• El nuevo grupo de trabajo se inicia en dos de los “puntos negros” europeos para la captura accidental de aves marinas: Lituania y el Mediterráneo ibérico
  • La iniciativa representa un paso en firme hacia la reducción de las capturas accidentales de aves marinas
  • Se estima que más de 200.000 aves marinas mueren cada año en artes de pesca en aguas europeas

La captura accidental de aves marinas es una de las principales amenazas para este grupo de aves tan sensibles, y como tal figura entre las prioridades de actuación de SEO/BirdLife. El problema ha recibido amplia atención a nivel internacional, especialmente en los mares del sur, siendo BirdLife uno de los principales valedores del trabajo para minimizar el problema, con el apoyo de sus socios y a través del llamado Albatros Task Force (ATF, o Grupo de Trabajo de Albatros).

 

Gaviota de Audouin con anzuelo en la boca ©Pep Arcos-SEOBirdLife

Gaviota de Audouin con anzuelo en la boca ©Pep Arcos-SEOBirdLife

Pero menos atención han recibido las aguas europeas, donde la información recogida en los últimos años apunta a que el problema puede ser importante para varias especies. Así, se estima que más de 200.000 aves marinas mueren cada año en artes de pesca en aguas europeas. Gracias a los esfuerzos de BirdLife International y de sus socios europeos, en 2012 se consiguió que la UE aprobara un plan de acción para minimizar las capturas accidentales de aves marinas, y se ha seguido trabajando para llevar dicho plan de la teoría a la práctica. Pero aún hay mucho camino por recorrer, empezando por una documentación sistemática del problema, y la puesta a prueba de medidas de mitigación.

 

Por fin un grupo de trabajo coordinado a nivel europeo
Gracias al apoyo financiero de la Fundación Segre, se acaba de crear el equivalente al ATF en el ámbito europeo, el llamado Seabird Task Force (o Grupo de Trabajo de Aves Marinas). Como punto de partida, el esfuerzo se centra en dos de los “puntos negros” identificados en Europa, las aguas del Báltico (donde miles de patos marinos y otras aves buceadoras quedan enredadas en redes de fondo) y el Mediterráneo occidental (donde el palangre representa el problema más preocupante). El trabajo se realizará mediante una estrecha colaboración de la oficina europea de BirdLife International y sus socios lituano (LOD) y español (SEO/BirdLife).

En el Mediterráneo, la atención se centra en las tres Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) marinas designadas recientemente en aguas catalanas. Estas tres ZEPA representan unas de las principales áreas de alimentación para la pardela balear Puffinus mauretanicus en invierno y primavera (períodos pre-reproductor y reproductor), y también la principal zona de alimentación para la pardela mediterránea P. yelkouan en España. Ambas especies son endémicas del Mediterráneo y están seriamente amenazadas, y encuentran en el palangre demersal una de sus principales amenazas.

 

Pardela balear ©Pep Arcos ¿Por qué son estas aves tan propensas a ser capturadas en los palangres?

Tanto la pardela balear como la mediterránea suelen asociarse a barcas de pesca para capturar sus descartes (pescado no comercializable, que es devuelto al mar), y pueden quedar enganchadas en los anzuelos cebados de palangre cuando éstos son arrojados por la borda durante la calada del arte. Los palangres demersales son particularmente peligrosos, ya que operan sobre la plataforma continental, donde ambas especies suelen alimentarse (mientras que los palangres pelágicos suelen operar en aguas más profundas), y usan anzuelos más pequeños (más “adecuados” al tamaño de las dos pardelas), así como cebos más “atractivos”. Por otra parte, estas aves son muy gregarias en sus zonas de alimentación, y pueden acudir a un palangre durante la maniobra de calada en gran número (cientos), con el riesgo de causar «capturas masivas» (varias decenas o más).

Objetivos del nuevo Seabird Task Force
El Seabird Task Force brinda la oportunidad de reforzar el trabajo de observadores en una de las zonas más sensibles para las amenazadas pardelas del Mediterráneo. En años recientes ya ha habido trabajo de observadores en la zona, por parte de un equipo de la Universidad de Barcelona (y del IEO en el caso de palangre pelágico), así como encuestas y talleres por parte de SEO/BirdLife. Todo apunta a que el palangre, especialmente el demersal, representa un serio problema para las pardelas balear y mediterránea, así como para otras especies de aves marinas. Pero es necesario intensificar el esfuerzo para refinar la información existente, destacando la necesidad de obtener una estimación precisa de las tasas de captura accidental, dada la alta variabilidad observada. Durante 2015, el Seabird Task Force se concentrará en el trabajo de observadores a bordo de palangres demersales en todo el litoral catalán para abordar estas cuestiones. Más adelante, en 2016, se pondrán a prueba diversas medidas de mitigación para evaluar su eficacia y posible implementación. Los avances de este trabajo se podrán consultar en la web del proyecto.

 

Pardela cenicienta. ©Juan Bécares-SEO/BirdLife

Pardela cenicienta. ©Juan Bécares-SEO/BirdLife

Medidas de mitigación, el gran reto

El objetivo último de este trabajo no se limita a entender el problema, sino a buscar soluciones.  Gracias al trabajo del ATF en otras regiones del planeta, entre otros, se conocen varias medidas de tipo técnico y operacional que pueden reducir substancialmente las capturas accidentales. Un ejemplo extremo se da en las pesquerías subantárticas, donde la aplicación de medidas de mitigación ha logrado minimizar en más de un 90% las capturas accidentales de aves marinas. “Se trata de adaptar y poner a prueba algunas de estas medidas en el Mediterráneo, y de hacerlo trabajando codo a codo con los pescadores, pues es la única forma de que lleguen a buen puerto”, destaca José Manuel Arcos, coordinador del programa marino de SEO/BirdLife. De hecho ya hay trabajo precedente, iniciado por SEO/BirdLife en 1998-2001 con el apoyo de la Secretaría General de Pesca, y retomado recientemente por la Universidad de Barcelona.  Aunque es necesario seguir experimentando, algunas medidas ya se apuntan como potencialmente eficaces. Entre ellas el uso de líneas espantapájaros (que alejan a las aves del barco durante la calada), el calado nocturno y sin luces (minimizando la atracción de aves), y el lastrado adicional de las líneas (que acelera el hundimiento de los anzuelos cebados y reduce el tiempo en que las aves pueden acceder a ellos).

 

 

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