SEO/BirdLife ha enviado al Miteco una serie de consideraciones para asegurar un despliegue sostenible de esta energía

SEO/BirdLife insta a las administraciones públicas y al sector de las energías renovables a anticiparse al despliegue de la tecnología eólica en el mar, asegurando que respeta la importante biodiversidad que acogen las aguas españolas. España fue pionera en la protección de espacios marinos de alto valor ecológico, y a la vista del significativo potencial de las renovables marinas a 2030, está en disposición de reforzar los instrumentos que garanticen que los proyectos se ubiquen en zonas de mínimo impacto para la rica biodiversidad marina del país. De esta manera se evitarán las innecesarias presiones que está sufriendo un número cada vez más notable de espacios terrestres de alto valor ecológico en los que se plantean proyectos renovables que podrían ubicarse en zonas de menor sensibilidad para la naturaleza.

Para hacer frente al desafío del cambio climático, resulta imprescindible que el sistema energético sea 100% renovable lo antes posible y no más tarde de 2050, cuando España ha de alcanzar las cero emisiones, en cumplimiento del Acuerdo de París.

Tanto la Unión Europea (UE) como España, a través de su Plan Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, resaltan el potencial de la energía eólica marina como herramienta para dejar atrás los combustibles fósiles. Otros países europeos, con grandes extensiones marinas relativamente someras, ya han avanzado significativamente en el desarrollo de la eólica marina, siendo Reino Unido y Alemania los dos países con mayor desarrollo de esta actividad a nivel mundial. En el caso de España, cuyas aguas son en promedio mucho más profundas, las tecnologías más viables, especialmente los aerogeneradores flotantes, no son competitivas por el momento, aunque se espera que, en un corto periodo de tiempo, los costes de los proyectos bajen, abriendo así un despliegue renovable amplio en el litoral español.

Instalación eólica marina © Thomas G. en Pixabay

 

Evitar los errores en tierra

“España fue pionera en la UE a la hora de proteger los espacios marinos de alto valor ecológico. Para ello, contó con el trabajo previo de SEO/BirdLife, que a principios de este siglo identificó las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad en el mar. Ahora, España tiene la oportunidad de liderar una transición energética modélica en el mar, evitando los desajustes y errores que se están dando en el desarrollo renovable en tierra”, explica la directora ejecutiva de SEO/BirdLife, Asunción Ruiz.

En el medio terrestre y especialmente desde 2018, SEO/BirdLife viene constatando un notable incremento de proyectos planteados dentro de Red Natura 2000, la red europea de espacios protegidos, o en Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA, en sus siglas en inglés). Precios de suelo más bajos y una normativa autonómica y estatal que, por el momento, no ha logrado desincentivar proyectos en zonas de alto impacto para la naturaleza, son los dos factores principales de esta distorsión. La organización conservacionista viene reclamando desde hace varios años una planificación clara y vinculante tanto al Gobierno central como a los autonómicos, acompañada de un impulso decidido al autoconsumo, las comunidades energéticas locales y a las medidas de eficiencia energética, entre otras acciones para asegurar un desarrollo renovable responsable con la biodiversidad.

“Según las estimaciones del sector energético, en España es necesario ocupar entre el 1% y el 3% de la superficie terrestre para cumplir con la planificación renovable a 2030. Estos números nos dicen que las renovables pueden y deben ser responsables. Las cuentas tienen que salir también social y ambientalmente. Es responsabilidad de las administraciones públicas, pero también de los promotores. No es razonable presentar a evaluación ambiental proyectos a sabiendas de que su impacto en la naturaleza es crítico. Y ya no se trata de hechos aislados, sino de un número demasiado alto”, señala Ruiz.

