SEO/BirdLife valora la aprobación, hoy en el Congreso de los Diputados, de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética como hito largamente esperado y extremadamente necesario. La futura ley del Clima de España, que todavía tiene que superar su tramitación en el Senado, llegará una década tarde y, como el resto de las normas climáticas del entorno internacional, no supone el fin del trabajo. Todo lo contrario: es el inicio de un partido que se juega en tres tiempos (2030-2040-2050) y que solo se ganará si España, antes de la mitad de este siglo, es un país libre de emisiones y con un modelo de prosperidad que asegure la calidad de vida respetando la biodiversidad y el patrimonio natural.

De forma especial, SEO/BirdLife valora que las diferentes fuerzas políticas que han participado en las negociaciones hayan tomado en consideración las propuestas de la organización en materia de protección de la naturaleza, que es la primera línea de defensa del país frente a los efectos del aumento de la temperatura. La ONG ambiental, que mostró su sorpresa ante las escasas referencias a esta cuestión en los primeros borradores, celebra que el texto aprobado hoy se haya reforzado en cuestiones como los sumideros o que se pongan mecanismos para el desarrollo renovable sin impactar a la biodiversidad. En este sentido, como en otros muchos, SEO/BirdLife seguirá trabajando para asegurar que la normativa específica y las acciones de los sectores implicados –muy particularmente, los promotores de proyectos renovables- aseguren un despliegue renovable responsable. 

El inicio de la acción por el clima, que necesita más ambición 

Que España, el país más expuesto al cambio climático y el más biodiverso de Europa, cuente, por fin, con una Ley del Clima es una buena noticia. Sin peros. Es evidente que no es una norma perfecta y que no ofrece todas las respuestas necesarias para afrontar la emergencia climática.  Al igual que otras normas de nuestro entorno, su aprobación orienta a nuestro país en la dirección que señala la Ciencia, y es un reconocimiento al impulso durante más de una década del ecologismo y a la voz de la calle, y muy especialmente la de los jóvenes, que han acelerado la agenda los últimos tiempos”, señala la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.

Hoy podemos celebrar que la lucha contra el cambio climático tiene fuerza de ley en España, y que esto abre la puerta para que exijamos, con la ley en la mano, más y más acción climática a nuestros representantes, a las administraciones públicas y a las empresas y sectores de nuestro país”, indica Asunción Ruiz

Europa y España necesitan elevar su ambición por el Clima y los próximos pasos serán determinantes. La ley del Clima actúa como paraguas de un amplio abanico de normas que el Gobierno y las comunidades autónomas tienen que desarrollar en cuestiones tan variopintas como peatonalizaciones e incentivo del transporte público sostenible o conservación de dehesas y bosques, aliados fundamentales si queremos vivir en un país sin emisiones”, indica el responsable de Clima en SEO/BirdLife, David Howell.  

Es aquí donde nos jugamos la partida. Es aquí donde los poderes públicos de nuestro país tienen que demostrar que son capaces de dar respuesta a la altura del desafío, y en coherencia con lo que dice la Ciencia –y ojalá, un Comité de Expertos fuerte, independiente y con recursos propios- y las demandas de la ciudadanía. La ley no puede ser una excusa para dilatar la acción y el aumento de ambición. La tenemos que ver en cada nueva norma y, también, en cada decisión empresarial y sectorial, porque el mundo privado está tan interpelado como los poderes públicos”, concluye. 

Una ley con más naturaleza 

La naturaleza es la primera herramienta frente al cambio climático, clave en los necesarios trabajos de adaptación frente a los efectos que ya estamos sufriendo en nuestro país, en forma –por ejemplo- de temporales o sequías. Además, sin la concurrencia de la naturaleza, y su capacidad para absorber CO2, España no podrá cumplir con los objetivos de reducción y, finalmente, completa mitigación de emisiones antes de 2050, tal y como marca el Acuerdo de París. 

SEO/BirdLife muestra su satisfacción porque, durante la tramitación de la norma, la naturaleza se ha incorporado en la Ley de forma definitiva. Entre otras propuestas de la ONG ambiental, el texto aprobado hoy recoge la protección y acción para la biodiversidad vulnerable por el cambio climático, la adaptación basada en ecosistemas y el papel de la naturaleza como sumidero de carbono. 

La ONG ha puesto especial hincapié en asegurar un desarrollo de renovables responsables, es decir, que el necesario y masivo despliegue de tecnologías renovables que vivirá España en la próxima década se ubique fuera de espacios de alto valor ecológico.  Desafortunadamente, cada vez son más los promotores que proyectan sus plantas renovables en espacios de alto valor ecológico, en muchos casos movidos por el precio más barato del suelo. Se trata de una nueva amenaza para espacios y especies en peligro de extinción y, muy especialmente, para las estepas y praderas cerealistas de nuestro país y para aves esteparias como el sisón, la codorniz, la perdiz o la avutarda.  

In extremis, y gracias al trabajo propositivo de organizaciones como SEO/BirdLife, hemos logrado dar un paso en la buena dirección para consolidar renovables responsables en nuestro país.  Es un primer paso, y seguiremos trabajando para lograr que España, y todas las comunidades autónomas, señalen a los promotores, de forma clara y vinculante, los espacios naturales que no son compatibles con una instalación renovable y los que sí son preferentes, por ser zonas urbanas, industriales o degradadas”, señala el responsable de Gobernanza de SEO/BirdLife, Juan Carlos Atienza. 

Y añade: “Seguiremos muy de cerca los próximos pasos que den tanto el Ejecutivo central como los autonómicos. Todos estos gobiernos tienen la responsabilidad de fomentar las renovables protegiendo nuestro patrimonio natural y nuestra biodiversidad. Eso pasa también, entre otras cuestiones, por apostar por un modelo que priorice el autoconsumo, las comunidades energéticas locales, las medidas de ahorro de energía y la rehabilitación energética de edificios frente a un modelo basado en macroplantas construidas en el campo, lejos de donde se va a consumir la energía. Las renovables permiten modelos más distribuidos y participados. Hagámoslo posible”, añade.   

 

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