Los trabajadores de espacios cerrados como las oficinas pueden descargarse del estrés observando aves desde su ventana. Esto es lo que se desprende de un estudio publicado en la revista Bioscience, que demuestra que ver aves alivia la ansiedad y la depresión. No se trata de apuntarse a un maratón ornitológico (que también está muy bien) sino del hecho cotidiano de mirar a los pájaros y su entorno circundante, como árboles y arbustos, mientras paseamos por el barrio, vamos de compras o nos desplazamos al trabajo. Según los científicos, este simple hecho puede mejorar la salud mental de las personas, incluso si no se vive en una zona rural.
El estudio, que ha involucrado a 270 personas de tres municipios británicos, muestra que los niveles más bajos de depresión, ansiedad y estrés se asociaban con el número de aves que la gente podía ver durante la tarde. Se contabilizaron especies comunes en áreas urbanas como petirrojos, mirlos, herrerillos y córvidos, pero no se encontró una correlación entre las especies en sí y la salud mental. Daba lo mismo la especie observada: lo que mejoraba el bienestar psíquico de la gente era la simple interacción con las aves
El director del estudio, Daniel Cox, de la Universidad de Exeter, explica que “este estudio comienza a desvelar el papel que algunos componentes claves de la naturaleza juegan para nuestro bienestar mental”. Los investigadores también corroboraron que aquellas personas que pasan menos tiempo al aire libre, en comparación con los que salen más al campo, son más propensas a manifestar sentimientos de ansiedad o depresión.
Según este estudio, la asociación positiva entre aves, arbustos y árboles y una mejor salud mental no entiende de tipos de vecindario, ingresos económicos, edad u otros factores sociodemográficos: beneficia a todas las personas por igual. En este sentido, Cox recomienda la receta de reverdecer las ciudades: «las aves alrededor de los hogares, y naturaleza en general, muestran grandes promesas en la salud preventiva ya que hacen ciudades más saludables, lugares más felices para vivir”.
Otros estudios previos ya han puesto de manifiesto que el contacto con el medio ambiente estimula los sentidos; amplia las capacidades de observación, razonamiento y análisis; y reduce el riesgo de sobrepeso infantil, algunas enfermedades neumónicas y otras patologías de especial incidencia en la niñez como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Naturaleza como terapia
Para SEO/BirdLife aves y salud son dos palabras que van unidas. No sólo porque hay trabajos científicos que lo demuestran sino porque se cuentan por miles las personas que buscan el contacto directo con las aves y la naturaleza para desconectar de su ajetreada cotidianidad. Cada año más de 150.000 de ciudadanos, niños y adultos, participan en las actividades que la organización realiza al aire libre como viajes, excursiones, observación de aves, seguimiento de especies, censos, voluntariado, cursos y talleres, campos de trabajo, visitas a las Reservas Ornitológicas o campamentos juveniles e infantiles. Además de los motivos didácticos o lúdicos, los asistentes, acuden por el bienestar, el placer y la relajación que proporciona la observación de aves.
Con esta misma premisa de unir naturaleza y salud, se creó el año pasado Focus Natura , una iniciativa impulsada por SEO/BirdLife en el marco del proyecto Life+ Activa Red Natura 2000, en la que educadores sociales, psicólogos y especialistas en comunicación desarrollan herramientas utilizando sonidos de la naturaleza que facilitan la concentración. Los beneficios han sido corroborados por un grupo de estudiantes del IES Altair de Getafe (Madrid) que padecen TDAH, con los que han desarrollo talleres de escucha en la naturaleza. Además, en www.seo.org/escuchalanaturaleza se ofrece la posibilidad de crear composiciones musicales con el canto de las aves y con sonidos de ambientes naturales. Estas piezas audiovisuales pueden ser utilizadas para concentrarse al estudiar o para relajarse, y se pueden descargar en tabletas, móviles u ordenadores.
“Llevamos a jóvenes con TDAH a un espacio de la Red Natura 2000 y hemos hecho con ellos talleres relacionados con la escucha del canto de las aves. Hemos comprobado que el contacto con la naturaleza les ha ayudado a relajarse, a concentrarse mejor y a olvidarse por un momento de sus problemas”, explica Beatriz Sánchez, coordinadora del proyecto Life+ Activa Red Natura 2000.
Para el catedrático de Psicología Ambiental de la Universidad Autónoma de Madrid, José Antonio Corraliza, colaborador del proyecto, “la capacidad de concentración de un niño hiperactivo mejora cuando escucha el canto de un pájaro o el rumor del agua en la naturaleza”. “Las investigaciones muestran que recuperar el contacto con la estimulación que proporciona la naturaleza cercana constituye uno de los más poderosos indicadores de una vida más saludable”, añade.
Por ello, SEO BirdLife urge también a incluir la educación ambiental en el Pacto por la Educación y en ello invierte gran parte sus esfuerzos: recetar naturaleza. Con este fin se mantiene la línea de Biodiversidad Urbana que fomenta la vida silvestre en las ciudades y promueve mejoras que aseguren urbes más verdes y saludables. Mientras que el Club Aventureros, creado hace cuatro años, ya cuenta con más de 1.000 socios infantiles que aprenden a valorar la naturaleza desde pequeños.