Según un estudio publicado en Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife, las hembras de flamenco común presentan una coloración más intensa en el plumaje y una mejor condición corporal que los machos, un indicador de los mayores requerimientos biológicos que exige la reproducción a las hembras.

Este trabajo, realizado por investigadores de la EBD-CSIC y la Agencia de Medio Ambiente y Agua de la Junta Andalucía ha sido fruto del estudio y seguimiento durante casi cuatro años en las marismas del Odiel (Huelva) y en Veta la Palma (Sevilla), humedales que los flamencos usan como sitios de alimentación.

 

Un estudio publicado en Ardeola: International Journal of Ornithology, la revista científica de SEO/BirdLife, ha despejado algunas interesantes incógnitas acerca de la coloración rosada del flamenco común. En primer lugar, los autores han determinado que las hembras son más coloridas y con una condición corporal mejor en comparación a los machos, así como que los individuos están en mejor condición física en unos humedales que en otros.  

Por tanto, los autores demuestran que la condición corporal en el flamenco común guarda una relación directa con la coloración del plumaje, así como la interacción de ambas variables con el sexo y el sitio de alimentación.  

Los flamencos presentan dimorfismo sexual en tamaño, siendo los machos mayores que las hembras. Pero, si generalmente en las aves con dimorfismo sexual los machos son más vistosos que las hembras, ¿a qué se debe que las hembras de flamenco sean más coloridas que los machos? Juan A. Amat, investigador de la Estación Biológica de Doñana-CSIC y autor principal del estudio, responde así a raíz de los datos obtenidos: “En conjunto, los resultados sugirieron que las hembras tendrían una necesidad mayor que los machos para señalizar la calidad individual (de ahí la mayor pigmentación en las plumas), probablemente porque ellas asumen dentro de la época de reproducción unos costes mayores que los machos, de forma que las hembras ‘de baja calidad’ podrían limitar severamente el éxito de cría. Además, la coloración del plumaje podría señalizar el estatus individual en las zonas de alimentación a lo largo del año”. Y es que los flamencos pueden ausentarse entre seis y nueve días desde su sitio de cría viajando a humedales que distan entre 120 y 400 km para encontrar alimento de calidad con el que cebar a su cría. Pero las hembras ceban a los pollos con más frecuencia que los machos, es decir hacen más viajes entre el sitio de cría y el de alimentación, de forma que este periplo solo pueden realizarlo bajo un óptimo estado físico, y la tonalidad rosa intensa durante el periodo previo a la puesta del huevo es un indicador de buena condición corporal y de que son capaces de asumir los costes que supone la cría. De esta forma, los machos que se emparejan con hembras más coloridas tendrían una mejor garantía de la cría exitosa de su pollo. 

 

Flamencos sobrevolando el Mar Menor ©Thomas Holbach

 

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la EBD-CSIC y de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, del Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca Sostenible, realizaron el estudio en dos humedales, Veta la Palma (Sevilla) y las marismas del Odiel (Huelva). Desde noviembre de 2003 a marzo de 2006, observaron y registraron con telescopios datos de la coloración del plumaje de los individuos de flamenco que, posteriormente, fueron detalladamente analizados.  

  

La alimentación tiñe su plumaje 

 No puede entenderse el color rosa de los flamencos sin los carotenoides, unos pigmentos que los animales no pueden sintetizar y que sólo pueden obtener a través de la dieta. Estos se relacionan, tal y como describe el artículo, con una buena calidad ambiental de los hábitats donde se alimentan y con la capacidad de adquirir alimentos de calidad. 

Este color rosáceo lo adquieren a través de la alimentación –explica Juan A. Amat– que contiene unos pigmentos llamados carotenoides y que se encuentran en proporción variable en las presas que ingieren. De ellos, el más frecuente que se fija tanto en plumas como en patas es el cantaxanteno”. Además, añade una curiosidad: “para realzar el colorido durante los períodos de cortejo, los flamencos se maquillan el plumaje utilizando pigmentos depositados en las secreciones uropigiales, que restriegan sobre la superficie de las plumas”. Se trataba de una suposición que por primera vez fue confirmada por Amat y su equipo en un artículo científico publicado en 2011. De hecho, si no usan con cierta frecuencia este tipo de cosmético sobre las plumas, el color del plumaje se desvanece, tal y como el mismo grupo investigador puso de manifiesto en otro artículo científico en 2021 

Juan A. Amat también añade: “El estudio puede tener aplicaciones prácticas. La estimación de la condición corporal a través del método propuesto se podría fácilmente usar en programas de seguimiento a medio y largo plazo, para determinar cambios en la calidad de los humedales que usan los flamencos.” 

