Este era uno de los compromisos conseguidos por SEO/BirdLife en la última etapa del conflicto judicial que duraba ya más de 20 años y la primera vez que se procederá al desmantelamiento de aerogeneradores por motivos ambientales. 

Nuestra constancia desde el inicio evitó la construcción de 16 parques de los 22 previstos inicialmente en una zona relevante para el urogallo y ha asegurado una solución que garantiza el interés general, al permitir un desarrollo eólico mucho más moderado, compatible con la especie y beneficioso para la población local.

 

El conflicto del nudo eólico de Villameca podría estar llegando a su fin con el inicio de la tramitación para el desmantelamiento de los aerogeneradores más problemáticos de los parques finalmente construidos en la zona, tras más de 20 años.

En plena urgencia climática y de biodiversidad, y en un momento clave para el despliegue de las energías renovables en nuestro país, este caso ofrece un ejemplo claro de lo que no y de lo que sí hay que hacer para asegurar unas renovables responsables.

Hace 23 años se proyectaron en la zona de Omaña-Cepeda (León) un total de 437 aerogeneradores, distribuidos en 22 parques eólicos conectados por 5 tramos de líneas de alta tensión y ocupando una zona sensible para el urogallo cantábrico, especie que ya entonces estaba catalogada como En Peligro de Extinción. De hecho, varios de esos parques se proyectaban dentro de los límites de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) que había sido designada precisamente para la conservación de la especie y que identificaba las infraestructuras de energía eólica como una amenaza para la misma, y también fuera de ella, pero aún dentro del Área Importante para la Conservación de las Aves (IBA) identificada por su importancia para el urogallo.

 

Hembra de urogallo marcada con un emisor ©SEO/BirdLife

 

Ocho de ellos no llegaron a ser autorizados, pero ya entonces, SEO/BirdLife, junto con otras organizaciones, mostramos una firme oposición a este complejo y consiguió, tras la presentación de varios recursos administrativos y contencioso-administrativos, frenar la instalación de otros ocho de esos parques. La primera de las sentencias, de 14 de abril de 2008, anuló la autorización del PE Murias II y abrió camino a otras muchas. Sin embargo, los retrasos en la publicación de las autorizaciones de algunos parques y su tramitación por separado impidieron la obtención de medidas cautelares en todos los procedimientos y llegaron a construirse varios de esos parques (64 aerogeneradores repartidos en 6 parques) por lo que la organización recurrió sus autorizaciones basándose en el inadecuado estudio del impacto individual y acumulado de estas infraestructuras sobre la especie y su hábitat. Este proceso derivó en sucesivas sentencias que nos daban la razón y anulaban las autorizaciones, pero que dejaban abierta la puerta a reiniciar los trámites, entrando en una situación que impedía el funcionamiento de los parques pero que no zanjaba del todo el conflicto.

 

Compatibilidad con la especie y su hábitat

A partir de ahí, hemos buscado en todo momento una solución definitiva que garantizara la compatibilidad de las infraestructuras con la especie y su hábitat, así como la contribución a la generación de energía renovable de unos parques que en todo caso ya estaban construidos. Así, en 2020, después de largas negociaciones, alcanzamos un acuerdo con las empresas promotoras que aseguraba la retirada de los aerogeneradores más conflictivos, fondos adicionales para las medidas de conservación de la especie y un incremento en los beneficios para la población local del territorio donde se ubican los parques.

De nuevo, ante la masiva instalación de renovables que se prevé en los próximos años, desde SEO/BirdLife reclamamos que se eviten nuevos “casos Villameca” y que los promotores presenten proyectos sólidos que se sometan a procesos de evaluación de impacto ambiental rigurosos, que aseguren renovables responsables con el territorio sobre el que se levantan. En los últimos dos años, se han elaborado diversos mapas de sensibilidad, entre ellos un mapa de exclusión por parte de la Junta de Castilla y León y mapas de compatibilidad por parte de SEO/BirdLife, que se suman al del Miteco y que deberían conducir a la presentación y aprobación de los nuevos proyectos de renovables solo en las zonas que muestren los menores valores ambientales. “Una de las enseñanzas del nudo Villameca es la necesidad de que todas las partes implicadas aborden de forma leal una evaluación sinérgica e integrada de los impactos de todos los proyectos e infraestructuras de evacuación, para hacerlos compatibles con la conservación de los recursos y valores naturales de los territorios garantizando su desarrollo”, ha declarado Ana Carricondo, coordinadora de Programas de Conservación de SEO/BirdLife.


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