El estudio, publicado en Ardeola: International Journal of Ornithology, evalúa si las medidas de la PAC española abordan los requerimientos de las aves agrarias de forma completa, parcial o nula, y pone en evidencia que las medidas estatales y autonómicas para desplegar políticas que favorezcan la conservación de las aves no están integradas.

 

Reducir el declive de las aves agrarias es uno de los objetivos de las medidas de la Arquitectura Verde de la Política Agraria Común (PAC), concretada en el Plan Estratégico español de la PAC 2023-2027 (PEPAC). Un equipo de investigación liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha evaluado las propuestas españolas para cumplirlo. Esta investigación, publicada hoy en Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife, pone de manifiesto que las medidas adoptadas tendrían una efectividad potencial media de entre el 31% y el 42% en función de la comunidad autónoma y el tipo de cultivo, en las aves. Según el estudio, estos resultados podrían mejorarse sustancialmente con modificaciones concretas del plan.

España alberga la mayor diversidad de aves agrarias de la Unión Europea, y el conocimiento sobre sus respuestas a las prácticas agropecuarias se ha revisado recientemente. Esto ha permitido comprobar en qué medida el PEPAC incorpora este conocimiento en la evaluación previa de su efectividad potencial. El PEPAC incluye 204 medidas cuyo objetivo es favorecer a las aves, cuatro de nivel nacional para su aplicación por la mayoría de los agricultores y con objetivos muy generales de mejora de los paisajes agrarios, y 200 medidas de desarrollo rural propuestas por cada comunidad autónoma para tipos concretos de cultivo, y con objetivos más específicos como por ejemplo la mejora del hábitat de las aves esteparias amenazadas.

“Detrás del declive de las aves agrarias está el deterioro de los ecosistemas en los que viven. Por lo tanto, si aplicamos medidas que permitan que estas especies prosperen estaremos mejorando la situación ambiental de todo el ecosistema, porque es el deterioro del entorno lo que está detrás del declive de las poblaciones”, explica la investigadora especializada en ecología del paisaje Elena D. Concepción.

Las cuatro medidas nacionales – prohibición de la quema de rastrojos y labrado de pastizales, mantenimiento de franjas sin cultivar en las orillas de medios acuáticos, y mantenimiento de entre un 4% y 7% de cada campo sin cultivar o en barbecho– se concretan en pagos a la mayoría de agricultores, y alcanzarían una efectividad entre el 50% y el 60%. Las medidas de desarrollo rural, como las medidas específicas para conservar grupos de aves, mantenimiento de usos tradicionales, o apoyo a los colmenares, tendrían eficacias muy variables, entre el 0% y el 50% según tipos de cultivo. En promedio no alcanzarían el 30% en ninguna comunidad autónoma. Combinando los resultados nacionales y regionales se obtienen los resultados finales que van, en función de cada comunidad autónoma, desde el 31% al 42%.

Olivar tradicional en los Montes de Toledo. Autor: A. Carretero

 

“El escaso uso de la evidencia científica para el diseño del PEPAC refleja una baja ambición ambiental y compromete su eficacia para alcanzar sus objetivos”, alerta Mario Díaz, investigador del MNCN. Un objetivo clave para mantener paisajes agropecuarios adecuados para compatibilizar la producción agrícola con la salud de los ecosistemas es cumplir que al menos un 10% de estos paisajes consistan en áreas no cultivadas, necesarias para el descanso de la tierra y la conectividad entre ecosistemas. “Pese a su relevancia y la relativa sencillez de su implementación, el Plan Estratégico español no garantiza este objetivo”, se lamenta el investigador Pablo Pérez Pozuelo.

“Para solucionar estos problemas se debería integrar los elementos de la arquitectura verde –condicionalidad, ecoregímenes y medidas de desarrollo rural–, teniendo en cuenta los diferentes niveles en los que se organiza el gobierno del país, para promover paisajes complejos o en mosaico en los que convivan las zonas de cultivo con espacios seminaturales. “En resumen, hay que integrar el conocimiento científico y valorar, más allá de la producción, los servicios ecosistémicos que proveen los ecosistemas agrarios y que nosotros hemos concretado valorando la situación de las aves”, apunta Concepción.

“Lo que se desprende de este análisis es que la efectividad de las medidas que se están implementando será probablemente baja, pues su correspondencia con las necesidades de conservación de las aves agrarias es escasa. Además, la falta de integración entre los diferentes niveles gubernamentales dificulta sacar el máximo partido a los elementos de la arquitectura verde para alcanzar los objetivos comprometidos por España para justificar los fondos aportados por la PAC”, concluye Díaz.

El equipo responsable de esta evaluación coordina la plataforma Temática Interdisciplinar AGRIAMBIO y es dentro de este marco desde el que se ha realizado el estudio.


ARTÍCULO

Pérez Pozuelo, P., Concepción, E.D. Azcárate, F.M., Bota, G., Brotons, L., García, D., Giralt, D., López-Bao, J.V., Mañosa, S., Morales, M.B., Navarro, A., Olea, P.P., Peco, B., Rey, P.J., Seoane, J., Suárez-Seoane, S., Schöb, Ch., Tarjuelo, R., Traba, J., Valera, F. y Díaz M. (2024). Ex ante evaluation of a multi-level governance CAP strategic plan for farmland bird conservation. Ardeola, 72: 49-64. doi: 10.13157/arla.72.1.2025.ra4

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