Por Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife

Editorial publicado en el nº 38 de la revista Aves y naturaleza

Queridas socias y socios, pajareras y pajareros, ciudadanos y ciudadanas de aquí y de allá,

Toca despedir una década en SEO/BirdLife y decir adiós a nuestro programa estratégico 2013-2022, una hoja de ruta que, bajo el lema “Contagiamos Naturaleza”, ha permitido que, por fin, el medio ambiente esté en la agenda política y social. Un logro colectivo alcanzado junto a otras muchas organizaciones, instituciones y, por supuesto, la ciudadanía. Una década de conversaciones, negociaciones y explicaciones. Teníamos que convencer. Naturalizar la sociedad era darle alas a la gente.

A todas nosotras y nosotros.

Toca agradecer. En esta década –los de los pájaros en la cabeza, pero con los pies en tierra–, hemos alcanzado pequeñas y grandes metas junto a muchos y muchas en la bandada. Logros locales, nacionales e internacionales. Hemos aleteado sin descanso para salvar especies y espacios. Lo hemos hecho en el campo, en la ciudad, en las instituciones, y de la mano de todas las generaciones que conformamos nuestra sociedad. Hemos llegado hasta la ONU: gozar de un medio ambiente limpio, saludable y sostenible ha sido reconocido como un derecho humano universal más.

Toca celebrar. Acabamos de lograr tener un lugar propio en el “Diccionario de la lengua española”. Hemos dignificado el verbo “pajarear” que, hasta ahora, significaba –además de cazar pájaros–, andar vagando, sin trabajar u ocuparte en cosa útil.

Que se sepa. Ninguna pajarera, ningún pajarero anda vagando sin rumbo. Por eso no nos permitimos caer en la autocomplacencia. La realidad es así de tozuda: seguimos perdiendo aves y naturaleza y, por tanto, derechos. Nos quedamos sin tiempo.

Toca saludar a una década crucial en nuestra misión y, con ella, a una nueva estrategia 2023-2032 en SEO/BirdLife que, bajo el lema “ReVivimos Naturaleza”, será la década de la acción frente a la conversación. De la demostración como explicación.

El tiempo de los peros ya ha pasado. Ha llegado el momento del cómo. De hacerlo para conseguirlo.

No podemos perder ni un segundo más escuchando palabrerías. Permitidme que convierta esta tribuna en un telegrama.

Tecla de telégrafo. Autor: Gordon Johnson en Pixabay

 

No es un capricho de estilo: el telégrafo se convirtió en la primera red mundial de comunicaciones con un lenguaje común en todo el mundo, el código Morse. Desde mediados del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX, el telegrama era la forma de comunicar de manera rápida temas de trascendencia a los cinco continentes. Desde conflictos bélicos hasta cambios en los sistemas de gobierno. Así fue, por ejemplo, en 1977, en las primeras elecciones de la democracia en España. Los resultados se comunicaron por el servicio telegráfico y todos los morsistas trabajaron aquella noche.

En el siglo XXI, el telegrama se sigue utilizando y suele enviarse en situaciones especiales en las que es sumamente importante comunicar algo de manera oficial. Su uso otorga seriedad, formalidad y legalidad al mensaje. A día de hoy, gobiernos y jefes de Estado mandan telegramas para felicitar por una buena noticia, expresar condolencias ante desgracias y ofrecer ayuda. El telegrama se mantiene, por su institucionalidad y su valor legal, como prueba judicial ante un tribunal.

Queridas socias y socios, pajareras y pajareros, ciudadanos y ciudadanas de aquí y de allá,

Casualmente, en 1854, 100 años antes de la fundación de SEO/BirdLife, se envió el primer telegrama en España con el discurso de apertura de las Cortes de Isabel II.

Causalmente, en 2022, 100 años después del nacimiento de BirdLife International –la primera Federación Mundial de Conservación de la Naturaleza–, queremos enviar un telegrama urgente a la sociedad de los cinco continentes para la próxima década.

La invención del telégrafo lo cambió todo, desde la información a la economía. Conectó al mundo, forjó causas sociales comunes. Hoy el mundo necesita volver a conectarse para librar, probablemente, la más importante de las causas comunes: nuestra propia supervivencia. A golpe de telégrafo, convirtiendo el código Morse en el código ambiental universal, es momento de actuar:

“Urge unión y acción ambiental mundial. STOP.
Poner a salvo la humanidad. STOP. Solución. STOP.
Revivir naturaleza. STOP. Reclama tu derecho. STOP.
Paz, justicia y equidad en juego. STOP. Nos quedamos sin tiempo. STOP. Y FIN”.

Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife

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