SEO/BirdLife expresa su preocupación ante la autorización, emitida por la Generalitat Valenciana, para eliminar los nidos de vencejo común, una especie amenazada y protegida en la región, de la iglesia del Rebollet, en Oliva (Valencia).  La organización ambiental recuerda que la retirada de nidos de esta especie solo puede autorizarse de forma excepcional y bajo unos criterios tasados que, a su juicio, no han concurrido en este caso. La justificación que ha esgrimido el Ejecutivo valenciano –el “potencial” riesgo que generan los acúmulos de excrementos en los nidos – no solo es excesivamente laxa sino que además sienta un peligroso precedente que podría dar luz verde a prácticamente cualquier retirada de nidos de especies protegidas en la Comunitat Valenciana.

SEO/BirdLife solicita al Gobierno autonómico mayor rigor y precaución a la hora de conceder autorizaciones que afectan a especies en situación de peligro y, por consiguiente, protegidas por la ley. La vuelta de los vencejos a la iglesia de Oliva no será posible, dado que ya se ha procedido al sellado de los huecos que empleaban para anidar. Su continuidad en la zona tampoco está garantizada puesto que los nidales instalados como alternativa se ubican demasiado lejos y la orientación no es la adecuada.

La llegada de los vencejos a la Comunitat Valenciana, que marca el inicio del buen tiempo, es cada vez menor, un declive que evidencia la preocupante pérdida de riqueza natural en la península ibérica y que tiene consecuencias directas para la ciudadanía, por ejemplo y como la propia Generalitat reconoce, en la disminución “de efectos beneficiosos de control de plagas que comportan los hábitos alimentarios” de estas aves, que se nutren fundamentalmente de insectos voladores.

La ley 42/2007 es clara: no está permitido destruir o deteriorar nidos de especies protegidas –cigüeñas, golondrinas, vencejos, aviones, entre otras– y, solo de manera excepcional y bajo estrictas condiciones, se puede proceder a su retirada. En concreto, si se derivan efectos perjudiciales para la salud y la seguridad de las personas; o para prevenir perjuicios importantes a cultivos, ganado, bosques, pesca o la calidad de las aguas.

En este caso, la Generalitat esgrime un “potencial” riesgo higiénico-sanitario por la acumulación de excrementos en los nidos, a lo que añade “los parásitos propios de estas especies (piojos y ácaros)”. Sin embargo, la resolución no aporta ningún precedente de perjuicio por alguno de los motivos y aclara que adopta la decisión como “actitud preventiva”. Es más: especifica que la medida “no se justifica la necesidad de la actuación en base a una situación real que afecte a la salud y la seguridad de las personas”.

Vencejo común en vuelo. ©Nicolás López

Vencejo común en vuelo. ©Nicolás López

 

En opinión de SEO/BirdLife, la afirmación tampoco se corresponde con los hábitos de los vencejos, cuyos ejemplares adultos eliminan del nido los sacos fecales de las crías para evitar que el olor pueda atraer a depredadores, lo cual cuestiona la afirmación del sobre el posible riesgo sanitario.  En cuanto a la posibilidad de ser vectores de contagio de piojos o ácaros, solo es viable si se manipula a las aves o a los nidos directamente, algo que solo se puede hacer personal autorizado y que, por tanto, trabaja con precauciones. Este segundo argumento tampoco parece sostenerse.

“La justificación en aras la prevención resulta, en opinión de SEO/BirdLife, insuficiente. Consideramos que la medida ha sido desproporcionada y tememos que, al amparo del vago criterio de potenciales riegos higiénico-sanitarios, se puedan autorizar retiradas de nidos de especies protegidas, y necesarias en la Comunitat, de manera prácticamente discrecional. Rogamos a administración celo y rigor antes de dar luz verde a actuaciones como, en este caso, han supuesto un menoscabo del patrimonio natural de todos los valencianos”, expone el delegado del SEO/BirdLife en la Comunitat Valenciana, Mario Giménez.

Vencejo comun Dibujo 1

 

“La convivencia entre nuestro patrimonio natural y nuestro patrimonio cultural no solo es deseable sino perfectamente posible. La ley y el sentido común señalan que tanto a las administraciones como a la ciudadanía hemos de protegerlos por igual “, concluye.

 

 

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