Cría en humedales del interior, generalmente en charcas y lagunas dentro de la región de las praderas, a veces ya de la taiga.

Come pequeños invertebrados acuáticos, principalmente insectos y crustáceos, y también algunas semillas.

Al igual que ocurre con los demás falaropos, las hembras exhiben plumajes más vistosos, no incuban ni cuidan de los pollos, y algunas llegan a aparearse con más de un macho. Los nidos se sitúan en el suelo, en zonas de vegetación alta y densa que no se hallen lejos del agua. La puesta consta de cuatro huevos.

Es el único falaropo exclusivamente americano en época de cría, cuando se extiende sobre todo por el centro y oeste de Norteamérica, desde la región de los Grandes Lagos hasta Alberta y Canadá. Su población reproductora se cifra en torno a 1 millón de individuos, aunque en el pasado fue mayor. Inverna en el centro y sur de Sudamérica, principalmente en los Andes.

A pesar de lo alejadas que se encuentran sus áreas de reproducción y de invernada, existen numerosas citas de esta especie en Europa, que fueron especialmente frecuentes durante los años ochenta. La mayoría de ellas corresponden a las islas Británicas, pero también hay muchas en Francia.

En España se citó por vez primera en 1971, y hasta 2004 se tienen 12 registros homologados, de los que 8 pueden considerarse otoñales (con pico en octubre) y 4 primaverales (todos de mayo). Los avistamientos se reparten sobre todo por los litorales de la Península, aunque también se dan citas en La Mancha, Baleares (Mallorca) y Canarias (La Palma y Tenerife).