Llamamos a la acción de los gobiernos para que protejan los bosques autóctonos y limiten la implantación de eucaliptos
Un año más, ponemos el foco en la necesidad de detener las plantaciones de eucaliptos bajo el lema “Queremos que los eucaliptos ‘dejen ver’ los bosques autóctonos. Se trata de un tipo de cultivo intensivo que no fomenta el consumo y la producción sostenibles, aspectos que destaca Naciones Unidas este año como lema del Día Internacional de los Bosques.
Estos monocultivos impactan sobre los ecosistemas, tanto durante su plantación, como en las fases de crecimiento y recolección. Por otra parte, este tipo de monocultivos arbóreos se están implantando en muchas ocasiones dentro de espacios protegidos, en zonas de alto valor ecológico o en lugares donde se desarrollan hábitats sensibles o especies amenazadas, haciendo peligrar la supervivencia de estos ecosistemas y especies.
Además, destacamos que el carácter invasor de todas las especies de eucaliptos ha sido ratificado por dos dictámenes del Comité Científico del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), una en 2012, donde se destaca el carácter invasor y potencial peligrosidad de la especie exótica Eucalyptus nitens y otra en 2017, en el que las científicas miembros del comité consideraron que “los datos científicos disponibles, recomiendan extremar la precaución con nuevas introducciones y plantaciones de Eucalyptus sp., y siempre que se observe naturalización de cualquier especie de este género en nuestro territorio se recomienda un seguimiento local y llevar a cabo medidas de erradicación antes de que se produzca la invasión”.
Medidas propuestas sobre eucaliptos
Entre las medidas que proponemos está la implantación de una moratoria para la concesión de nuevas superficies de plantación de eucaliptos, la prohibición para la introducción de nuevas especies de eucaliptos y la erradicación de las plantaciones y los ejemplares asilvestrados en los terrenos de titularidad pública, en espacios naturales protegidos y en zonas de importancia hidráulica.
Asimismo, reiteramos la petición para que se incluyan todas las especies de eucalipto en el Catálogo de Español de Especies Exóticas Invasoras, en base a las conclusiones y recomendaciones del Comité Científico del MITECO en 2012 y 2017, en las que se reconoce, con base científica, que está demostrado el carácter invasor de estas especies y que existe un alto riesgo de invasión de estas especies debido a sus características biológicas, fisiológicas y ecológicas
Solicitamos también la realización de un seguimiento estricto anual de la superficie ocupada por las plantaciones de estas especies, así como de la naturalización de las mismas, estableciendo medidas de control y erradicación inmediatas en caso de detectarse.
Magnitud del problema: desaparecen los bosques autóctonos
España cuenta con alrededor de 28 millones de hectáreas de superficie forestal, el 58,8% del territorio estatal, de las cuales, unos 18 millones de hectáreas estarían arboladas y el resto sería superficie forestal no arbolada. Actualmente existen 1,5 millones de hectáreas ocupadas por plantaciones forestales con fines productivos en España, de las que la mitad se corresponderían con plantaciones de eucalipto (unas 760.000 ha), el equivalente a la superficie de la comunidad autónoma del País Vasco.
De hecho, en la actualidad las plantaciones de eucalipto han aumentado su superficie drásticamente en los últimos años, dominando el paisaje de muchas comarcas costeras de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco. A esta expansión de las plantaciones forestales, especialmente las de eucalipto, hay que añadir el lamentable estado de conservación que presentan los bosques autóctonos. Según los datos ofrecidos por el MITECO, en el último informe de aplicación de la Directiva Hábitats en España, solamente el 5% de los tipos de bosque autóctonos presentan un buen estado de conservación.
