La zona calcinada es hábitat de lince ibérico y de numerosas especies de aves como el milano real y la curruca rabilarga, declaradas “En peligro”, la culebrera europea, el chotacabras cuellirrojo o el alcaraván.
Los incendios de Almonte y Bonares, en Doñana, han afectado a unas 1.700 hectáreas de un elevado porcentaje de la Red Natura 2000, concretamente a la ZEC “Doñana Norte y Oeste”. En la zona se encuentran aproximadamente unas 77 especies de vertebrados terrestres amenazados como el lince ibérico.
Además, se trata de una zona especialmente importante para la herpetofauna, un grupo faunístico que se ve muy afectado debido a su baja capacidad para huir de las llamas. Entre ellos se encuentra la culebra de herradura, culebra de escalera y de cogulla, sapo común y sapo corredor.
Entre las aves afectadas hay que destacar la curruca rabilarga y el milano real, declaradas “En Peligro” en el Libro Rojo de las Aves de España; el chotacabras cuellirrojo, en estado “Vulnerable”; la culebrera europea; o el alcaraván. Y respecto a flora amenazada, el área calcinada contaba con buenas poblaciones de, entre otras, Armeria gaditana, Armeria velutina y Euphorbia baetica.
Hábitats de gran valor ecológico
Hay que destacar que prácticamente en un 80% ha afectado a un hábitat de interés comunitario, una zona de dunas de vegetación esclerófila de Cisto-Lavanduletalia (formaciones arbustivas que constituyen el matorral de sustitución de los enebrales, sabinares y pinares de las dunas maduras o una etapa de evolución avanzada de las dunas grises o terciarias). Además, se ha visto afectado por el incendio el hábitat de matorrales áridos y semiáridos, que aquí son vaguadas con lentiscar en el seno del monte blanco y, en menor medida, otros hábitats de interés comunitario de dunas y arenas litorales.
Según Carlos Davila, técnico de SEO/BirdLife en Doñana, “se ha visto afectada una zona de la Red Natura 2000 de un gran valor ecológico y hemos revivido las sensaciones del terrible incendio de 2017. Muchas personas del entorno de Doñana se han visto afectadas por los efectos del fuego. Agradecemos a los equipos de extinción de incendios forestales su increíble labor y señalar nuevamente que hemos de adaptarnos a una nueva situación climática, donde las altas temperaturas, fuertes vientos y baja humedad generan incendios de sexta generación de enorme intensidad y poder destructivo”.
Adaptarse a la nueva realidad climática
SEO/BirdLife hace un llamamiento a los responsables de la gestión del territorio, comunidades autónomas, los servicios de apoyo del Gobierno de España y los cabildos y ayuntamientos, para poner en marcha medidas de prevención urgentes que se ajusten a la nueva realidad climática.
El cambio climático está ampliando el periodo en el que, por altas temperaturas, sequías, tormentas y vientos, el riesgo de incendios se convierte en crítico. La ONG pone de manifiesto que es preciso adaptar las políticas y los recursos destinados a desarrollar labores preventivas que eviten que los incendios se produzcan y que si lo hacen no se desarrollen con tanta virulencia. Un espacio natural en buen estado de conservación y con una adecuada gestión durante todo el año es clave para prevenir y minimizar los peores estragos del fuego, y puede ser fundamental para hacer frente a grandes incendios, los llamados incendios de sexta generación.
Además, es fundamental que ante un desastre de estas características se desarrollen las medidas y actuaciones necesarias para que las labores de restauración de las áreas incendiadas de implementen lo antes posible, garantizando los medios económicos y humanos necesarios.
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