Poner un comedero para aves en nuestra terraza o jardín, puede ser una experiencia incomparable para nosotros y una forma de ayudar a las aves en su lucha diaria por conseguir alimentos.
Sin embargo será nuestra obligación prestar atención a ciertas cuestiones que eviten que nuestro comedero se convierta en un problema para las aves, o bien que nuestras expectativas no se vean cumplidas por que las aves no encuentren de su agrado el comedero que con tanto mimo hemos preparado para ellas.
Por ello vamos a desgranar 10 cuestiones que tendrás que tener muy en cuenta antes de decidir colocar un comedero.
1- Ubicación.
Si bien hay lugares mejor que otros para que las aves acudan a nuestro comedero, como puede ser un jardín, patio amplio, o terraza en un primer o segundo piso, lo cierto es que sólo es cuestión de tiempo que las aves terminen encontrando el alimento, esté dónde esté. Lo importante es minimizar los riesgos que puede suponer una ubicación errónea para las aves. Nunca lo situaremos cerca de una ventana o cristalera contra la que las aves puedan chocar. Si la zona es accesible para los gatos, el comedero se situará de tal forma que resulte imposible para el felino aproximarse a él y a las aves sin ser visto.
2- ¿Realmente necesitan las aves el alimento?
Teniendo en cuenta que los comederos son “un arma de doble filo”, recomendamos colocarlos únicamente en entornos urbanos, pues en este medio los patrones de distribución temporal y espacial del alimento ya están muy condicionados por factores humanos (por ejemplo los restos de comida de la terraza de un bar). Sin embargo en medios no urbanos las aves, aún influenciadas por la actividad del ser humano (medios agrícolas por ejemplo), suelen tener fuentes de alimentos naturales a su disposición y que se distribuyen estacionalmente siguiendo los ritmos de la naturaleza. Esto hace que el impacto negativo de los comederos sobre la biología de las poblaciones de aves sea probablemente muy inferior en el medio urbano en comparación a otros tipos de ecosistemas.
3- La limpieza es fundamental
Con toda probabilidad tu comedero terminará siendo visitado por un gran número de aves, y tanto trasiego en un espacio reducido dispara la posibilidad de que se transmitan enfermedades entre ellas. Para reducir este riesgo es muy importante realizar una limpieza regular del comedero, una vez cada dos semanas o más en tiempo húmedo. Esto debemos tenerlo en cuenta a la hora de elegir el material del comedero, pues los materiales porosos como la madera sin barnizar son más difíciles de limpiar adecuadamente. Para la limpieza deberemos retirar el comedero para limpiarlo con agua y jabón, y luego limpiarlo con una solución de lejía diluida en agua (1 parte de lejía por 9 de agua). Posteriormente lo aclararemos a conciencia y lo dejaremos secar antes de volver a depositar alimento en él.
La limpieza regular también incluye la eliminación de cualquier resto de alimento “pasado” no consumido pues puede ocasionar problemas a las aves, así como la retirada de restos de comida bajo el comedero, pues pueden atraer a otros visitantes no deseados.
4- Alimenta con calidad
Un comedero debe ser una fuente de alimentos acordes a las necesidades nutricionales de las aves. No debemos pensar en el comedero como un lugar en el que dar una segunda vida a alimentos rancios o pasados. Muy al contrario, emplearemos únicamente comida específica para aves, como semillas o preparados para aves silvestres. También debemos tener en cuenta que las necesidades nutricionales pueden variar a lo largo del año, y un buen alimento rico en grasas durante el invierno, será perjudicial durante el periodo de cría en el que las aves deben buscar alimentos ricos en proteína para sus polluelos.
5- ¿Que hacer al acercarse la primavera?
En otoño y en invierno las aves dedican todo su tiempo a buscar comida, la mayoría cambian hasta sus hábitos sociales para poder agruparse en bandos con otros congéneres y miembros de otras especies para optimizar el tiempo dedicado a comer y vigilar el entorno de posibles depredadores. Por ello la interferencia del comedero en este periodo sobre los hábitos de las aves es menor. Sin embargo al acercarse la primavera entre febrero y abril (dependiendo de la especie y de la climatología del lugar), las aves empiezan a mostrar comportamientos ligados a la reproducción, como la búsqueda de pareja, de lugar de nidificación y territorio, disminuyendo la tolerancia hacia otros ejemplares del mismo sexo, etc… y es ahí cuando un comedero puede comenzar a interferir de forma seria con el comportamiento de las aves, por ello durante mucho tiempo se ha recomendado reducir paulatinamente el aporte de alimento hasta cesar por completo al llegar la primavera “biológica” (aproximadamente en Marzo). Sin embargo en un medio urbano por sus particularidades, estos efectos pueden quedar muy diluidos siempre y cuando tengamos en cuenta que debemos variar el alimento hacia otro más proteico.
