La organización conservacionista SEO/BirdLife y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas han celebrado hoy, 20 de mayo, las primeras jornadas por unas renovables responsables, social y ambientalmente
Este primer encuentro ha pretendido abrir un diálogo necesario entre la sociedad civil, la comunidad científica, las administraciones y el sector energético para avanzar rápidamente en la construcción de consensos que faciliten una transición ecológica respetuosa con la biodiversidad y aliada del reequilibrio territorial.
Las jornadas, que ha sido inauguradas por la vicepresidenta del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, han repasado a lo largo de seis mesas redondas, con una treintena de participantes, cuestiones que van desde las necesidades normativas, en todos los niveles de la administración, a cómo canalizar la participación activa de la sociedad en la construcción del nuevo modelo energético, pasando por las oportunidades que abre la investigación, en todos sus ámbitos, para garantizar un despliegue renovable responsable.
El investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), Mario Díaz, y la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, han presentado, en nombre del comité organizador de las jornadas, unas breves conclusiones, reflejadas en dos textos: un decálogo para unas renovables responsables y recomendaciones sobre zonas que deberían ser prioritarias para el desarrollo renovable y zonas que deberían quedar excluidas.
“Según el comité organizador, de estas jornadas, que son una primera aproximación a una cuestión necesariamente compleja, resulta patente que no basta un simple trasvase de fuentes energéticas fósiles a fuentes renovables. Se requiere un cambio de modelo social, territorial y económico profundo”, ha señalado Díaz. “Y esa construcción de una nueva prosperidad solo será posible con: investigación, planificación, regulación y diálogo”, ha añadido.
El comité organizador de las jornadas concluye que los aspectos sociales y ambientales han de incorporarse plenamente en la planificación del despliegue de las renovables a corto y medio plazo. En este sentido, apostar por un modelo cada vez más distribuido, más próximo a los consumos de energía, especialmente en ámbitos urbanos, es fundamental.
Al mismo tiempo, es crucial la investigación a medio y largo plazo sobre nuevas fuentes de energía limpia y sobre modelos de consumo alternativos y de futuro, que reduzcan de forma drástica la demanda y con ello, la necesidad de incrementar la potencia instalada.
“La transición energética será modélica si alcanza a todo el sistema energético. Además, el proceso de planificación debe tener presente también el futuro. De ahí que, reversibilidad, flexibilidad, mejora del conocimiento y seguimiento del impacto real sean claves en todo el sistema energético”, ha apuntado el científico.
La investigación sobre nuevas fuentes, modos de uso y ahorro energético es en la actualidad un campo de oportunidades abierto y de desarrollo dinámico. La evaluación continua de los avances en ciencia es esencial a corto, medio y largo plazo. En España hay grupos punteros. Por eso, el comité organizador concluye que es importante que aprovechemos este potencial especialmente en un país como el nuestro, tan rico en capital natural.
Para Asunción Ruiz, otra conclusión clara de estas jornadas es que una gestión política responsable debe incluir en la discusión a todos los actores implicados, y ofrecer reglas claras tendentes a minimizar el impacto ambiental y maximizar el beneficio social “Esa debe ser la orientación de todo proyecto renovable que podamos considerar responsable: minimizar el impacto ambiental y maximizar el beneficio social en el territorio”, ha señalado.
“Una herramienta importante para lograrlo es una planificación territorial vinculante, que garantice la exclusión de las áreas de alto valor y priorice la ocupación de espacios ya degradados y antropizados en entornos urbanos. Y para que esto sea posible, se necesitan también estrategias que primen el ahorro energético y la generación distribuida, frente al actual modelo centralizado en grandes instalaciones lejos de los grandes núcleos de población”, ha proseguido.
Otra de las conclusiones que ofrece la jornada es que la planificación no excluye el análisis caso a caso. Los orienta, los ha de enriquecer, para que los proyectos sean responsables desde su origen. El desarrollo de las renovables debe respetar el patrimonio natural y la biodiversidad en todas las fases, desde el proyecto al desmantelamiento. Asimismo, se debe extender el uso de buenas prácticas ambientales y sociales por parte de los promotores.
El comité organizador también concluye que el desarrollo renovable debe ser transparente. La sociedad civil tiene el derecho y la responsabilidad de conocer cómo se está organizando y planificando el despliegue de estas energías en el conjunto del territorio español, así como en qué estado de la tramitación se encuentran la totalidad de las iniciativas y qué potencia representan sobre el objetivo a cumplir establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PINEC) 2021-2023.
“Sin transparencia será imposible articular una auténtica participación de la ciudadanía en la construcción de este nuevo modelo energético. Y sin participación, sin consensos, lo único que ocurrirá es que se ralentizará el ritmo de la transición energética sostenible y resiliente que la sociedad necesita”, ha indicado Ruiz. A su juicio, la construcción de consensos en el territorio debe ser un elemento clave de todos los proyectos Las renovables deben maximizar sus cobeneficios sociales en el territorio, y ser un instrumento más al servicio del reequilibrio territorial.
De igual modo, el comité organizador destaca que la transición energética tiene que hacernos avanzar en justicia social sin dejar a nadie a atrás, abordando y atajando problemáticas como la pobreza energética, una cuestión central en una democracia consolidada, y el acceso justo y equitativo a las tecnologías renovables. Es preciso también acompañar a las zonas afectadas por la descarbonización, para que el saldo de oportunidades generadas por la transición ecológica sea positivo en esas zonas.
“La transición energética debe ir más allá de la mera producción de energía renovable. Estas tecnologías no solo modifican los paisajes físicos, sino también los paisajes económicos, industriales, e incluso los emocionales. Es preciso que sean pensadas no solo como agentes generadores de energía, sino como promotores de espacios de gestión diversos y descentralizados, que den lugar a nuevas ruralidades más resilientes. Así, pueden contribuir a poner freno al proceso de despoblamiento del medio rural y promover la creación de empleo auténticamente verde y de calidad”, subraya la directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
Por último, el comité organizador hace hincapié en que la Ciencia debe avanzar y la sociedad en su conjunto debe ser un actor principal -informado y formado- del cambio de modelo energético, lo que se traducirá en una reconfiguración de la demanda hacia modelos más sostenibles y de menor consumo.