La olivicultura sostenible ha llevado su mensaje a Bruselas a través del proyecto Life Olivares Vivos, que fue presentado ayer por Carlos Ruiz, técnico de este proyecto coordinado por SEO/BirdLife, en el Grupo de Diálogo Civil del Olivar de la Comisión Europea.
Ruiz comenzó destacando las posibilidades de conservación de la biodiversidad que ofrece el olivar, siempre y cuando se realice una adecuada gestión. “Este beneficio o externalidad que genera un olivar así, debe ser retribuido por la sociedad de diferentes formas. Una es, evidentemente, la Política Agraria Comunitaria que cada vez más se enfoca en esa dirección, aunque no al ritmo que nos gustaría”, señaló. Mientras tanto, SEO/BirdLife, con Olivares Vivos, se ha adelantado a la llegada de esos necesarios cambios en la PAC fomentando el emprendimiento del sector olivarero y la responsabilidad de parte de los consumidores.
“Entre las razones que originaron el proyecto está la importancia del olivar para la biodiversidad, por situarse en la cuenca mediterránea -uno de los puntos calientes para la diversidad biológica del planeta-, por los problemas ambientales que atraviesa y por el potencial para sobreponerse a esos problemas y convertirse en un cultivo estratégico para la conservación de la biodiversidad en Europa”, explicó Ruiz.
También destacó el cada vez mayor interés de ciudadanos e instituciones por la conservación de la vida silvestre en los campos agrícolas y que esta preocupación se está convirtiendo en un criterio de decisión de compra. “Esto abre una vía de rentabilidad ligada al valor añadido de recuperación de la biodiversidad que puede suponer un aliciente, sobre todo teniendo en cuenta que numerosos olivares atraviesan dificultades económicas, y particularmete los tradicionales, los de montaña y los de secano”.
Los asistentes al grupo de diálogo -de diferentes países productores de aceite de oliva de la Unión Europea- pudieron conocer los pormenores de Olivares Vivos: sus distintas etapas de actuación; las acciones de investigación, de restauración ambiental y de voluntariado; el marketing y comunicación; la recuperación de la cultura del olivar; el asesoramiento y formación para olivareros; y las estrategias de comercialización y la marca entre los consumidores.
Entre las preguntas e intervenciones de los asistentes destacó el interés por dar continuidad al proyecto una vez finalizado y la posibilidad replicarlos en otros países comunitarios de la cuenca mediterránea como Italia, Portugal o Grecia.