• El análisis se ha realizado sobre muestras de sangre obtenidas en los nidos del  Parque Natural  durante el anillamiento de los pollos de esta especie

 

Que los moritos comunes (Plegadis falcinellus) comían caracol manzana se supo la pasada primavera gracias a la observación directa y a fotografías obtenidas por Xavier Curto, un agricultor aficionado a la fotografía de naturaleza que sufre esta plaga destructiva en sus propios campos. Pero se desconocía si era un hecho anecdótico o habitual y se necesitaba un análisis cuantitativo para evaluar la importancia relativa de este consumo. Para ello SEO/BirdLife encargó un estudio al investigador, Dr Albert Bertolero, que recogió muestras de sangre en los nidos del  Parque Natural, aprovechando las tareas anuales de anillamiento de crías.

 

Morito_caracol_manzana

Morito común comiendo caracol manzana en el Delta del Ebro. ©SEO/BirdLife

 

Éstas muestras se analizaron para conocer y establecer la proporción de las distintas presas posibles en la dieta  del morito (caracol, peces, larvas de insectos, etc…)  mediante el método de los isótopos estables de carbono y nitrógeno, el sistema más moderno y eficaz al uso.

 

Los resultados, considerando lo que come la madre durante la formación del huevo hasta lo que han comido los pollos en el momento del muestreo, muestran una proporción de un 50% de caracol manzana, componiéndose el otro 50% de ranas, larvas de libélula, carpas, cangrejo americano y otros caracoles acuáticos.  Además,  indican que los moritos utilizan principalmente los hábitats acuáticos dulces, incluyendo los arrozales (mayoritarios en el delta), para su alimentación.

 

Los moritos han aumentado su población en el Delta del Ebro durante los últimos años de poco menos de 500 ejemplares en 2009 hasta los 3.767 censados el pasado enero 2015 por el parque natural y los voluntarios. La población catalana de este ave empezó a llegar a finales del siglo pasado, procedente de Doñana,  y ha crecido de manera espectacular en el Delta, debido a una expansión hacia el norte presumiblemente relacionada con el cambio climático. Actualmente ya empiezan a ser numerosos en el Llobregat, el Empordà y la Camarga francesa, e incluso algunos ejemplares ya se dejan ver por las Islas Británicas para solaz de los birdwatchers ingleses.

 

El morito común, que ya tenía a los pequeños gasterópodos como parte de su dieta habitual, ahora se ceba sobre este caracol manzana (Pomacea maculata), tan perjudicial para los arrozales y el medio ambiente. Aunque no se espera de momento que el consumo por esta ave tenga  efectos cuantitativos determinantes sobre la plaga del caracol en los campos infestados, sí se puede considerar como una ayuda en zonas de reciente invasión, y una muestra evidente de reacción del ecosistema a la entrada de la especie exótica. Esto último respalda la teoría de la mayoría de los expertos que afirma que en los ambientes y hábitats donde  la biodiversidad es elevada el ecosistema tiene una mayor capacidad de reaccionar para defenderse o adaptarse a los cambios que pueden producirse, como en este caso, la aparición de especies invasoras.

 

Este estudio añade pues al morito al grupo conocido de depredadores del caracol manzana, hasta ahora formado por carpas, ánade real, ratas y gaviotas, y debería estimular la realización de otros estudios de comportamiento y alimentación de otras especies de aves y peces, evaluando sus efectos sobre la plaga, con el fin de aportar conocimiento para orientar una gestión del Delta y sus arrozales que favorezcan la lucha biológica natural contra el caracol, en el marco del plan de lucha que viene ejecutándose desde la aparición de la plaga. De hecho debería estudiarse el efecto de la desaparición de la  inundación invernal de los arrozales, que de momento no va a realizarse este invierno, sobre la población de este pájaro aliado de la agricultura.

 

 

Comparte