6- Alimentos de otoño-invierno y de primavera-verano
Como ya hemos comentado, en invierno las aves requieren alimentos energéticos, por lo que poner a su disposición diversas semillas como pipas de girasol negro, alpiste, cacahuetes o bolas de manteca, sin olvidar alguna porción de fruta madura como manzana o pera, proporcionará los nutrientes necesarios para sobrevivir a las largas y frías noches. En primavera sin embargo, el exceso de grasa presente en cacahuetes, bolas de manteca, (ni mencionaremos restos de bollería industrial o pan… alimentos vetados en nuestro comedero) suponen un problema. Por ello si optamos por mantener la alimentación en esta época (ante la menor duda os recomendamos simplemente suprimir la alimentación hasta finalizado el periodo de cría en agosto o septiembre), deberemos emplear en nuestro comedero alimentos ricos en proteínas, como preparados para aves insectívoras, larvas y gusanos, junto a algunas pipas de girasol negro y trozos de fruta madura.
7- El tipo de comedero
En el mercado existen multitud de comederos para aves, siendo muy importante tener en cuenta que cada diseño es bueno para unas especies pero no para otras. La mayoría de aves granívoras que viven en la ciudad, como gorriones, pinzones, jilgueros, verdecillos o verderones, prefieren alimentarse en el suelo, pues es allí dónde encuentran de forma natural su alimento. Por ello estas aves suelen acudir mejor a alimento dispuesto simplemente sobre el césped o suelo de un jardín. Sin embargo también pueden entrar sin problemas a comederos tipo “bandeja” si son lo suficientemente amplios, no teniendo problemas con el tiempo en aprender a conseguir el alimento en comederos tipo “tubo” cercanos a comederos de suelo o de bandeja. Para aves que suelen buscar el alimento en las ramas de árboles, los comederos colgantes suelen ser aceptados con rapidez, e incluso aves como el pico picapinos o los agateadores pueden emplearlos, si bien los encontrarán más rápido si ubicamos el comedero colgante junto al tronco de un árbol.
8- Conocer las aves que frecuentan el lugar dónde piensas colocar el comedero
No tiene sentido pensar en atraer aves que no están presentes en el entorno de tu terraza, patio o jardín, pues obviamente si no pasan por allí nunca van a encontrar ese comedero. Por ello es bueno dedicar un tiempo a ver que tipo de aves se dejan ver por la zona, algunas estarán presentes de forma continua, otras pasarán de vez en cuando mientras se desplazan buscando comida, y otras simplemente no estarán. Una vez sepas de forma aproximada que especies tienen probabilidades de “toparse” con el comedero, lo correcto es elegir un diseño que se adapte a sus apetencias (frecuentemente pondremos más de un comedero para cubrir los gustos de diferentes aves).
9- No solo de comida viven las aves
Nuestro comedero cubrirá parte de las necesidades alimenticias de las aves durante parte del año, sin embargo nuestras amigas siguen manteniendo otras necesidades en las que podemos ayudar. Una muy importante es la disponibilidad de agua, especialmente en los meses más cálidos, pero sin olvidar que realmente las aves van a necesitar agua durante todo el año. Este “bebedero” debe cubrir dos necesidades bien distintas, el agua para beber y el agua para el baño, por ello es importante elegir (o construir) uno adecuado para ambas cuestiones. Si en el caso de los comederos la limpieza es importante, en el de los bebederos la consideraremos vital, pues el agua es el medio perfecto para que se desarrollen microorganismos (o larvas de mosquito). Por ello el agua del bebedero debe ser renovada diariamente, aprovechando para una limpieza adecuada del mismo.
Probablemente no lo hayas pensado, pero las aves como los gorriones necesitan construir un nido adecuado empleando materiales en cantidad suficiente como para garantizar un buen aislamiento térmico a la hembra que va a incubar inmóvil en su interior y para las pequeñas crías. En muchos barrios de la ciudad encontrar material adecuado para realizar este nido puede suponer una dificultad extrema, pues las aves tienen que encontrar briznas de herbáceas secas en un medio en el que probablemente no haya. Por ello podemos recoger en el campo distintas “hierbas secas” no leñosas y ponerlas al alcance de las aves. Sólo usaremos estos elementos pues otros como la lana pueden enredarse en torno a las aves en el nido provocando su muerte.
10- Paciencia, si pones comida las aves llegarán
Es probable, que una vez colocado tu comedero cuidadosamente elegido en el lugar que has considerado ideal, no reprimas la tentación de observar cada poco esperando encontrar un ave sobre el mismo… Sin embargo la experiencia dicta que lo normal, es que aún habiendo acertado en la elección del comedero y en su ubicación, las aves tarden al menos un par de semanas en comenzar a frecuentarlo. Sin embargo, también puede ocurrir que este periodo se alargue mucho más, bien por que hemos elegido un comedero incompatible con las aves del lugar, bien porque lo hemos ubicado en un lugar poco frecuentado por las aves. Sin embargo, la experiencia dice que tarde o temprano las aves encontrarán la comida, piensa que cuando la necesidad aprieta, dedican cada minuto disponible en buscar por cada rincón algo que llevarse al pico.
Si tenemos paciencia, el tiempo nos recompensará con una buena cantidad de especies que acudirán a nuestro comedero durante el invierno, siendo una excelente oportunidad para observarlas de cerca, o con un poco de imaginación tomar imágenes de las mismas. En este caso “oculté” el comedero en el hueco de un tronco para lograr unas imágenes más “naturales”, un viejo truco fotográfico.
Más información:
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