 

Flamenco rosa por Roy Buri CC

Flamenco común. Autor: Roy Buri CC

Un pico exclusivo 

Aunque su singular pico puede darle un aire grotesco, responde a un diseño ergonómico perfectamente diseñado para lograr una alimentación eficiente. El flamenco no picotea para conseguir su comida, sino que con su cabeza sumergida en el agua utiliza su pico como un tamiz. De esta manera, insectos, larvas, pequeños crustáceos, moluscos, anélidos, microalgas y protozoos son filtrados gracias a las laminillas presentes a lo largo del borde del pico, mientras el agua es expulsada con la lengua. Dado que los flamencos se alimentan con la cabeza hacia abajo, para facilitar la captura de presas la mandíbula que es móvil es la inferior, al contrario que en otros grupos de aves. 

Otra interesante conducta en esta especie es la cría en colonias, que reúnen a cientos o miles de parejas. A partir de final de febrero-abril construyen los nidos, muy próximos unos de otros, en islotes de humedales con aguas someras, que les mantienen a salvo de predadores terrestres. Estos nidos, hechos generalmente de barro, con forma de cono truncado, alcanzan un diámetro 40-60 centímetros, hasta medio metro de altura y un peso que puede superar los 50 kg. La hembra deposita en ellos un huevo, que es incubado por ambos progenitores durante unos 30 días. 

Los pollos permanecen algunos días en el nido, pero a los 7-10 días lo abandonan para  agruparse en “guarderías”, mientras los progenitores se alejan de la colonia en busca de alimento.  Estos son alimentados con una papilla segregada en el aparato digestivo de los padres. Transcurridos unos 70 días, los pollos ya están emplumados y al cabo de poco más de tres meses abandonan la colonia.  

 

Flamenco enano (más rosado) junto a uno común ©José Luis Arroyo Matos

El flamenco en España

Existen seis especies de flamenco en el mundo, aunque la especie presente en España como reproductora es el flamenco común. El flamenco enano, que procede de África y ocasionalmente visitaba los humedales ibéricos, ya ha dejado de ser ‘rareza’ y en los últimos años en la laguna de Fuente de Piedra se han reproducido 1-2 parejas de esta especie.  

En el conjunto de su área de distribución se estima una población de 700.000-900.000 individuos, de los que unos 135.000-165.000 ejemplares se asientan en humedales del Mediterráneo occidental (según estimaciones de 2009-2014). En España, la población reproductora varía según los años en función del nivel hídrico de los escasos humedales en donde cría, pero en años favorables se han llegado a estimar hasta 26.000 parejas reproductoras. La principal colonia de cría se localiza en la laguna malagueña de Fuente de Piedra, que acoge más de la mitad de las parejas reproductoras del país y es una de las más importantes del Mediterráneo. Otras colonias, de asentamiento más reciente y menor entidad, se sitúan en el delta del Ebro y en las marismas de Doñana y del Odiel. Lugares como El Hondo o las salinas de Santa Pola y Torrevieja (Alicante) y la laguna de Pétrola (Albacete) albergan núcleos menores de cría cuando las condiciones son óptimas. La población reproductora en España muestra una tendencia positiva desde la pasada década de los años setenta, tras años de seguimiento y manejo de la especie.  


Más información 

Amat, J.A., Garrido, A., Rendón-Martos, M., Portavia, F. & Rendón, M.A. (2022). Plumage coloration in Greater Flamingos Phoenicopterus roseus is affected by interactions between foraging site, body condition and sex. Ardeola, 69: 219-229. https://doi.org/10.13157/arla.69.2.2022.ra3 

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