Junto con catorce organizaciones, solicitamos avanzar en la protección estricta de, al menos, un 10 % del Mediterráneo, comprometido por España, y una gobernanza participativa para la elaboración, implementación y evaluación de los planes de gestión de los espacios.

Continuar con el compromiso y redoblar los esfuerzos para conseguir la protección efectiva del 30 % del Mediterráneo español para 2030. Esto es lo que reclamamos en el documento que hoy hemos presentado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Junto con representantes de las entidades medioambientales ANSE, ClientEarth, Ecologistas en Acción, Fundación Marilles, GEN-GOB, GOB Mallorca, GOB Menorca, Greenpeace, OceanCare, Oceana, Save the Med,  Tursiops, Vell Marí y WWF, nos hemos reunido esta mañana con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) para reconocer los avances alcanzados hasta la fecha, con un 21 % de superficie marina protegida designada en España e insistir en la importancia de que España siga avanzando en el cumplimiento de sus compromisos internacionales para proteger el medio marino.

Representantes de las ONG con la vicepresidenta Teresa Ribera, portando todos el documento presentado. Autor: Miteco

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asistido a la reunión con las organizaciones junto con la directora general de Biodiversidad, María Jesús Rodríguez de Sancho, y Fernando Magdaleno, subdirector general de Biodiversidad Terrestre y Marina.

Durante la reunión, representantes de las diferentes organizaciones hemos insistido en la importancia de los espacios marinos protegidos (EMP) para la conservación del mar Mediterráneo. “Es urgente que España cumpla con los acuerdos internacionales de protección del medio marino. Estos acuerdos establecen la necesidad de alcanzar un 30 % de los mares bajo protección y gestión eficaces, así como garantizar que el 10 % del mar quede bajo protección estricta, libre de actividades antrópicas que puedan comprometer su salud ambiental”, han indicado.

Asimismo, hemos subrayado la importancia de que el  ministerio elabore planes de gestión ambiciosos y participativos y que destine “los recursos necesarios para su implementación de modo que esta protección sea real y efectiva”.

La propuesta “Acuerdo marino entre organizaciones ambientales para la protección de un 30 % del Mediterráneo español” incluye acciones para garantizar una gestión adecuada de los espacios marinos protegidos (EMP). El documento insiste en la importancia de elaborar e implementar planes de gestión efectivos, y subraya la necesidad de designar nuevas zonas protegidas y asignar los recursos necesarios para identificar nuevos enclaves de biodiversidad adicionales más allá del 30 %, si fuera oportuno.

El documento también detalla acciones para la restauración de ecosistemas y la recuperación de especies vulnerables. Por eso, entre los objetivos propuestos están el desarrollo, publicación e implementación de los planes de recuperación de especies vulnerables o en peligro de extinción como el angelote, la nacra, la pardela balear o la tortuga boba. Cabe destacar que algunos de estos planes están en proceso de tramitación, lo que demuestra el compromiso activo de todas las partes interesadas en la conservación de la biodiversidad marina.

Pardela balear. Autor: Pep Arcos-SEO/BirdLife

Pardela balear. Autor: Pep Arcos-SEO/BirdLife

Las organizaciones remarcamos que la protección solamente será efectiva si cuenta con los recursos necesarios para garantizar una gestión adecuada de estos espacios, además de un seguimiento y una vigilancia eficaz. Sin olvidar la divulgación de los valores de los EMP entre la población para concienciar e implicar en la protección de estas, solicitan que en 2030 todos los EMP designados hasta 2025 dispongan de planes de gestión aprobados o revisados y con objetivos ambiciosos y medidas concretas.

Entre otras medidas, el acuerdo propone actuaciones para minimizar el impacto de las capturas accidentales en artes de pesca, la pesca de arrastre y la pesca fantasma; adoptar medidas para reducir el ruido submarino producido por el tráfico marino y otras actividades civiles y militares; tomar medidas eficaces que eviten la muerte de las ballenas y otras especies de fauna marina por culpa de las colisiones con barcos o mejorar la calidad de las aguas costeras, persiguiendo el vertido cero y mejorando los sistemas de saneamiento.

Por último, la propuesta insiste en apostar por una gobernanza participativa para la designación, elaboración, puesta en marcha y evaluación de los planes de gestión de los espacios marinos protegidos como base metodológica para alcanzar los objetivos de protección y conservación.

Una gran biodiversidad amenazada

La doble crisis actual –climática y de pérdida de biodiversidad– supone una grave amenaza para el mar Mediterráneo. Con más de 17.000 especies marinas (el 18 % de las conocidas en todo el mundo), el Mediterráneo es una de las zonas con más biodiversidad del planeta. Pero también es una de las más amenazadas. Las temperaturas medias de toda la cuenca ya están 1,5 °C por encima del nivel preindustrial y el declive de sus ecosistemas, como las praderas de plantas marinas, ya es una realidad.

El Mediterráneo también es un mar que sufre grandes impactos derivados del turismo masificado, del intenso tráfico marítimo o del crecimiento urbanístico del litoral, y es uno de los más sobreexplotados del mundo. Asimismo, cerca de 150 millones de personas viven y dependen de este mar.

El documento presentado hoy parte de la convicción de que las políticas ambientales propuestas serán fundamentales para sentar las bases de un futuro en que el Mediterráneo prospere y pueda seguir siendo una fuente de vida, bienestar y cultura para nuestra sociedad.

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