Han lanzado un nuevo plan de diez puntos para reformar la Política Agraria Comunitaria, capaz de afrontar la crisis climática y frenar la pérdida de biodiversidad.
Las diez medidas urgentes que sugieren tienen por objeto la seguridad alimentaria a largo plazo, la conservación de la biodiversidad y hacer frente a la crisis climática. Si se adoptasen estas medidas, ‘la agricultura sostenible, basada en evidencia científica, comenzaría a revertir la destrucción de la naturaleza financiada por los contribuyentes a través de la PAC’, explican los científicos.
Más de 3.600 científicos de 63 países sostienen que la actual PAC es responsable en parte de la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, además de fallar en los desafíos socioeconómicos para las áreas rurales. En este sentido, critican que los pagos de la PAC son inadecuados: se distribuye injustamente y financia prácticas que causan la pérdida generalizada de biodiversidad, fomentan el cambio climático y degradan el suelo.
Esta declaración llega en un momento crucial, cuando se negocia el próximo período de financiación de la PAC (2021-2027), en paralelo al debate sobre el presupuesto de la UE posterior a 2020, incluido cuánto dinero se destinará a los subsidios agrícolas y qué condiciones habrá en los pagos. “Tal como están las cosas, la PAC corre el riesgo de socavar el Acuerdo Verde Europeo”, sostienen los científicos.
Desde la multifuncionalidad hasta el seguimiento y la aplicación, las diez acciones propuestas por los científicos pueden sonar como jerga política de la UE para los no iniciados, pero son pasos vitales para preservar la naturaleza en Europa. Lo que estos científicos han lanzado es una receta para la transición ecológica de la agricultura. Para lograr esto, sostienen que la PAC debería detener la financiación de prácticas destructivas, terminar inmediatamente con los subsidios a la producción y eliminar gradualmente los pagos directos, y aumentar significativamente el apoyo a la transición de los agricultores hacia una agricultura respetuosa con la naturaleza.
Por ejemplo, exigen que el 10% del área de tierras de cultivo se dedique a hábitats naturales como setos, lindes con vegetación o estanques. En este sentido SEO/BirdLife lanzó el pasado mes de noviembre el ‘Manifiesto por un barbecho favorable para la biodiversidad en la futura PAC’ en el XIV Congreso Español y VII Ibérico de Ornitología, que entre otras medidas pide que se garantice la presencia de una proporción de tierras en barbecho suficiente (de al menos el 10%) en las superficies de cultivos herbáceos, y adecuadamente gestionada para contribuir a la conservación de la biodiversidad ligada a ambientes agrarios y en particular, de las especies que dependen de ellos.
Los más de 3.600 científicos recuerdan que debería haber fondos específicos asignados a los agricultores para actividades de protección de la naturaleza. Asimismo, expresan preocupación porque los gobiernos nacionales y el Comité de Agricultura del Parlamento Europeo están diluyendo las ambiciones ambientales de la PAC «para defender los intereses de unos pocos a expensas de la mayoría». En la actualidad, el factor principal que determina el apoyo económico que recibe un receptor de PAC es el tamaño de su explotación: el 80% de estos pagos se destina al 20% de los agricultores. Esto significa que los agricultores están atrapados en un sistema donde los que tienen más tierra reciben la mayor parte del dinero, independientemente de la calidad ambiental de su agricultura. Una investigación reciente del New York Times ya ha expuesto cómo la PAC sirve a intereses estrechos, nacionales, oligárquicos y agroindustriales.
Ana Carricondo, responsable de Programas de Conservación de SEO/BirdLife subraya que “conservar la naturaleza no es una cuestión de modas sociales o protección legalmente obligatoria de determinadas especies, sino la base de una seguridad alimentaria real a largo plazo, es decir, conservar los recursos naturales garantiza la capacidad productiva de los agrosistemas”.
Por su parte, Harriet Bradley, responsable de Política Agraria de BirdLife Europa manifiesta: “Este llamado urgente de miles de científicos no tiene precedentes y llega en un momento crucial en el tiempo. Los ministros de Agricultura y muchos eurodiputados continúan ignorando la ciencia y debilitan activamente las salvaguardas ambientales de los subsidios agrícolas. Debería ser todo lo contrario: solo debemos subsidiar la agricultura ambientalmente sostenible. Es completamente absurdo usar dinero público para la destrucción de la naturaleza. Estos más de 3.600 científicos señalan acertadamente que la PAC propuesta por la Comisión es una receta para el desastre. La PAC realmente necesita tres cosas clave: dedicar espacio para la naturaleza en las explotaciones agrarias, financiar la gestión para la biodiversidad en esos ambientes y una transición justa para los agricultores».
Como precedente, el pasado noviembre de 2019 una larga lista de organizaciones que representan a más de 2.500 científicos de toda Europa, entre ellos diferentes miembros de BirdLife, y de algunos estados no miembros se unieron por primera vez para enviar una carta al Parlamento Europeo que describía el “consenso científico inequívoco” sobre la relación entre la intensificación de la agricultura y la pérdida creciente de biodiversidad. Los científicos instaban a la UE a transformar la PAC en una herramienta frente al cambio climático y la pérdida de biodiversidad, en lugar de mantenerla como un detonante del declive medioambiental. Actualmente la PAC acapara cerca del 40% del presupuesto comunitario, unos 60 mil millones de euros, respaldando un modelo agropecuario intensivo que genera pérdida de biodiversidad, contaminación del agua, el aire y los suelos, sobreexplotación de los recursos hídricos y alta huella de carbono. Reformar la PAC es urgente pues el 57% de las aves agrícolas ha desaparecido desde 1980 en la UE, e insectos como las mariposas o los polinizadores están en serio declive.
Enlace al estudio suscrito por los científicos: Acciones necesarias para que la PAC adopte desafíos hacia la sostenibilidad