He aquí un ave que viene a España con el frío y con él se marcha. El avefría es un tipo de limícola muy fácil de identificar y llamativa, según nos cuentan en el blog del grupo local SEO-Barcelona.

Eso se puede decir de todas las especies migratorias que nos visitan para pasar el invierno; el pinzón real (Pinsà mec), el zorzal alirrojo (Tord ala-roig), el chorlito dorado europeo (Daurada grossa), el esmerejón (Esmerla), el ánade rabudo norteño (Ànec cuallarg) y un largo etc… pero los nombres populares como ave-fría, aunque a menudo inexactos, son bellos; no podemos tirar al niño con los pañales.

El género Vanellus lo componen 24 especies repartidas por todo el mundo; es un tipo de limícola cuyos representantes suelen ser fáciles de identificar y a menudo llamativos, cosa que no sucede tanto con loarchibebes, andarríos y correlimos.

Avefría. ©Grupo-Local-SEO-Barcelona

De punta de pico a punta de cola, la avefría europea mide entre 28 y 31 cm y, aunque no lo parezca, puede alcanzar los 87 cm de envergadura alar. Su dimorfismo sexual resulta muy leve; en plumaje reproductor, la hembra tiende a presentar más blanco que el macho en el patrón facial y conserva la garganta blanca que ambos comparten en plumaje de eclipse.

Es un ave sencilla de observar cerca de Barcelona, en los espacios naturales de la desembocadura del Llobregat, por ejemplo, durante el invierno.

La península ibérica alberga varias zonas de residencia donde se reproduce. En Catalunya, al menos dos parejas crían en los arrozales de la Gallinera (Aiguamolls de l´Empordà) pero los datos antiguos del SIOC (ICO) hablan de entre 5 y 10 parejas, como mucho. Sin embargo, durante el invierno nos visitan algunos miles procedentes de la Rusia occidental, Escandinavia y norte de Europa. Aunque gusta de los humedales, igualmente es común en terrenos agrícolas ya que, sobre todo en invierno, no depende excesivamente de las zonas húmedas y puede verse incluso en los secanos de Lleida. Antes del 2015, el Cortalet (Aiguamolls de l´Empordà) y la Maresma del Remolar-Filipinas acogía centenares de estas limícolas, pero últimamente se cuenta, a lo sumo, por decenas. Dicho sea de paso, lo mismo le ha sucedido al chorlito dorado europeo (Daurada grossa), con quien solía compartir las orillas y aguas someras de esos lugares.

Nuestra protagonista de hoy es un carnívoro irredento que se alimenta de invertebrados incluso en invierno, cuando otras aves aceptan complementar su dieta con materia vegetal. La avefría europea se ríe de esa tolerancia; en orillas y campos arrasa con lombrices (su plato principal), escarabajos, larvas de insectos variados, polillas, grillos, hormigas, moscas, arañas y caracoles.

Para criar necesita terrenos con vegetación baja o muy baja, desde tundra a barbechos pasando por brezales y páramos en cuyo suelo excava un nido somero. En Europa utiliza principalmente campos de labor que estén por debajo de los 800 metros, pero en el SO de China se ha citado incubando a 3.350 metros. Su área de distribución mundial abarca desde las Canarias (en invierno) hasta la punta SO de China (en primavera). Es estival en la Eurasia boreal y solo puntualmente se adentra en el ártico propiamente dicho, fenómeno que ocurre en Escandinavia y el NO de Rusia. Desde el NO de Irán hasta Irlanda (península ibérica incluida) hay poblaciones sedentarias. En invierno alcanza los subtrópicos; Canarias, el África mediterránea, oriente próximo, medio y lejano, hasta el NO de Tailandia, el sur de Corea del Sur y la mitad meridional de Japón.

Aunque se estima una población europea de aproximadamente 2.000.000 de parejas (+/- 500.000) padece un descenso generalizado de población a causa de la intensificación agrícola, la falta de insectos, las cosechas mecánicas en época de reproducción, inundaciones artificiales y naturales, depredación de los pollos por animales domésticos… Todo esto ya os tiene que sonar mucho. El desastre fue peor en el siglo XX pero aunque ahora va más despacio, sigue adelante. Desde 2015 está clasificada como especie vulnerable en Europa y, a nivel, global, casi amenazada.

Autor: Salvador Solé

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