DECÁLOGO PARA UNA TRANSICIÓN ENERGÉTICA COHERENTE CON LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA
- La transición energética es urgente ante un escenario de emergencia climática
planetaria. Y más, en países vulnerables como España. Las energías renovables
(eólica y solar, fundamentalmente) jugarán un papel importante a corto y medio
plazo, dado su grado de madurez tecnológico. Sin olvidar el ahorro y la eficiencia. La
energía más sostenible es la que ni se produce, ni se consume. - La transición energética debe ser modélica en tiempo y forma. No basta un simple
trasvase de fuentes energéticas fósiles a fuentes renovables. Se requiere un cambio
de modelo social, territorial y económico profundo, que Será posible con:
investigación, planificación, regulación y diálogo. Los aspectos sociales y
ambientales deben incorporarse plenamente en la planificación del despliegue de las
renovables a corto y medio plazoy, al mismo tiempo, es crucial la investigación a
medio y largo plazo sobre nuevas fuentes de energía limpia y modelos de consumo
alternativos y de futuro, que reduzcan de forma drástica la demanda y con ello, la
necesidad de incrementar la potencia instalada. - Una gestión política responsable debe incluir en la discusión a todos los actores
implicados y ofrecer reglas claras tendentes a minimizar el impacto ambiental y
maximizar el beneficio social. - La reflexión sobre el dónde y el cuánto es decisiva para garantizar la sostenibilidad
de la transición energética. El desarrollo de las renovables debe respetar el
patrimonio natural y la biodiversidad en todas las fases de su vida útil, incluyendo su
desmantelamiento. Para ello, es esencial una planificación territorial vinculante, que
garantice la exclusión de las áreas de alto valor y priorice la ocupación de espacios
ya degradados y antropizados. Asimismo, se debe extender el uso de buenas
prácticas ambientales y sociales por parte de los promotores. Se necesitan también
estrategias que primen el ahorro energético y la generación distribuida, frente al
actual modelo centralizado en grandes instalaciones lejos de los grandes núcleos de
población. - La investigación sobre nuevas fuentes, modos de uso, ahorro energético y
conservación de la biodiversidad es en la actualidad un campo de oportunidades
abierto y de desarrollo dinámico. La evaluación continua de los avances en ciencia
es esencial a corto, medio y largo plazo. En España hay grupos punteros que pueden
generar ideas innovadoras. - El proceso debe ser transparente. La sociedad civil debe conocer cómo se está
organizando y planificando el despliegue de estas energías en el conjunto del
territorio español, así como en qué estado de la tramitación se encuentran la
totalidad de las iniciativas y qué potencia representan sobre el objetivo a cumplir
establecido en el PNIEC 2021-2030. Sin transparencia el rechazo social puede frenar
el ritmo de la transición energética sostenible y resiliente que la sociedad necesita. - La transición energética no debe dejar a nadie atrás y debe ser justa con las zonas
afectadas por la descarbonización. Del mismo modo, acabar con la pobreza
energética es central en las democracias contemporáneas. Promover un acceso
justo y equitativo a estas tecnologías es un reto social a conseguir. - La transición energética será modélica si alcanza a todo el sistema energético.
Además, el proceso de planificación debe tener presente también el futuro. De ahí
que, reversibilidad, flexibilidad, mejora del conocimiento y seguimiento del impacto
real sean claves en todo el sistema energético. - La transición energética debe ir más allá de la mera producción de energía
renovable. Estas tecnologías no sólo modifican los paisajes físicos y biológicos, sino
también los paisajes económicos, industriales, e incluso los emocionales. Deben ser
pensadas no sólo como agentes generadores de energía, sino como promotores de
espacios de gestión diversos y descentralizados que pueden dar lugar a nuevas
ruralidades más resilientes. Así, pueden contribuir a poner freno al proceso de
despoblamiento del medio rural y promover la creación de empleo auténticamente
verde y de calidad. - La transición energética es cosa de todos. No podemos delegarla o reducirla a las
necesarias iniciativas de las empresas energéticas. La ciencia debe avanzar y la
sociedad en su conjunto debe ser un actor principal -informado y formado- del
cambio de modelo energético, lo que se traducirá en una reconfiguración de la
demanda hacia modelos más sostenibles y de menor consumo. La democratización
del nuevo modelo energético es la única garantía de éxito real.
Más información: Renovables Responsables – SEO/BirdLife
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