Ya se han registrado las primeras golondrinas en Huelva, Cádiz, Badajoz y Cáceres, pero van más retrasadas esta temporada con respecto a las últimas décadas (1990-2017). Además, este año con condiciones meteorológicas adversas, como las de enero, se han avistado en España especies americanas como el colimbo del Pacífico, la cerceta aliazul y la cerrceta americana.
A pesar de las bajas temperaturas de los últimos meses en buen parte de la península, algunas especies como las grullas o los gansos nos abandonarán en los próximos días rumbo al centro y norte de Europa. Sin embargo, otras muchas especies que pasaron el invierno en África como la golondrina, el avión común, el cernícalo primilla, el milano negro o el críalo regresan en esta época a la península Ibérica para hacer sus nidos. Esta información se genera mediante programas de registros de aves y la colaboración ciudadana.
“Y es que el clima en los últimos años lo pone todo “patas arriba” y cada año es diferente. En el contexto actual de cambio climático muchas especies cambiarán su distribución y migración, tendrán que adaptarse a nuevas condiciones. Sin embargo, muchas de ellas no podrán modificar su distribución a la velocidad con la que avanzan los cambios. El registro a largo plazo de estas fechas nos permitirá evaluar mejor estas modificaciones y constituyen una herramienta más para conocer su efecto en la biodiversidad”, asegura Blas Molina técnico de Ciencia Ciudadana de SEO/BirdLife.
Época de salidas y llegadas
Nos encontramos en uno de los mejores periodos del año para registrar datos sobre la fenología de las aves, ya que justo ahora muchas especies parten y otras llegan a nuestro territorio para criar. La fecha de llegada o partida de las aves, la reproducción, la floración de los árboles o la aparición de los insectos puede variar cada año dependiendo de las condiciones meteorológicas. El programa Aves y Clima de SEO/BirdLife permite incluir estos registros, que posteriormente pueden servir para conocer, por ejemplo, cómo se comporta la biodiversidad ante el cambio climático.
Por otra parte, la plataforma eBird cuenta ya con más de 4.500 participantes y cerca 140.000 listas de aves en todas España. Este sistema de recogida de avistamiento de aves que aportan mucha información sobre distribución, migración y fenología también pueda arrojar luz sobre los cambios que se pueden producir en un contexto de cambio climático.
“Gracias a la recogida de datos masivos sabemos, por ejemplo, que las grullas este año siguen un patrón similar de migración hacia las zonas de cría que otros años. Ya están en marcha abandonando las dehesas de Extremadura y podemos observar sus bandos en zonas aparentemente raras como los cielos de Madrid rumbo al norte y zonas de descanso como la laguna de Gallocanta o el embalse de la Sotonera en Aragón, dispuesta a saltar el Pirineo”, concluye Molina.
Es tiempo de rarezas
Los cambios en las condiciones meteorológicas y los temporales de las últimas semanas arrastran aves cuya presencia es rara en España. Los observadores de aves registran estos avistamientos excepcionales, llamadas rarezas, que en muchos casos informan de cambios en los patrones de migración a largo plazo. Nuestras costas recogen muchas de estas rarezas destacando la zona cantábrica o las islas Canarias.
Durante el pasado mes de enero se han registrado especies americanas como la segunda cita para España del colimbo del Pacífico, y otras especies de aves acuáticas como cerceta aliazul o la cerrceta americana. Además de llegadas de especies africanas como el calomoncillo africano a Málaga o la curruca del Atlas a Fuerteventura. También aves de distribución muy norteña en Europa alcanzan nuestro territorio en estas fechas como diferentes especies de gaviotas y aves acuáticas.