Ante la decisión tomada en la última reunión del Patronato de Monfragüe, alertamos de que el principal objetivo de los parques nacionales es la conservación de sus valores naturales, y advierte de que este caso no puede ser un precedente ante el modelo de gestión de los espacios bajo la más importante figura de protección.

 

La reciente modificación aprobada para los programas de control de ungulados del Parque Nacional de Monfragüe no responde a criterios de conservación, sino a las demandas del sector cinegético y de los propietarios de fincas privadas, que por fin podrán realizar batidas de caza con perros para eliminar ciervos y jabalíes, tanto en las fincas públicas como privadas. Una petición que reclamaban desde que en 2020 se suspendieron las monterías de caza que se estaban realizando en Monfragüe, en contra de la legislación vigente.

Para fundamentar esta decisión, el pasado viernes 18 de octubre se presentó al Patronato del Parque Nacional un informe con el análisis de los resultados del control de ungulados de las tres últimas temporadas. Durante las dos temporadas que estuvieron prohibidos todos los métodos cinegéticos (2021-22 y 2022-23), y en las que solo se usaron técnicas selectivas gestionadas por el personal capacitado del parque nacional (jaulas y cercones de captura), estas resultaron muy efectivas para el control de las poblaciones de ungulados, obteniéndose tasas de éxito del 62% para ciervos y del 93% para jabalíes en el segundo año.

Sin embargo, en la temporada 2023-24, con la actual administración, partidaria de introducir la caza en parques nacionales, se suspendieron todos los métodos de control salvo los aguardos cinegéticos, muy limitados, y el desarrollo de tres batidas de caza sin perros. Con estas decisiones, la tasa de éxito del programa cayó al 14% para ciervo y al 19% para jabalí. Con el análisis conjunto de las tres temporadas, el Patronato ha respaldado su intención de introducir los perros de caza debido a la baja tasa de éxito de control de ungulados en conjunto del programa.

Parque Nacional de Monfragüe. Autor: Wikicommons_FrDr

“La interpretación sesgada de las cifras y conclusiones no puede ocultar la ausencia de criterios científicos que apoyen la autorización de batidas con rehalas de perros de caza en un parque nacional y que se considere como el método más idóneo de todos los disponibles para controlar las poblaciones de ciervos y jabalíes. Por ello, esta medida recibió el voto negativo de todas las organizaciones ambientales representadas en el Patronato, así como la abstención del director del Organismo Autónomo Parques Nacionales, presente en la sesión”, explica Marcelino Cardalliaguet, delegado de SEO/BirdLife en Extremadura.

 

Vulneración del Plan Director

El Plan Director de Parques Nacionales es claro al establecer como primera directriz de conservación que se actuará con la mínima interferencia hacia los procesos naturales de los ecosistemas preservados por el parque nacional correspondiente y que, para ello, se dará preferencia a la utilización de técnicas que favorezcan, con tanta fidelidad como sea posible, el normal funcionamiento de los procesos naturales. Establece, así mismo, que las artes cinegéticas podrán ser empleadas para el control de especies dañinas, solo cuando no exista otra solución satisfactoria, de forma excepcional y respaldada por datos científicos.

En toda la historia del Parque Nacional de Monfragüe, únicamente durante dos temporadas se suspendieron las acciones de caza y las rehalas de perros para pasar a aplicar métodos selectivos y puntuales, sin alteración del medio natural, con jaulas trampa y cercos de captura, evitando las temporadas de cría y el sufrimiento innecesario de los animales, gracias a la profesionalidad del excelente personal técnico de Monfragüe.

Pese a los buenos resultados que ya estaban alcanzando tasas de éxito de captura selectiva de ciervo y jabalí, el sector cinegético y los propietarios de fincas privadas de Monfragüe se lanzaron a una campaña de desprestigio hacia estos métodos, usando vídeos de origen desconocido y acusando a la administración gestora de hacer sufrir a los animales, de matar hembras con crías y otros testimonios infundados para acusarla de utilizar métodos contrarios a la ética de la caza, denuncia SEO/BirdLife.

Perros der rehala hacinados en jaulas esperando para una montería. Autor: Wikicommons_MottaW

“El Parque Nacional de Monfragüe es la víctima elegida por el movimiento a favor de la caza en parques nacionales, en su campaña para erigirse como el único método para controlar las poblaciones de ciervos y jabalíes y lograr así recuperar, para su uso y disfrute ese 1% del territorio declarado parque nacional, donde no se puede cazar”, lamenta Cardalliaguet. Y añade, “pero el problema principal es que existen métodos selectivos como las jaulas de captura, que estaban siendo usados en Monfragüe con reconocida y creciente eficacia, y que, inexplicablemente y sin justificación alguna, se han dejado de utilizar. Por eso, aunque el sector cinegético los ha usado tradicionalmente para controlar depredadores en los cotos, no han dudado en desprestigiarlos y difamarlos, ya que son el único escollo que se opone al objetivo de llevar la caza a los parques nacionales”.

 

La captura selectiva es más eficaz

SEO/BirdLife defiende la captura al ser un método que no interfiere en el normal funcionamiento de los procesos naturales y que, además, es eficaz, selectivo y con éxito probado, siempre y cuando se aplique con profesionalidad y con las debidas prevenciones para no causar sufrimiento innecesario a los animales, como se estaba haciendo en Monfragüe por parte de su personal técnico, perfectamente capacitado para esta labor.

Por todo ello, la ONG ambiental denuncia que los criterios de gestión del Parque Nacional de Monfragüe han pasado a ser definidos por motivos políticos y no técnicos, y que está en peligro no solo la buena gestión de este parque nacional, sino la de toda la red de parques nacionales de España. El ejemplo de Monfragüe puede verse como un camino para gestionar estos espacios naturales protegidos a favor de intereses particulares convenientes para las administraciones gestoras y otros intereses privados, olvidando que el fin último de estos espacios es la conservación de la biodiversidad.

Para SEO/BirdLife, los perros de caza no son un método selectivo, ya que nada les impide causar daños a ejemplares de fauna de especies protegidas que se puedan topar con ellos en las acciones cinegéticas. Su sola presencia provoca molestias y desplazamientos de toda la fauna presente en las zonas donde se usan, que posiblemente puede acabar abandonando los ecosistemas del parque nacional, si las acciones son repetidas en varios lugares, sistemáticamente cada año, a petición de propietarios y cazadores.

Dadas las graves implicaciones que pueden derivarse de esta práctica, SEO/BirdLife solicita al Organismo Autónomo de Parques Nacionales que adopte medidas para garantizar que se aplican las directrices de conservación para la buena gestión contenidas en el Plan Director de Parques Nacionales, tanto en Monfragüe como en el resto de la Red.

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