Una colonia de más de una veintena de nidos de golondrina común quedará protegida en los Montes de Toledo.

Las golondrinas del Santuario del la Virgen de la Sierra, en Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, pueden volar tranquilas. A su regreso, como es habitual cada mes de marzo, encontrarán en su sitio sus hermosos nidos de barro, tal como los dejaron al marchar a finales de agosto a tierras africanas.

 

A esto se ha comprometido la Archicofradía, que vela por el mantenimiento de la ermita y su precioso patio: a cuidarlos y evitar que esos nidos sean destruidos, como ha ocurrido en alguna ocasión. Todo ello ha sido posible gracias a la acción de SEO/BirdLife que ha trasladado a la Junta Directiva de la Archicofradía la necesidad de velar por la protección de estas aves y sus nidos, destacando además los múltiples beneficios ambientales que estas aves insectívoras generan.

 

Vista parcial del patio del Santuario de la Virgen de la Sierra, donde actualmente se asienta una colonia reproductora de más de una veintena de nidos de golondrina común. Autor: SEO/BirdLife

 

Y es que la golondrina común es una especie protegida por la legislación vigente, que prohíbe expresamente dañar, molestar o inquietar intencionadamente a los animales silvestres (art. 55.4 Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad). Por tanto, cualquier método encaminado a molestar, dañar, ahuyentar esta especie o a eliminar sus nidos está totalmente prohibido y sancionado.

 

Un atractivo turístico

El precioso patio del santuario, con soportales y corredores, alberga desde hace cuatro décadas a varias familias de golondrina común, formando una colonia actual de más de una veintena de nidos, ubicados entre las tiseras, correas y vigas de madera. Gracias a la buena disposición de la Archicofradía ante la petición de SEO/BirdLife, la ya consolidada colonia de golondrina seguirá embelleciendo y alegrando este singular espacio, visitado cada año por miles de personas, no solo de Castilla-La Mancha, sino de toda España.

 

Uno de los nidos de golondrina ubicados en los soportales y corredores del patio del santuario. Autor: SEO/BirdLife

 

No en vano, la observación de estas aves es un gran atractivo para los visitantes que acuden a este conocido paraje, por lo agradable, emocionante y hermoso que resulta mirar y escuchar estas aves, observar sus nidos y ver cómo crían a sus polluelos. Del mismo modo, sus nidos, se integran armónicamente con la estética y el color del patio, siendo un elemento decorativo más que enriquece esta singular construcción manchega.

 

Los vecinos del patio instalan protectores en las cortinas durante los cinco meses que las golondrinas pasan allí. De esa manera se facilita la convivencia de la especie con las personas. Autor: SEO/BirdLife

“Tampoco hay que olvidar el marco natural donde se ubica el santuario, en un valle, en la sierra de la Calderina (Montes de Toledo), orientado al sur, con espectaculares vistas a las Tablas de Daimiel y Villarrubia, y a la dehesa de Zacatena, donde anualmente invernan varios millares de grullas. Ambos ecosistemas, sierra y humedal, declarados Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), dentro de la Red Natura 2000, conviven separados por escasos kilómetros, siendo, todo el conjunto, un escenario magnífico para impulsar iniciativas de turismo ornitológico. El santuario, puede ser, sin duda, uno de esos atractivos, y un modelo a seguir de integración y convivencia con una de nuestras especies comunes más cercanas y apreciadas”, explica Beatriz Sánchez, responsable del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.

 

Golondrina, una especie aliada

La golondrina común es una de las especies que mejor representa la convivencia entre seres humanos y aves. Es difícil ver golondrinas en lugares donde no hay gente y su presencia en lugares habitados es un indicador de que hay una buena salud ambiental, lo que repercute positivamente en la salud de las personas.

 

Además, debido a su dieta insectívora, las golondrinas y otras aves, como los aviones comunes y los vencejos, actúan como insecticidas naturales. Una sola golondrina consume unas 850 moscas y mosquitos al día, lo que representa unos 150 gramos de insectos diarios por individuo; o lo que es lo mismo, 310.250 moscas-mosquitos anuales que equivalen a 55 kilos de insectos al año. Un insecticida natural y gratuito que no genera efectos tóxicos.

 

Los beneficios ambientales de la golondrina común, como indica este infografía, son evidentes. Autor: SEO/BirdLife

 

Debido al uso de insecticidas o la destrucción de su hábitat la población de golondrina en España muestra un descenso superior al 30% de ejemplares en el periodo 1998-2018, lo que significa que en esos años han desaparecido más de 10 millones de golondrinas. Similares tendencias a la baja experimentan otras especies como el avión común, el vencejo o común o el gorrión.

 

Esta colaboración entre de SEO/BirdLife con una institución religiosa pone de manifiesto la necesidad de crear confluencias a todos los niveles por el cuidado del patrimonio natural de todos. Más aún, en este caso, cuando el propio Papa Francisco en su encíclica Laudato Sí, sobre el cuidado de la casa común (la Tierra) pone el énfasis en la obligación del ser humano de respetar y cuidar la naturaleza y todas las formas de vida del planeta (plantas y animales).


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