Durante estos meses de verano numerosos voluntarios y voluntarias del proyecto Followers han realizado un seguimiento muy especial de esta especie tan emblemática de los campos segovianos.  Saúl Arranz nos lo cuenta en primera persona en un entretenido blog.

 

Delimitando un nido de aguilucho cenizo. ©Proyecto Followers

Delimitando un nido de aguilucho cenizo. ©Proyecto Followers

 

Nos dividimos en grupos de varias personas, y con silla, sombrilla, telescopio, prismáticos en mano y agua, mucha agua (o cerveza), nos plantamos en el punto de observación previamente asignado a otear el horizonte en busca de aguiluchos durante dos horas. Esta era la tarea más dura pues muchos días ni siquiera vimos un solo aguilucho, y el tremendo calor no ayudaba.

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Pero no nos dábamos por vencidos; ni siquiera la mayor tormenta del verano en Segovia pudo con nosotros (bueno, con algunos sí que pudo). Cuando veíamos que una hembra se posaba en mitad del campo de cereal, comenzaba a hervir el entusiasmo, pues su comportamiento nos llevaría directamente al nido. Una vez fijado el telescopio en ese punto, llamábamos a Jorge Remacha, integrante del grupo local SEO-Segovia de SEO/BirdLife, que acudía para intentar entrar y localizar el nido a pie por dentro del campo, mientras el resto tratábamos de guiarle con la ayuda de un walkietalkie. Muchas veces se trataba de una falsa alarma, lo cual desesperaba; pero afortunadamente, otras veces sí se trataba del nido, el cual georreferenciábamos para poder localizarlo y hacer un correcto seguimiento. Ya estábamos preparados para el siguiente paso…

 

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