Junto con SPEA hemos pedido en reiteradas ocasiones a las administraciones ambientales información sobre la evaluación de este problema, sin haber recibido todavía respuesta.

De momento no se dispone de una evaluación contrastada desde el punto de vista técnico y científico, pero la detección repetida de casos de mortalidad de aves en la recolección nocturna mecanizada en el olivar superintensivo, es motivo suficiente para poner en marcha medidas preventivas de cara a la próxima campaña.

Desde principios de enero de 2018, han salido a la luz indicios de la muerte accidental de aves en la recolección nocturna de aceitunas en el olivar superintensivo o en seto. Desde entonces, SEO/BirdLife ha tratado de obtener información sobre este problema, tanto del sector del aceite de oliva, como desde la Administración Ambiental.

La alarma surgió en la opinión pública a finales de 2017, a partir de la difusión de un informe interno de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio (CMAyOT) de Andalucía, en donde se informaba sobre el potencial impacto en las aves de esta actividad en olivar superintensivo. Posteriormente, también se conocieron otros casos en olivares en seto en  Navarra y de Portugal, y es muy probable que ocurriera en otras zonas como Extremadura, donde este modelo de cultivo está en expansión.

En opinión de SEO/BirdLife y SPEA (BirdLife en Portugal), la detección de mortalidad de aves en esta casuística de recolección es motivo suficiente para se activen medidas cautelares de cara a la próxima campaña. Mientras tanto, para tomar medidas definitivas se necesita más información para valorar el alcance real del problema,  hay que señalar que el uso del espacio por parte de las aves no es homogéneo y que no toda la superficie de olivar en seto se cosecha de noche. De hecho, las cifras barajadas en Portugal parecen ser de menor magnitud, pero los datos concretos no se han hecho públicos.

 

Olivar superintensivo dispuesto en setos o espaldera para facilitar la recogida mecanizada de aceituna ©Carlos Ruiz-SEO/BirdLife

 

Así, en concreto SEO/BirdLife solicitó a la Dirección General competente en protección de la biodiversidad tanto de Andalucía como de Extremadura -por ser las comunidades con mayor extensión de olivar superintensivo y concentración de aves en invernada-, información sobre las posibles medidas tomadas ante esta situación, instándoles además a realizar con carácter urgente, a través del cuerpo de agentes medioambientales, unas inspecciones en almazaras y zonas de recolección, para disponer de información objetiva y contrastada para valorar y actuar frente a este problema.  A fecha de hoy y tras reiterar la petición, aún no se ha tenido respuesta oficial, y tampoco se tiene constancia de que se haya tomado ninguna medida de prohibición de la cosecha nocturna en Andalucía, como se ha publicado recientemente en una  revista internacional. Igualmente en Portugal, SPEA, junto con otras organizaciones ambientales, solicitó información sobre los datos concretos y la respuesta de la administración, sin haber obtenido respuesta oficial hasta ahora.

Las organizaciones consideran que la respuesta de la administración ambiental ante un problema que puede afectar de manera significativa a la biodiversidad ibérica y europea y a la normativa en materia de conservación de flora y fauna, debería ser más rápida y efectiva. Ante un hecho como este, se debería actuar con agilidad, eficacia y rigor, máxime cuando la solución al problema puede implicar  afecciones  a un sector económico de gran importancia. La administración debería procurar conseguir la información más completa que le permita tomar medidas pertinentes y eficaces, pero mientras no disponga de esta información, su obligación debería ser dictar la prohibición cautelar.

A unos meses de la próxima temporada de recolección y antes de que zorzales, currucas y bisbitas lleguen de nuevo el próximo otoño, debe ponerse en marcha un plan de trabajo.  No en vano, este asunto se está tratando hoy mismo en la reunión del comité de expertos europeos para la aplicación de las Directivas de naturaleza, y tanto SEO/BirdLife como SPEA esperan que sirva para promover la búsqueda de soluciones.

 

El zorzal común utiliza el olivar como dormidero durante el invierno, por que que la recolección nocturna podría afectarle ©JLMR-Olivares Vivos

 

Este problema se suma a otros ejemplos que muestran la dificultad de compatibilizar la agricultura  intensiva con la conservación de la biodiversidad.  Las cosechas nocturnas en cereal, los laboreos en fechas clave o la eliminación completa de vegetación natural en las fincas están también entre las causas de la pérdida de biodiversidad en los medios agrarios. Por eso, en un momento en el que se está debatiendo cómo debe ser la futura PAC, SEO/BirdLife reitera la necesidad de que esta política tenga en cuenta todas estas evidencias y contemple las medidas y recursos necesarios para promover una agricultura más sostenible, rentable pero aliada de la biodiversidad.

Por último, cabe señalar que este tipo de recolección nocturna mecanizada sólo se realiza en los olivares superintensivos, que en la actualidad y aunque en expansión ocupan sólo el 4% de la superficie total de este cultivo en la península ibérica. El olivar tradicional en su conjunto alberga una notable biodiversidad, y además tiene un gran potencial para recuperarla,  tal como se ha demostrado en el proyecto LIFE Olivares Vivos, que coordina SEO/BirdLife.

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