Tras el balance realizado por el Gobierno y comunidades autónomas sobre el primer año de ejecución de la PAC, reconocemos que se ha avanzado en medidas. Los ecorregímenes favorecen al medio ambiente, pero son insuficientes y algunas de sus condiciones dificultan la puesta en práctica por los agricultores.
Tras la reunión del órgano de coordinación del Plan Estratégico de la PAC (PEPAC), el Gobierno y las comunidades autónomas publicaron su balance sobre el primer año de aplicación de la nueva PAC, concluyendo “que la combinación de la condicionalidad reforzada, los ecorregímenes y los compromisos agroambientales de desarrollo rural, han supuesto un avance significativo en la ambición medioambiental de la nueva PAC”. Esta conclusión está basada en el número de solicitudes de los ecorregímenes por parte de los agricultores y en el número de solicitudes de producción ecológica, que han superado en mucho las previstas.
Desde SEO/BirdLife consideramos que, para evaluar el impacto en los objetivos ambientales de la PAC, aparte de la superficie acogida a las distintas medidas, también hay que tener en cuenta el impacto potencial de las medidas diseñadas y establecer sistemas de seguimiento y evaluación del efecto real sobre la conservación de la biodiversidad. Y, tanto en el diseño de las medidas como en la evaluación de su impacto, hay margen de mejora y mucho camino que recorrer.
La biodiversidad, la gran olvidada en el PEPAC
Uno de los principales objetivos estratégicos de la Política Agracia Común es “detener e invertir el proceso de pérdida de biodiversidad, mejorar sus servicios ecosistémicos y conservar los hábitats y paisajes”. Mas allá de su alineamiento con los propósitos de la Agenda 2030 y las estrategias “De la Granja a la Mesa” y “Biodiversidad 2030”, incrementar la biodiversidad de los campos de cultivo y recuperar sus servicios ecosistémicos es un objetivo imprescindible para mejorar el nivel de vida de los agricultores y mantener viva la economía rural de la UE. Sin embargo, atendiendo al diseño final de los ecorregímenes y de las intervenciones de desarrollo rural, así como de los datos de acogida de este primer año, consideramos que aún estamos lejos de avanzar en el cumplimiento de los objetivos de biodiversidad de la PAC.
Un único ecorregimen mal adaptado y pagado
Aunque algunos otros objetivos pueden tener beneficios indirectos, sólo existe un ecorrégimen destinado específicamente a la mejora de la biodiversidad: Agroecología: Espacios de Biodiversidad. Un ecorrégimen inicialmente diseñado para tierras de cultivo y que se extendió a cultivos leñosos sin adaptarlo a las evidentes diferencias agronómicas y paisajísticas que hay entre ambas tipologías. Esto, entre otras causas, ha podido contribuir a su escasa acogida en cultivos leñosos, también importantes para la conservación de la biodiversidad, por su extensión (los cultivos leñosos ocupan más de 5 millones de hectáreas en España) y por su distribución en el punto caliente de biodiversidad más importante de Europa, la cuenca mediterránea.
Si a estas limitaciones para su implementación y efectividad, unimos la mucho menor dotación económica, el bajo éxito de esta medida es un resultado lógico. De hecho, según los datos del Ministerio de Agricultura, para los dos únicos ecorregímenes a los que los agricultores pueden adherirse en cultivos leñosos (sólo puede solicitarse uno de ellos), en Andalucía –la comunidad con mayor superficie de este tipo de cultivos–, del total de superficie acogida a ambos ecorregímenes, más del 97% de la superficie se ha acogido al de cubiertas herbáceas o inertes, frente a menos del 3% que hizo lo propio en espacios de biodiversidad. Y, aunque en el conjunto nacional, mejora un poco, se queda aún en un 80% y 20% respectivamente.
Por su parte, en el caso de los pastizales, la acogida ha sido aún más testimonial. De más de 6,5 millones de hectáreas que han solicitado alguno de los ecorregímenes disponibles para pastos y pastizales, tan sólo 85.000 hectáreas se han acogido a las prácticas asociadas a la biodiversidad (casi todas en pastos húmedos). Es destacable que estas cifras suponen una acogida del 80% sobre la superficie total de pastos y pastizales existentes en España, siendo la orientación productiva con más participación en estas ayudas, lo que puede reflejar la necesidad de apoyo del sector de la ganadería extensiva, y el posible efecto positivo de estos nuevos esquemas para la viabilidad del sector. Sin embargo, las condiciones asociadas a los pagos por pastoreo extensivo tampoco garantizan el beneficio para la biodiversidad.
