuesos, el águila real, el águila perdicera y la cigüeña negra.
Cuando la pareja de buitres leonados acomete directamente la construcción del nido, emplea palos, paja, lana y otros materiales, para conformar una somera plataforma, de no más de 20-30 centímetros de altura, de la que quedará poco una vez que finalice el periodo reproductor.
Todavía en invierno, los buitres leonados se entregan a frecuentes vuelos de cortejo para reafirmar los lazos de pareja, que son muy intensos y se mantienen de por vida.
La puesta suele acontecer muy tempranamente, entre mediados de enero y mediados de febrero, y consta de un solo huevo de color blanco, en ocasiones moteado ligeramente.
La incubación se prolonga durante 48-54 días y de ella se ocupan ambos sexos de forma bastante equitativa. El cuidado del único pollo supone una larga dedicación por parte de los adultos, que tendrán que alimentarlo durante los 110-115 días que supone su largo desarrollo e, incluso, algún tiempo más, hasta que a finales del verano o comienzos del otoño pueda valerse por sí mismo. A pesar de todo, con 80-90 días el joven buitre ya se desplaza por la repisa y hasta se permite volar cortas distancias, sin que ello suponga que ha alcanzado la madurez suficiente como para dejar el nido.
Meses en los que se puede ver la especie en España
Amenazas y conservación
Especie abundante y de amplia distribución territorial que, una vez evaluada, se considera fuera de las categorías con mayor grado de amenaza.
El buitre leonado está incluido como especie reproductora en la Lista Roja de las Aves de España, con la categoría de LC – Preocupación Menor.
También figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Sin embargo, no está incluido en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Debido a su espectacular recuperación demográfica, el buitre leonado no cumple actualmente los criterios para ser asignado a ninguna categoría de amenaza. Sin embargo, el repunte de la execrable práctica de envenenar los campos y la legislación sobre el tratamiento de los cadáveres y restos del ganado doméstico suponen graves amenazas para la especie a medio plazo.
Además del veneno y la escasez de alimento en algunas regiones, se enfrenta a otros problemas, como las bajas sufridas en parques eólicos, los accidentes en tendidos eléctricos y las perturbaciones en las colonias de cría.
Para seguir contando con una saludable población de buitres leonados, dado su actual número bastaría con esforzarse en mantener un control del estado de la especie mediante censos periódicos, así como con atajar radicalmente el uso ilegal de venenos y con adoptar algunas medidas tendentes a flexibilizar tanto la legislación referida al tratamiento de restos de animales domésticos, como a la relacionada con la gestión de vertederos y muladares.