El programa LIFE Olivares Vivos, coordinado por SEO/BirdLife, ha demostrado que este modelo de olivicultura funciona. Genera una recuperación de especies y un aumento muy significativo de la abundancia de flora y fauna en apenas tres años. Además, es rentable: no disminuye la productividad, supone un ahorro en fertilizantes y fitosanitarios y proporciona un valor añadido a sus producciones.
Tras tres años de medidas agroambientales en los olivares que en 2016 iniciaron la reconversión a Olivares Vivos, se han recopilado 339.288 registros de flora y fauna, 83.446 registros más que en el muestreo preoperacional (un 30% más). El número de especies de aves, hormigas, abejas y plantas se ha incrementado entre un 7 y un 12%, y su abundancia aumentó en un 40% respecto a los olivares control. A medio plazo, todavía podrían recuperarse un 25% adicional de flora y fauna silvestre.
En el mayor estudio realizado a nivel mundial sobre la biodiversidad del olivar, investigadores de la Universidad de Jaén y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), socios de este proyecto LIFE, han medido la biodiversidad en 40 olivares andaluces (20 demostrativos y 20 control) de muy diversa tipología. Los resultados avalan la efectividad del modelo Olivares Vivos y refrendan la importancia del olivar para la conservación de la biodiversidad en Europa.
En los olivares que en 2016 iniciaron la reconversión a Olivares Vivos, el número de especies de los grupos estudiados (aves, hormigas, abejas y plantas) se incrementó entre un 7 y un 12% y su abundancia aumentó en un 40% respecto a los olivares control.
La modelización a partir del análisis de todos los resultados de biodiversidad recogidos en este proyecto LIFE indica que esta recuperación, alcanzada en sólo tres años, podría llegar a medio plazo hasta el 35%. Estas cifras nos dan una idea del extraordinario impacto en la conservación de la biodiversidad que tendría la extensión y popularización de este nuevo modelo de olivicultura.
El paso previo: estudio preoperacional
Tras un año entero de seguimiento y el análisis de más de 260.000 registros de campo, en octubre de 2018 se presentaron los resultados de la medición inicial de biodiversidad de los 40 olivares seleccionados en el LIFE Olivares Vivos, prospectados en la temporada 2016/2017. Las principales conclusiones fueron que, el olivar, a pesar de que ha perdido buena parte de su biodiversidad en las últimas décadas, aún alberga en su conjunto una notable diversidad de flora y fauna; y quizá lo más importante, tiene un gran potencial para recuperarla. A lo largo del proyecto LIFE, en estos 40 olivares andaluces se han encontrado 180 especies de aves, 60 especies de hormigas, 200 especies de abejas silvestres y más de 750 especies de plantas, entre ellas, una nueva especie para la ciencia, Linaria qartobensis. Para poner estos datos en contexto, cabe decir que sólo el conjunto de estos 40 olivares alberga una quinta parte de todos los taxones de estos grupos descritos en la Península Ibérica, lo que nos da una idea del gran contingente de biodiversidad que todavía albergan nuestros olivares.
Los esquemas agroambientales de Olivares Vivos
Una vez determinada la biodiversidad de partida, en cada uno de los 20 olivares demostrativos se pusieron en marcha los planes de actuación para cada finca. En estos planes, de acuerdo con los gestores de cada olivar, se planificaron las actuaciones que integran los esquemas agroambientales de Olivares Vivos: mantenimiento y gestión de cubiertas herbáceas, restauración de las zonas improductivas del olivar (cárcavas, arroyos, linderos, bordes de caminos, etc.) mediante plantaciones con especies autóctonas y la instalación de infraestructura de soporte para la nidificación y el refugio para la fauna (charcas y bebederos, muretes, cajas y postes nidos, nidales de insectos…). Estas actuaciones fueron llevadas a cabo por las olivareras y olivareros del proyecto LIFE, y mediante voluntariado y cuadrillas profesionales coordinadas por SEO/BirdLife.
Resultados tres años después de los planes de actuación
Tres años después de estas actuaciones, se volvió a medir la biodiversidad con idéntico esfuerzo de muestreo. En esta ocasión, se recopilaron 339.288 registros de flora y fauna, 83.446 registros más que en el muestreo preoperacional (un 30% más). Este incremento resultaba alentador. Ahora, era necesario analizar exhaustivamente toda esta información para determinar qué parte de este incremento se debió exactamente a las actuaciones de Olivares Vivos.
“Tras este análisis, se ha podido concluir que, finalizada la reconversión de estos 20 olivares al modelo Olivares Vivos, se han incorporado, de promedio, cerca de una treintena de especies por olivar considerando todos los grupos estudiados. Una recuperación que ha sido mucho mayor en los olivares que partían de un peor estado de conservación (suelos desnudos y ausencia de vegetación natural, la casuística más frecuente). En estos olivares, sin considerar las especies leñosas introducidas por reforestación, la recuperación de especies superó el 12% y la abundancia se incrementó en un 70%”, ha explicado Pedro Rey, catedrático de Ecología de la Universidad de Jaén y responsable del equipo de investigación que participa como socio en este Proyecto LIFE”.
