Coincidiendo con el centenario de este espacio natural protegido, el Gobierno de Aragón debería aprobar su ampliación.

SEO/BirdLife considera que el tamaño actual del parque nacional era suficiente hace 100 años, pero actualmente es escaso para lograr el cumplimiento de los objetivos de conservación, de uso público y de desarrollo socioeconómico.

SEO/BirdLife considera que el avance en los objetivos de conservación y desarrollo socioeconómico del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, para lo que fue aprobado, están estancados y no se van a lograr sin la ampliación del espacio natural protegido. La pérdida de población en el Pirineo aragonés, el descenso de la ganadería extensiva y el abandono del uso forestal, sumado a los efectos del cambio climático en ambientes alpinos, así lo determinan.

 

La ONG conservacionista lamenta que no se haya aprovechado precisamente el centenario de Ordesa, para dar un auténtico impulso al espacio natural protegido, que es una referencia en Aragón y en España. El desarrollo socioeconómico del entorno del parque y del resto del Pirineo se ha visto claramente beneficiado gracias a la aprobación del parque nacional a lo largo de estas décadas, sin embargo los sectores clave como son la ganadería extensiva y el ecoturismo, requieren de un impulso mayor que llegaría a través de la aprobación de una ampliación.

 

Río Ordesa, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido (Huesca) ©Tramont_ana_Shutterstoc

 

SEO/BirdLife señala la inactividad e incapacidad del Gobierno de Aragón para desarrollar ambiental y económicamente los objetivos del parque nacional. Ni tan siquiera ha sido capaz de aprobar un plan para la conservación de la rana pirenaica, que se encuentra al borde de la extinción o, por ejemplo, no ha desarrollado una sola acción de mejora del hábitat del urogallo, entre otras muchas líneas de conservación definidas por el Comité Científico y por el equipo técnico del parque a través del Plan de Gestión. Pero tampoco ha impulsado la creación de microempresas o la innovación y desarrollo económico de forma específica en el entorno de este espacio natural protegido, y no ha promovido el papel de la mujer en el medio rural, cuyo papel es fundamental para frenar la despoblación en zonas de montaña.

 

Igualmente, en la ampliación necesaria para el parque nacional debería contemplarse la Red Natura 2000, el ámbito de la Reserva de la Biosfera y las poblaciones de urogallo, perdiz nival, quebrantahuesos y rana pirenaica, entre otras, de forma que se disponga de un territorio alpino pirenaico capaz de mantener poblaciones y hábitats, a pesar de las amenazas provocadas por el cambio climático. Según Luis Tirado, coordinador de SEO/BirdLife en Aragón, “sería lógico equipararlo al Parque Nacional del Pirineo Francés, que debe servir como referencia geográfica, y tender hacia una gestión ambiental y socioeconómica conjunta en un futuro con este espacio del país vecino. De forma paralela, la ampliación biogeográfica debe atraer más inversión en desarrollo de microempresas y en sectores claramente diversificados”.

 

“Los inversores privados que colaboran en el centenario del parque nacional podrían respaldar proyectos de innovación empresarial y de conservación de la biodiversidad, y hacer así una aportación real para el correcto desarrollo de los objetivos para los que, hace 100 años, fue declarado el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido”, concluye Tirado.

 

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