En el marco del Proyecto Libera ponemos en marcha una campaña para crear conciencia y sensibilizar de las amenazas que sufren las aves marinas, con la pardela balear como protagonista, a través de unas ilustrativas láminas realizadas con el apoyo de la Fundación Reina Sofia.

 

Las marinas son el grupo de aves más amenazado a nivel global. Más de un tercio de las 365 especies conocidas se encuentran amenazadas, y en conjunto sus poblaciones han disminuido un 70% en los últimos 70 años. En España, la pardela balear tiene el dudoso honor de abanderar su causa.

Se trata de una especie que solo nidifica en las Islas Baleares, y como tal es la única especie de ave marina endémica de España. Cría en colonias, en pequeños islotes y acantilados inaccesibles, que visita durante la noche. Es un ave longeva, que puede vivir más de 35 años –conoce la historia de Quimera, la pardela balear– pero se reproduce lentamente (en los años que cría, solo pone un huevo).

Se alimenta principalmente de pequeños peces pelágicos como la sardina y el boquerón, aunque también puede capturar otras presas, y a menudo aprovecha los descartes de la pesca.

 

 

Durante la cría, los adultos hacen viajes de cientos de kilómetros para buscar alimento, mayoritariamente en las aguas del levante ibérico y Catalunya, pero también alcanza las costas del norte de África y el Golfo de León. Tras la reproducción, a partir de junio, abandona el Mediterráneo y pasa los meses de verano y principios de otoño en las costas atlánticas europeas.

Su población, estimada en apenas 3000 parejas, se encuentra en declive, debido a una mortalidad demasiado elevada. Al ritmo actual, se prevé que se extinga en menos de 60 años.

 

¿Cuáles son las principales amenazas de la pardela balear?

 

Entre sus amenazas podemos mencionar:

 

  • Interacciones con la pesca: La principal causa de mortalidad de la especie, y como tal su principal amenaza, son las capturas accidentales o bycatch. Trabajar en colaboración con los pescadores es esencial para minimizar este impacto que nadie quiere. Además, la reducción de presas por sobreexplotación pesquera también puede tener un impacto negativo sobre la especie.

 

 

  • Especies invasoras: Las pardelas son muy sensibles a la depredación de huevos, pollos y -sobre todo- adultos por parte de depredadores terrestres, como gatos y ratas. Originalmente las colonias de cría estaban libres de estos depredadores, que llegaron de la mano del hombre a islas e islotes.

 

 

  • Urbanismo y desarrollo litoral: Reduce la disponibilidad de lugares adecuados para criar, y las luces de ciudades y pueblos en la costa, sobre todo grandes instalaciones como industrias, campos deportivos y otros, causan desorientación a los pollos.

 

 

  • Infraestructuras y contaminación marina: La creciente proliferación de infraestructuras, como plataformas petrolíferas y aerogeneradores, puede provocar colisiones y otros impactos. Por ser costeras y muy gregarias, son especialmente sensibles a los derrames de hidrocarburos, pues un evento de este tipo puede afectar a la vez a cientos de aves. La basuraleza también afecta gravemente a las pardelas, que pueden enredarse con residuos plásticos, redes de pesca abandonadas, o ingerir plásticos mientras se alimentan.

 

 

  • Cambio climático: Les afecta de diversas formas, al alterar la distribución de sus presas y aumentar la frecuencia e intensidad de temporales.

 

 

 

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