Esta recuperación de especies se produjo en todos los grupos indicadores estudiados con la excepción de las hormigas. Las aves experimentaron una recuperación generalizada en todo tipo de olivares, encontrando una media de 3 especies más (algo más de un 5% de incremento) por olivar tras las actuaciones, si bien esta recuperación de especies fue mayor en los olivares que peor situación de partida presentaban, donde el incremento de especies superó al 10%. Por su parte, las abejas silvestres, un grupo de máximo interés ecológico por su papel en la polinización de plantas silvestres y cultivos, y que se enfrenta a problemas de conservación en todo el mundo, se incrementaron en los olivares vivos en una media de 25 especies. Esto supuso un incremento medio del 16%. Esta vez, el incremento fue mayor en los olivares que ya manejaban cubierta herbácea (hasta el 24,5%, frente al 7,5% en los que partían de suelos desnudos), lo que indica que, además de gestionar adecuadamente las cubiertas herbáceas, es fundamental la restauración vegetal de las zonas improductivas. En cualquier caso, si este aumento de la diversidad en los polinizadores fue apreciable, el incremento de su abundancia lo fue mucho más: en promedio un 47%, que llegó al 259% en los olivares que partían de un manejo intensivo con suelos desnudos.
Respecto a la flora, se detectaron tras las actuaciones un total de 58 especies no registradas previamente, un incremento promedio de especies de más del 14%, que superó el 30% en los olivares que partían de una situación con suelos más deteriorados y en los que, tras la conversión a Olivares Vivos, la cobertura herbácea aumentó en términos relativos hasta un 27%. En cuanto a las plantas leñosas, su aumento fue considerable al ser objeto de restauración activa. Su número se incrementó en 21 especies de promedio por olivar (un 154% de incremento, que llegó al 259% en los olivares que partían con una baja diversidad de especies leñosas).
Finalmente, en el caso de las hormigas, aunque incrementaron su abundancia en un promedio del 5%, el balance resulto negativo respecto al número de especies, pues la reducción de la biodiversidad en los olivares que ya partían de una alta biodiversidad (-17%) no ha sido compensada por el incremento de especies en los olivares que partían con niveles bajos de biodiversidad +3%). Esto puede deberse a que las hormigas tarden más tiempo en responder a las actuaciones realizadas y al predominio de especies generalistas que están adaptadas a las perturbaciones, y por tanto, con capacidad de respuesta a una eliminación agresiva de las cubiertas herbáceas.
¿Cuál será la recuperación a medio y largo plazo?
Esta ganancia en biodiversidad se ha producido en tan sólo tres años, sin embargo, es de esperar que los beneficios para la biodiversidad de la evolución de las cubiertas herbáceas, el crecimiento de las leñosas plantadas (que ahora sólo tienen tres o cuatro años) y el incremento de refugio para la fauna, aumenten con el paso del tiempo. Es lo que los ecólogos denominan “deuda de restauración”, es decir, el tiempo que tardan las actuaciones de restauración en rendir todo su potencial de beneficios ecosistémicos. Aunque habrá que esperar para medir de forma directa estos efectos en los próximos años, el análisis de toda la información de biodiversidad ha permitido modelar cuál sería esta ganancia a medio y largo plazo. “La comparación de las modelaciones realizadas en los estudios de fase preoperoacional, que reflejaron un potencial de recuperación de entre el 30 % y el 35% de especies por extensificación del manejo agrícola y diversificación del paisaje, con los resultados de recuperación registrados a corto plazo, nos informan de que, a medio plazo, todavía podrían recuperarse un 25% adicional de la flora y fauna silvestre”, ha explicado Francisco Valera, responsable del equipo de investigación del CSIC, que también participa como socio en este proyecto LIFE.
Incrementar la biodiversidad es rentable para el agricultor
Que la olivicultura de Olivares Vivos recupera biodiversidad ya es un hecho contrastado científicamente, pero ¿es rentable? La hipótesis de partida era que la recuperación de biodiversidad se transforma en rentabilidad a partir de tres vías principales: El ahorro de insumos, el pago por servicios ambientales y el valor añadido de sus producciones.
