En el Día Internacional de las Montañas, que se celebra el próximo 11 de diciembre, queremos llamar la atención sobre el descenso de algunas especies de aves de montaña en Europa por el cambio climático y los usos del suelo. Especies como la alondra común o el roquero rojo tienen declive en sus poblaciones en España.
Este año, la campaña de la ONU del Día Internacional de las Montañas, se centra en el importante papel que desempeñan las mujeres en la protección del medio ambiente en estas zonas bajo el lema Las mujeres mueven montañas.
Hacemos una llamada de atención sobre la necesidad de proteger estos entornos que también sufren las consecuencias por el cambio climático o la gestión del territorio por parte de las personas. Es el caso del descenso de las aves de montaña, que según los datos del programa Sacre, de Ciencia Ciudadana, muestran un declive poblacional en especies de pequeño tamaño y relativamente comunes como la alondra común y el roquero rojo. Pero también está documentado el declive de otras mucho menos estudiadas y escasas como el gorrión alpino y el acentor alpino.
Se trata de un tipo de hábitat con unas condiciones climáticas muy duras y las especies ligadas a este medio están especializadas en sobrevivir en situaciones climáticas extremas. Son 17 las especies de aves que tienen la mayoría de su población reproductora a grandes altitudes y todas están incluidas en el Listado Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (excepto la alondra común) y algunas de ellas en alto grado de amenaza como el mochuelo boreal, el lagópodo alpino o la perdiz pardilla.
Además, casi todas ellas se encuentran en las categorías más altas de grado de amenaza en el último Libro Rojo de las Aves de España. Entre ellas destacan algunas que el 100% de su población se encuentra en estas zonas: mochuelo boreal, gorrión alpino, acentor alpino, chova piquigualda o treparriscos. La mayoría de ellas sufren declives importantes en sus poblaciones, todas tienen poblaciones pequeñas y su distribución es muy restringida.
“Sus necesidades climáticas y de hábitat son tan especiales y están sufriendo tantas alteraciones en los últimos años debido al cambio de temperaturas y el correspondiente cambio en la estructura de la vegetación, además de nuevas pistas de esquí e infraestructuras para el turismo de montaña donde viven que se prevé un drástico declive en sus poblaciones en los próximos años”, señala Juan Carlos del Moral, coordinador de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife.
Las mujeres mueven montañas
Las montañas albergan la mitad de la reserva de la diversidad biológica del mundo. Además, suministran agua dulce para más de la mitad de la humanidad. Su conservación resulta clave según recoge el Objetivo 15 de los ODS.
Sin embargo, se encuentran fuertemente amenazadas por el cambio climático y la sobreexplotación. A medida que los glaciares de montaña se derriten, los habitantes de las alturas —entre los más pobres del mundo— afrontan mayores dificultades para sobrevivir a causa de los desastres naturales.
A todo ello hay que sumar el hecho de que dicho derretimiento, a una velocidad sin precedentes, amenaza el suministro de agua dulce de millones de personas. Este problema es cosa de todos. De ahí que debamos reducir la huella de carbono y cuidar este tesoro natural, recuerda la ONU en este 11 de diciembre.
En estas zonas de condiciones climáticas extremas las mujeres desempeñan un papel fundamental para la protección del medio ambiente y el desarrollo social y económico en las zonas montañosas. Suelen ser las principales administradoras de los recursos de las montañas, guardianas de la biodiversidad, custodias de la cultura local y expertas en medicina tradicional en muchas partes del mundo.
La variabilidad climática en constante aumento, a la par que la falta de inversión en la agricultura de montaña y el desarrollo rural, han inducido a los hombres a emigrar hacia otros lugares en busca de medios de vida alternativos según reconoce la ONU y la FAO. Por ello, las mujeres que habitan en las montañas han asumido nuevas funciones, con la diferencia de que ellas, muy a menudo, sufren la falta de poder de decisión y el acceso desigual a los recursos.
Como agricultoras, vendedoras en mercados, empresarias, artesanas, emprendedoras y líderes comunitarias, las mujeres y las niñas de las montañas, en particular en las zonas rurales, tienen el potencial de ser importantes impulsoras del cambio en muchas partes del mundo. Cuando las mujeres rurales tienen acceso a recursos, servicios y oportunidades, se convierten en una herramienta clave contra el hambre, la desnutrición, la pobreza rural en las economías de las montañas.
El Día Internacional de las Montañas 2022 y su tema «Las mujeres mueven montañas» es una oportunidad para promover la igualdad de género y, por tanto, contribuir a mejorar la justicia social, los medios de vida y la resiliencia.