A pesar de la necesidad de alinear emergencia climática y de biodiversidad -como demandan las ONG en la COP25- , el documento deja coja la parte centrada en la naturaleza

Los objetivos previstos para reducir el uso de plaguicidas y fertilizantes han sido eliminados bajo presión de grupos de intereses

 

La Comisión Europea, cumpliendo con la promesa de su presidenta Ursula von der Leyen, ha presentado hoy en Bruselas su tan esperado EU Green Deal (nuevo acuerdo verde europeo). El documento se centra predominantemente en la actual crisis climática sin aportar soluciones para la crisis de biodiversidad. Pese a los contundentes informes científicos publicados en los últimos meses que pronostican una extinción en masa de especies, el “Green Deal” europeo deja mucho que desear en materia de biodiversidad.

Sobre la biodiversidad:

La naturaleza en Europa se ha degradado hasta el punto de ser irreconocible por lo que el “Green Deal”  debería haber sido mucho más preciso en sus objetivos para frenar la pérdida de biodiversidad y cómo conseguirlo. En realidad, el documento deja los objetivos y medidas para una estrategia que la Comisión presentará en marzo y que pretende servir para que Europa lidere la próxima Conferencia de Diversidad Biológica que se celebrará en China el año que viene. No plantea, por ejemplo, la necesidad de proteger nuevas áreas ni en tierra ni en el ámbito marino y pese a que la ONU ha declarado la próxima década como la de la restauración, el texto no indica objetivos ni la forma en la que hará que los Estados miembro la lleven a cabo, aunque sí deja la puerta abierta a una nueva legislación específica para conseguirlo.

“La biodiversidad tendrá que seguir esperando. A pesar de la incontestable crisis ecológica, la naturaleza vuelve a quedarse atrás en este nuevo acuerdo europeo que nos deja con un sabor agridulce. Quizás la nueva estrategia de biodiversidad prevista para marzo de 2020 se convierta en su última oportunidad”, afirm Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife.

Sobre la aplicación de la legislación:

Aunque la Comisión se compromete a hacer cumplir la legislación medioambiental, los medios que propone son en gran medida ineficaces, ya que se centran en seguir como si no hubiera pasado nada, en lugar de centrarse en responsabilizar a los Estados miembros por infringir la legislación. Esta fórmula es la que ha existido hasta ahora y que se ha demostrado fallida. Europa cuenta con una buena legislación que hubiera permitido tener el medio ambiente en buenas condiciones si no fuese sistemáticamente incumplida por los Estados miembro. Con el fin de hacer cumplir las leyes de protección de la naturaleza ya existentes en Europa, la Comisión debería, en primer lugar, reforzar su propia capacidad de investigación y sanción que asegure que los Estados miembros no infrinjan la ley.

Sobre los bosques:

En este documento la Comisión ha apostado por plantaciones de árboles que sean útiles para cumplir con los objetivos climáticos en vez de apostar por los bosques como ecosistemas sanos y resilientes que nos ayuden en los objetivos de mitigación y adaptación. Europa necesita menos plantaciones de árboles y más restauración de bosques degradados. 

Sobre la agricultura:

Aunque el documento reconoce el impacto de la agricultura en la pérdida de biodiversidad, en las emisiones y la contaminación de las aguas no aporta soluciones creíbles para cambiar esta situación. Por ejemplo plantea una nueva legislación para promover la reducción del uso de plaguicidas, cuando ya contamos con una directiva que de cumplirse podría llegar a ser suficiente (mostrando nuevamente la poca capacidad que tiene la Comisión para hacer cumplir las normas ambientales). Sobre el consumo sólo se centra en la información pero sin focalizar en la necesaria reducción general, o de alimentos de origen  animal en particular. El propio documento indica que la PAC debe contribuir activamente a la lucha contra el cambio climático en un 40%, algo a lo que el propio Tribunal de Cuentas ha considerado que es una «invención», pero no establece objetivos similares para la contribución a la conservación de la biodiversidad en el medio agrario en general, o al menos de la Red Natura 2000. Además, los objetivos previstos para reducir el uso de plaguicidas y fertilizantes, así como el desperdicio de alimentos han sido eliminados bajo presión de los grupos de presión.

En el medio marino:

Pese a que la comunidad científica ha puesto el foco en la deplorable situación de nuestros mares y océanos  el documento solo muestra buenas intenciones ni objetivos ni medidas. 

Aunque la Comisión propondrá medidas para gestionar el espacio marítimo de manera más sostenible a fin de prestar mayor atención a los ecosistemas sanos y resistentes, no existen objetivos concretos para hacer frente a la pesca destructiva, reducir el consumo de pescado ni gestionar las zonas marinas protegidas.

Ambición climática

En materia de ambición climática la Comisión Europea da un paso más, tal y como se esperaba, para incrementar el objetivo de reducción de emisiones del 40% al 50-55% (respecto al año 1990). Esto respalda la necesidad urgente de una acción climática más ambiciosa en la próxima década. Sin embargo, desde la comunidad científica y las ONG venimos reclamando un mayor esfuerzo (de hasta el 65%) para conseguir el objetivo de que la temperatura global del planeta no supere el 1,5ºC. Por otra parte, a pesar de este importante paso al frente, la Comisión no presentará la evaluación de impacto del plan de subida de ambición (con el que pretende determinar el porcentaje más efectivo para lograr la neutralidad climática en 2050) hasta el verano que viene, retrasando con ello la revisión y posterior presentación formal del nuevo NDC. De manera que el nuevo objetivo de ambición 2030 no sólo quedaría fuera de la nueva Ley Climática (que se propondrá en marzo de 2020), sino que corre el riesgo de no llegar a tiempo para la próxima Cumbre del Clima (COP 26) en Glasgow.  

 

Según Juan Carlos Atienza, responsable de Gobernanza Ambiental de SEO/BirdLife «Este documento de intenciones de la Comisión Europea es un paso adelante pero está muy lejos de lo que Europa necesita y lo que necesitamos los ciudadanos europeos.Sin duda, el hecho de que hayan tenido que presentar este documento a los 10 días de constituirse la Comisión ha afectado a la profundidad y ambición del mismo. Esperamos que en los próximos meses la Comisión amplíe su compromiso con el objeto de asegurar que contamos con las herramientas que nos permitan salir de la crisis climática y de biodiversidad de una forma justa para los ciudadanos».

 

 

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