El ahorro de insumos debe producirse por el aumento de servicios ecosistémicos, es decir, por los servicios que presta la biodiversidad, por ejemplo, conservando y mejorando la fertilidad del suelo o controlando de forma natural plagas y enfermedades. El esquema de certificación de Olivares Vivos no restringe el uso de agroquímicos más allá de evitar el abuso y las malas prácticas (entre otras cosas, porque este abuso impediría el incremento de la biodiversidad). Sin embargo, el simple hecho de hacer un uso racional de estos insumos y comprobar que en muchos casos ya no son necesarios, hizo que el uso de agroquímicos se haya reducido en los olivares demostrativos durante el proyecto LIFE en un promedio del 22%. Si a este ahorro se suma que, tras comparar la evolución de la productividad de los olivares vivos con la del resto de olivares en su contexto geográfico, se ha demostrado que no afecta a la productividad, tenemos confirmada la primera vía de rentabilidad.
En cuanto al pago por servicios ambientales, la PAC cada vez está más ligada a la compensación económica por estos servicios y, en este sentido, está claro que los olivares vivos estarán mucho mejor posicionados para recibir las ayudas de la PAC ligadas a ecocondicionalidad, ecoesquemas y ayudas agroambientales. Según Marifé Bruque, olivarera participante en este proyecto LIFE, “la conversión a olivares vivos no representa ninguna merma en la productividad de la plantación (en mi caso, se ha incrementado) y representa un ahorro en agroquímicos. Pero lo más importante es la sensación de haber mejorado nuestra forma de cultivar la tierra y el valor añadido de la biodiversidad, que nos está permitiendo incrementar el precio de la aceituna a través del aumento de la demanda de los AOVE obtenidos de nuestro olivar”
En lo relativo al valor añadido, José Eugenio Gutiérrez, delegado de SEO/BirdLife en Andalucía y coordinador del proyecto, destaca: “los AOVE producidos en estos olivares vivos, aparte de los beneficios para la salud que ya de por sí tienen, también representan una contribución certificada a la conservación de la biodiversidad. Es decir, son saludables por partida doble, contribuyendo a la salud humana, pero también a la salud ambiental, las dos caras de una misma moneda”.
Un sello para ser identificado por los consumidores
Para trasladar el valor añadido de la biodiversidad a los aceites de oliva virgen extra (AOVE), se está poniendo a punto el esquema de certificación del sello Olivares Vivos, que garantizará al consumidor que el AOVE que lleva este sello se ha producido en olivares en donde se han recuperado especies de flora y fauna. Por el momento, solo lo llevan los AOVE producidos en los olivares demostrativos del proyecto LIFE pero, a partir de este verano, cualquier olivicultor podrá iniciar el proceso de certificación en Olivares Vivos.
“Gracias a este proyecto LIFE, ahora disponemos de un modelo de olivicultura que funciona y que en muy poco tiempo recupera biodiversidad de forma contrastada. Las olivareras y olivareros han mostrado su interés por este nuevo modelo de olivicultura y ya tenemos más de 600 olivicultores interesados en la certificación de sus olivares. Ahora, sólo falta que los consumidores apoyen esta nueva forma de olivicultura con sus decisiones de compra. Por nuestra parte vamos a hacer todo lo posible para acelerar la replicación de Olivares Vivos por toda la cuenca mediterránea y transferirlo a otros cultivos. Pero lo más importante ahora es seguir trabajando para conseguir que los ciudadanos conozcan este sello y todo lo que representa.”, ha concluido José Eugenio Gutiérrez.
Cultivo estratégico para conservar la biodiversidad en Europa
Olivares Vivos ha sido posible gracias al Programa LIFE, el instrumento financiero de la Comisión Europea para la conservación de la naturaleza, y ha servido para demostrar que la agricultura tiene mucho que decir en las nuevas políticas europeas en materia de biodiversidad. De hecho, Olivares Vivos se puede presentar como un referente para las políticas y estrategias europeas recogidas en el “Geen Deal” o Pacto Verde. Es un ejemplo de cómo “traer la naturaleza de vuelta a las tierras agrícolas”, uno de los principales objetivos de la Estrategia de Biodiversidad para 2030.
También integra a la perfección la filosofía de la estrategia “De la Granja a la Mesa” (conectando productores y consumidores) y sus resultados responden a los objetivos de la estrategia de adaptación al cambio climático (los olivares vivos secuestran el doble de carbono que los que mantienen suelos desnudos); a los de la Iniciativa de la UE sobre los polinizadores; a los objetivos de reducción de agroquímicos…y, sin duda, ha sido un excelente campo de pruebas para inspirar el logro de los objetivos ambientales de la nueva PAC.
“Estos resultados refrendan que la incorporación de la biodiversidad en la agricultura es un activo que mejora la rentabilidad de los agricultores a través de su emprendimiento y la búsqueda del valor añadido, pero también un referente para mejorar la implementación del componente ambiental de las nuevas políticas agrarias y ambientales. Como consumidores y como ciudadanos, debemos apoyar a los agricultores que emprendan este camino y exigir a nuestros políticos que favorezcan estos nuevos modelos de agricultura que traen la naturaleza a las tierras agrícolas y contribuyen a mejorar una salud ambiental de la que estamos tan necesitados”, ha concluido Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.
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