Para los cultivos herbáceos, las cifras son algo distintas. Cuentan con una acogida más equilibrada entre las prácticas de rotación (en el ecorrégimen de agricultura de carbono y agroecología) y espacios de biodiversidad, con unos 5,5 y 2,4 millones de hectáreas respectivamente. Sin embargo, esto significa que menos del 25% de la superficie de tierras arables totales ha aplicado las prácticas de biodiversidad, y por debajo de la superficie declarada como barbecho en los últimos años.
Por otro lado, también ha habido un aumento significativo de la superficie que aplica siembra directa, otro de los ecorregímenes disponibles, sobre el que ya hemos manifestado en reiteradas ocasiones su desacuerdo por ir asociado al uso de herbicidas y, por tanto, ser incoherente con los objetivos que justifican estas ayudas, siendo de nuevo la biodiversidad la que sale perdiendo.
La situación es variable por comunidades autónomas, algo relacionado con el distinto peso de la PAC y las principales orientaciones productivas en cada una de ellas. Pero los ecorregímenes adolecen también, condicionando su potencial acogido, de unas cuantías que vuelven a ser mayores para los cultivos más productivos, con base en el concepto de “lucro cesante”, arrastrando así el menor nivel de apoyo a través de las ayudas directas para las explotaciones más extensivas o con menores rendimientos, que se ven atrapadas así en un bucle de escasa rentabilidad.
Combinar ecorregímenes: clave para la conservación
Es evidente que la implantación de cubiertas herbáceas, la rotación de cultivos, los barbechos y la ganadería extensiva, bien manejados, pueden tener efectos muy positivos sobre la biodiversidad, pero si se combina con un incremento de la complejidad paisajística el potencial es aún un mayor. Consideramos necesario, por tanto, crear espacios de flora y fauna que hagan de fuentes de biodiversidad para que el resto de las actuaciones tengan un impacto significativo en la recuperación de especies. De hecho, la combinación de ambos factores es determinante para recuperar biodiversidad en los cultivos y superficies agrarias. Así, se ha demostrado científicamente, por ejemplo, en los estudios de la Universidad de Jaén y el CSIC en el proyecto LIFE Olivares Vivos: combinar el incremento de espacios de biodiversidad con la gestión de las cubiertas herbáceas redunda en un potencial de más del 33 %.
Por ello, hemos solicitado que se permita pedir varios ecorregímenes y, en particular, que el de espacios de biodiversidad sea compatible con todos los demás para que resulten realmente efectivas sobre este objetivo ambiental y contribuyan a mejorar la rentabilidad de las fincas. En cualquier caso, el rediseño del ecorrégimen de Agroecología es imprescindible. Es necesario diferenciar los requisitos exigidos entre tierras de cultivo y cultivos permanentes (leñosos), así como dedicarle una adecuada dotación presupuestaria.
Biodiversidad ausente también en las Intervenciones de Desarrollo Rural
En SEO/BirdLife también consideramos que las agroambientales tampoco incluyen suficientes opciones para contribuir a los objetivos de biodiversidad, con pocas medidas dirigidas a este fin o con escasos presupuestos asignados. Igualmente, no se ha integrado de manera adecuada la importancia de la Red Natura 2000 en este nuevo PEPAC, sin apenas apoyos específicos para los agricultores en estas zonas. En relación con esto último, hemos solicitado en numerosas ocasiones un complemento adicional, además de la prioridad en la concesión de las ayudas para las explotaciones en Natura 2000.,
En este análisis, consideramos que la valoración de los resultados no puede quedar en números de superficie y solicitudes. Como establece la Declaración Ambiental Estratégica del PEPAC, es imprescindible seguir los efectos de las medidas respecto de los objetivos de impacto pretendidos, y establecer adecuados sistemas de indicadores y evaluación, también en materia de biodiversidad.
Proyectos para una sostenibilidad generalizada y rentable
Toda esta llamada “arquitectura verde” de la PAC (condicionalidad, ecorregímenes, y agroambientales) tiene un gran potencial y ha supuesto un cierto avance respecto del periodo anterior, al menos en teoría. Pero que se convierta en una realidad en el campo requiere mucha más ambición en su aplicación y acompañamiento a los agricultores. Para contribuir a ello, desde SEO/BirdLife hemos iniciado proyectos para demostrar con acciones reales que esa transición hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles y rentables es posible, y aprender a traducir la experiencia en políticas públicas que la acompañen. Así, además del proyecto LIFE Olivares Vivos, la organización está desarrollando otros como Secanos Vivos, o el LIFE Agroestepas Ibéricas, además de numerosos acuerdos y proyectos más pequeños en diversos tipos de producciones, como olivares, cítricos, vacuno de leche o frutales.