En Galicia, según los datos que figuran en el Inventario Forestal Nacional (IFN), la superficie de eucaliptos ha crecido de forma exponencial, pasando de 131.000 hectáreas en 1973 a 500.000 hectáreas en 2016, mientras que la superficie de bosques autóctonos gallegos se ha reducido hasta las 400.000 hectáreas, menos del 20% de la superficie de la comunidad autónoma. La Xunta de Galicia aprobó recientemente en su nuevo Plan Forestal 2021-2024 una supuesta moratoria para la realización de nuevas plantaciones de eucaliptos y abrió la posibilidad de potenciar especies autóctonas de crecimiento rápido como alternativa a las plantaciones industriales de eucaliptos para pasta de papel.
En cuanto a Asturias, la superficie ocupada por monocultivos de eucaliptos también presenta una clara expansión, pasando de ocupar 34.000 hectáreas en 1989, hasta las 60.000 hectáreas en 2018. En el caso de algunos concejos asturianos los eucaliptos ocupan más del 80% de la superficie arbolada del municipio. El nuevo Plan Forestal que se aprobará en Asturias establece que la superficie prevista para el cultivo de eucaliptos en la región será de 65.695 ha entre 2001-2060, además de la introducción de otras especies exóticas hasta llegar a un total de 227.539 ha. Además, prevé la introducción de nuevas especies como Eucalyptus nitens, mucho más peligrosas para los ecosistemas asturianos, tal y como indicó el Comité Científico del MITECO, por su resistencia a las bajas temperaturas y su posibilidad de proliferar en zonas del interior que aún no habían sido afectadas por estos cultivos exóticos. Por otra parte, y a pesar del contexto de la crisis climática y de la biodiversidad, el nuevo Plan Forestal de Asturias prevé la implantación de cultivos forestales energéticos para el fomento de los aprovechamientos de la madera como combustible principal para centrales de biomasa. Esto supondría no solo graves afecciones a los ecosistemas donde se implanten esos cultivos energéticos, sino la liberación del CO2 fijado por esos árboles durante su crecimiento, la emisión a la atmósfera de toneladas de gases contaminantes y perjudiciales para la salud humana y el empeoramiento del calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de estas centrales de biomasa.
Cantabria cuenta con una superficie de más de 46 mil hectáreas de eucaliptos, aproximadamente un 20% de la superficie arbolada de la región, siendo la segunda especie forestal más extendida de la región. En Euskadi la superficie ocupada por eucaliptos ya supera las 24.000 ha. En Bizkaia, a principios de 2021 se estimaban unas 21.500 ha, en Araba unas 1350 y en Gipuzkoa unas 1210, si bien la falta de actualización de los inventarios forestales, junto con las tendencias observadas en la actividad forestal, hace prever que la superficie ocupada por plantaciones de eucalipto sea notablemente superior.
Beneficios de los bosques autóctonos
Señalamos que las especies de árboles autóctonas, aun teniendo tasas de crecimiento más bajas, constituyen sumideros de carbono más duraderos y estables, por eso es importante conservar nuestros bosques. Sin embargo, las especies de crecimiento rápido como los eucaliptos, a parte de las graves consecuencias ambientales que provocan en los ecosistemas y de su potencial invasor, constituyen sumideros de carbono temporales y no estables. Además, durante todo el proceso de transformación de los cultivos de eucaliptos para su uso, entre otras cosas, como pasta de papel, se generan grandes cantidades de gases de efecto invernadero: durante la corta y extracción de la madera, durante el transporte por carretera de los troncos, y a consecuencia del consumo de combustible en los hornos secadores. Por lo tanto, los cultivos arbóreos basados en la implantación de especies exóticas no pueden actuar como soluciones eficaces para que sirvan como sumideros de carbono.
Deforestación Importada
Asimismo, SEO/BirdLife, miembro fundador de la Alianza Cero Deforestación, recuerda que es necesario eliminar la deforestación en el mundo y conservar y restaurar los bosques autóctonos y para ello es urgente la aplicación del Reglamento europeo para frenar la destrucción de los bosques en el mundo, ya que evitaría la pérdida de servicios ambientales, y la pérdida económica, social y ambiental asociada al daño a ecosistemas que son imprescindibles para mantener la producción de alimentos.