Un estudio de BirdLife que acaba de ser publicado estima por primera vez la escala y el alcance de la caza  y captura ilegales de aves silvestres en la Península Arábiga, Iraq e Irán. La cifra es escalofriante: estimamos que al menos 1.7–4.6 millones de aves de al menos 413 especies pueden resultar muertas o capturadas ilegalmente cada año en esta región, muchas de ellas en migración. La cifra ya es preocupante, pero además, es probable que sea una subestimación ya que los datos de algunas zonas de la región no estaban disponibles.

Las cifras más altas de caza/capturas ilegales reflejan estimaciones medias de 1.7 millones de aves muertas al año en parte de Arabia Saudita y 800,000 aves en partes de Irán, a pesar de que en ambos casos los datos solo están disponibles para una parte del país. Las estimaciones de caza ilegal y capturas en Iraq y Yemen también fueron relativamente altas, con 329,000 y 273,000 aves ilegalmente muertas o capturadas cada año.

Las muertes y capturas ilegales representan una amenaza mundial para la biodiversidad. En 2014, la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres adoptó una resolución para evitar la caza ilegal, la captura y el comercio de aves migratorias en 2014.

La caza ilegal con arma de fuego y las trampas ilegales fueron los dos métodos más frecuentes. Las razones más habituales fueron la caza deportiva y, en menor medida, el aprovechamiento alimentario. En varios países, la matanza y la captura ilegales son generalizadas, pero en otros se identificaron algunas ubicaciones especialmente conflictivas, como la costa del Mar Caspio en Irán y la región montañosa del Kurdistán de Iraq, con más de 100,000 aves al año que mueren o se capturan ilegalmente en cada uno de estos puntos negros, con las aves acuáticas como principales víctimas. Tanto Irán como Iraq proporcionan importantes áreas de cría e invernada para las aves migratorias, especialmente para las aves acuáticas, y los altos niveles de captura pueden ser un factor que impulsa la disminución de la población de aves acuáticas en la ruta migratoria de Asia Central.

Combinando los resultados del estudio actual con los de otros países del Medio Oriente de una revisión anterior centrada en el Mediterráneo del tema dirigida por BirdLife en 2015 (Brochet et al. 2016) se pinta una imagen preocupante para la región del Medio Oriente en su conjunto. Se estima que una media de 17.5 millones de aves (8.0-27.1 millones de aves) mueren anualmente en toda la región combinada, de las cuales el 18% se encuentra en la Península Arábiga (parcialmente evaluada), Irán e Iraq. En cinco de los 17 países del Medio Oriente evaluados, más de 1 millón de aves pueden ser sacrificadas ilegalmente en promedio cada año. Para toda la región del Medio Oriente (y los países vecinos), las cifras más altas que se estimaron se dieron en Egipto, Siria, Líbano, Arabia Saudita e Irán.

Nuestro estudio también destaca la escasez de datos sobre la caza ilegal y la captura de aves, y también sobre el tamaño de la población de aves en la región; por lo tanto, la implementación de un censo sistemático del número de aves que se matan o se capturan ilegalmente en la zona debería ser una prioridad.

Las acciones clave necesarias varían según los países, pero incluyen mejoras en la legislación, una mejor aplicación y cumplimiento de la legislación que ya existe, acciones específicas enfocadas en los puntos negros, aumento de la vigilancia y la acción en los mercados y en relación con las actividades online. Otras prioridades incluyen la aplicación más consistente de sanciones adecuadas para matanzas ilegales, educación y concienciación entre el público en general y grupos clave como los cazadores, y un mejor monitoreo e investigación sobre los factores socioeconómicos de las muertes ilegales que genere soluciones adaptadas al contexto local. Como queda claro en el ejemplo de la captura ilegal y el comercio transfronterizo de halcones en la Península Arábiga, existe la necesidad de una mayor colaboración entre los países para abordar adecuadamente la matanza ilegal y la captura.

Texto: Dima Obeidat y SEO/BirdLife

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