La comarca de La Serena, situada en el noreste de la provincia de Badajoz, es una joya natural que destaca por su riqueza ecológica y paisajística. Limita con las provincias de Córdoba y Ciudad Real, y forma parte de la extensa penillanura pacense.
Este vasto territorio, caracterizado por su relieve llano rodeado de sistemas montañosos, alberga una gran variedad de hábitats, destacando los agroesteparios. Los ríos Zújar y Guadalemar son un importante refugio de vida para este espacio natural junto a los embalses de La Serena y Zújar, que marcan los límites de esta comarca.
La Serena, con una superficie de más de 148.000 hectáreas es reconocida como Zona de Especial Conservación (ZEC) dentro de la Red Natura 2000, destacando por su diversidad biológica y su importancia para la conservación de hábitats como el 6220* Zonas subestépicas de gramíneas y anuales del Thero-Brachypodietea. También es una Zona Especial de Protección para la Aves (ZEPA), debido a la gran cantidad de especies de avifauna que alberga, esteparias en las zonas llanas, acuáticas en los grandes humedales y rupícolas en las sierras aledañas.
SEO/BirdLife trabaja desde 2021 en el proyecto Agroestepas Ibéricas en la ZEPA La Serena y Sierras Periféricas con el objetivo de ofrecer a la administración un modelo consensuado con el sector agrario de buenas prácticas en ambientes agroesteparios, para ser integrado en las políticas de agricultura y desarrollo rural, beneficiando las buenas prácticas, compensando los servicios ecosistémicos y haciendo compatible la gestión agraria con la biodiversidad de estas áreas.
Entre las aves esteparias más representativas se encuentran la avutarda, el sisón, la ganga, la ortega y el aguilucho cenizo, que encuentran en estos hábitats semiáridos un lugar idóneo para vivir. Las aves acuáticas, como el ánade rabudo y el porrón moñudo, encuentran refugio en los embalses, siendo la ZEPA del embalse de La Serena un lugar clave para su invernada.
Hábitats prioritarios y especies en peligro
En La Serena se encuentran algunos de los hábitats más representativos de la península ibérica, como las zonas subestépicas de gramíneas y los estanques temporales mediterráneos, esenciales para la biodiversidad de la región. Además, acoge a especies en peligro de extinción como el jarabugo, un pez endémico de la cuenca del Guadiana, y la marsilea batardae, una planta acuática extremadamente sensible a las alteraciones de su hábitat.
Otra especie emblemática es el Narcisus cavanillesii, un narciso endémico del suroeste ibérico que se encuentra en el Arroyo del Campo dentro de La Serena. La preservación de estos hábitats es crucial para la supervivencia de estas especies.
Un paisaje lleno de vida
Además de sus llanuras, La Serena también incluye una serie de sierras periféricas como la Sierra de Castuera, Sierra de la Rinconada y Sierra del Torozo, que dotan al paisaje de una riqueza geográfica adicional. En estas sierras habitan rapaces rupícolas como el águila real, el águila perdicera y el alimoche, que utilizan las áreas rocosas para nidificar y las llanuras para cazar.
El uso agrícola y ganadero, tradicionalmente basado en la cría de ganado ovino, ha sido intensificado en las últimas décadas, lo que plantea retos para la conservación de este frágil ecosistema. Por ello, es fundamental implementar medidas de gestión que aseguren la sostenibilidad de estos usos sin comprometer la integridad ecológica del área.
La Serena es un ejemplo perfecto de cómo la interacción entre el ser humano y la naturaleza puede, y debe, ser gestionada de manera sostenible para preservar tanto la biodiversidad como las actividades económicas tradicionales. Como el mayor espacio protegido de Extremadura, es un verdadero santuario para la fauna y flora ibérica, y un destino imprescindible para los amantes de la naturaleza.
Más información: http://extremambiente.juntaex.es/files/AnexoV/25_PG_LaSerena.pdf