Aves marinas junto a molinos eólicos ©Pep Arcos-SEO/BirdLife

 

En el mar, sin embargo, España cuenta con todos los elementos a favor para evitar que las renovables pongan en riesgo la biodiversidad de forma innecesaria. La normativa estatal es clara y marca zonas excluidas a proyectos eólicos por motivos ambientales. Estas zonas están determinadas en un mapa de zonificación desarrollado en 2009, pero el nivel de conocimiento y el grado de protección de las aguas territoriales ha cambiado sustancialmente desde entonces. Antes de que el despliegue de la eólica off-shore sea una realidad, SEO/BirdLife considera necesario:

-Actualizar el mapa de zonificación. En 2014, se protegieron –dentro de Red Natura 2000–- 49 espacios protegidos. La nueva versión del mapa ha de adaptarse a esta realidad y anticipar los espacios que se encuentran en fase de estudio para su protección en los próximos años, fruto especialmente de los trabajos del proyecto LIFE IP Intermares, en el que participa SEO/BirdLife.

-El mapa revisado ha de seguir considerando como áreas excluidas todas las áreas protegidas y, de manera particular, la Red Natura 2000.

-También deben ser consideradas zonas excluidas las IBA marinas integradas dentro del inventario de SEO/BirdLife.

-En el caso de las aves, particularmente sensibles a los parques eólicos (colisiones, efecto barrera, pérdida de hábitat), es preciso diseñar un nuevo mapa de sensibilidad específicamente elaborado ante la eólica marina, que permita identificar zonas de riesgo ante esta amenaza particular, aunque queden fuera de áreas protegidas. Este tipo de herramientas han guiado la instalación de parques en el norte de Europa, donde la offshore está ya activa.

-El despliegue de la eólica marina debe iniciarse mediante proyectos de pequeña envergadura, en los que prime la evaluación de posibles impactos ambientales, a modo de experiencias piloto.

La organización ha trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) estas consideraciones, de cara a una posible actualización de la normativa en el marco de la Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y las Energías del Mar que ultima el Gobierno.

 

Línea de aerogeneradores eólicos en Dinamarca ©Marcelkessler en Pixabay

 

Responsabilidad internacional de España con la biodiversidad marina

España cuenta con una gran diversidad de especies marinas, muchas de ellas catalogadas como amenazadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) a nivel global, identificadas como sensibles por la normativa comunitaria o catalogadas como amenazadas en nuestro país. Entre ellas, la pardela balear, la especie de ave más amenazada de Europa, que solo cría en Illes Balears.

Nuestro país, acoge dos de los corredores migratorios más importantes del mundo, por los que discurren millones de aves cada año, tanto marinas como terrestres. En uno de ellos, el Cantábrico-Galaico con flujos de aves marinas que cobran notoriedad especialmente a partir del cabo de Ajo (Cantabria) y que van en aumento a medida que avanzan hacia Galicia, se están planteando grandes proyectos eólicos -especialmente, en territorio gallego- que podrían convertirse en un obstáculo potencialmente mortal para millones de aves. Similares anuncios se están realizando en Andalucía o Canarias.

“Es importante actualizar y reforzar la normativa que protege a la biodiversidad marina pero también es fundamental contar con administraciones exigentes y promotores responsables, que planteen proyectos con estudios de impacto ambiental sólidos, de calidad y alejados de zonas sensibles”, apunta el responsable del Programa Marino de SEO/BirdLife, Pep Arcos. “Además, los proyectos deberían empezar con instalaciones de pequeñas dimensiones a modo de experiencias piloto, y deberían presentar una planificación adecuada para el seguimiento de los impactos, así como adoptar el compromiso para investigar y tomar medidas de mitigación de los mismos cuando sea necesario”, añade.

SEO/BirdLife trabaja desde 1993 por unas renovables responsables

Las energías renovables son una parte fundamental de la solución a la crisis climática, pero, si se ubican en espacios de alto valor natural, contribuyen a la destrucción de la biodiversidad, que también es fundamental para frenar el cambio climático, afrontar la recuperación post-COVID 19 e imprescindible para asegurar calidad de vida a la ciudadanía y a las generaciones futuras.

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