CONCLUSIONES
Esta 25ª edición del Congreso Español de Ornitología celebra la contribución de la avifauna, como grupo faunístico mejor estudiado, a la conservación de la biodiversidad.
La mejora del conocimiento sobre las aves debe continuar consolidando información a largo plazo para informar políticas y normativas, y activar acciones decididas de conservación y de restauración. También puede ser útil en cuestiones en apariencia ajenas a la investigación o la conservación, como es el caso de la diplomacia y la resolución de conflictos, cuestión que fue tratada en la sesión inaugural del congreso.
Esta cita bianual con la ornitología permite mostrar la amplia variedad de líneas de investigación. Una de ellas, sin duda, es la bioacústica y su implicación en los procesos ecológicos y evolutivos, así como para la conservación de especies. En Menorca, hemos podido profundizar en cómo el declive poblacional y contracción de rangos llevan asociados en una pérdida de la diversidad de cantos, que para algunas especies puede ser vital para su supervivencia.
Se han abordado otras líneas como las estrategias de cría cooperativa, la ganancia de peso previo a la migración, los efectos vinculados a la temperatura y la humedad, los cambios vinculados a la coloración, o la modificación del hábitat de salinas.
También se ha expuesto el impacto de la concentración de mercurio, y su interacción con el selenio, en colonias de aves marinas en el Ártico; la gran coincidencia entre las rutas de barcos pesqueros y los viajes de alimentación de las pardelas; y se ha actualizado la situación del ave más amenazada de Europa, la pardela balear: se estiman unas 3000 parejas reproductoras y un total de población de unos 25.000 y 30.000 individuos. Los modelos demográficos, básicos para predecir el futuro de esta especie, indican que la probabilidad de extinción es muy alta. Con las tasas de mortalidad actuales, las poblaciones no son viables.
Las sesiones del 25º Congreso también han posibilitado compartir resultados sobre datos genómicos, que permiten avanzar en la recuperación de historias evolutivas, demografía histórica y patrones de variación geográfica. Otra cuestión tratada ha sido la introgresión debida a la hibridación entre especies y subespecies, que puede generar nuevos linajes evolutivos. Y también se han compartido avances en técnicas de secuenciación de ADN, que permiten obtener genomas completos a bajo coste.
El 25º Congreso también ha servido para volver a reconocer el papel fundamental de las colecciones de los museos de ciencias naturales, que representan una fuente valiosa de tejidos para estudios genómicos.
Por otro lado, siendo su sede Menorca, resultaba imprescindible abordar los retos de la conservación de la biodiversidad en islas. El 2,2% de la superficie emergida del planeta son islas, albergan más de 3.500 especies, muchas endémicas. Se trata, en su mayoría, de taxones vulnerables y expuestos a un riesgo de extinción. De hecho, unas 3.000 especies insulares ya han desaparecido Esta cuestión -la de evitar más extinciones en ambientes insulares- constituye el principal desafío de la conservación en islas, de acuerdo con lo expuesto en el Congreso, donde también se ha abordado la recuperación de poblaciones de especies no endémicas. Illes Balears es un ejemplo de ello con trabajos con el milano real, el buitre negro, el águila de Bonelli o el calamón, entre otras.
La introducción de depredadores constituye la principal amenaza para las especies isleñas. Esta problemática se ha abordado en varias de las mesas del Congreso, coincidiendo todas ellas en que queda trabajo por hacer, a pesar de los crecientes esfuerzos de gestión de gatos (entre otros depredadores). Existe además una falta de información que dificulta analizar los resultados a nivel del mediterráneo.
Se ha subrayado la relevancia del mar en las acciones de conservación insulares y de la necesidad de contar con la población local -es necesario tener en cuenta el bienestar de las personas que viven en las islas si queremos garantizar su conservación a largo plazo- y la de visitantes para que su gestión sea compatible con el desarrollo socioeconómico. En este punto se ha citado otra acción de Illes Balears: el contrato agrario de la Reserva de Biosfera, de Menorca impulsado para apoyar los servicios ecosistémicos que ofrecen las actividades agroganaderas.
Otra cuestión que ha surgido en el debate sobre islas es la de la educación ambiental como herramienta fundamental de conservación y que va más allá de la enseñanza reglada y que puede y debe extenderse a los adultos. Y se ha citado la relevancia de regular acceso a áreas sensibles, modificar rutas para evitar molestias o la implantación de zonas donde fondear.
La falta de recursos, el necesario cambio de modelo socioeconómico en un mundo que debe avanzar hacia la descarbonización y, por supuesto, el impacto del cambio climático en estos ambientes han sido otras cuestiones que han surgido en las exposiciones, así como la de avanzar en la coordinación y colaboración entre espacios y experiencias de conservación en islas, que pueden ser auténticos laboratorios para iniciativas de conservación, uso público, divulgación y optimización de recursos.
Otra de las aportaciones del Congreso es la publicación de la nueva Lista de Aves de España, que suma 638 taxones, con las rarezas impulsando el crecimiento de taxones. Este nuevo compendio demuestra la creciente cantidad y calidad de las observaciones que facilitan las pajareras y pajareros, avalando el buen momento que vive la ornitología en la actualidad.
Esta nueva herramienta se suma al III Libro Rojo de las Aves de España y el III Atlas de Aves de España en Época de Reproducción, editados por SEO/BirdLife en el último año, y que dejan un mensaje claro: la constatación de declives poblaciones, la pérdida de áreas de distribución y la inclusión de un taxón en una categoría de amenaza no constituyen metas de conocimiento, sino el comienzo del trabajo para revertir la pérdida de biodiversidad, con el objetivo de comenzar a ganar naturaleza antes de que termine esta década.
La celebración del 25º Congreso ha coincidido con el vigésimo aniversario del hundimiento del Prestige, una catástrofe fruto de un cúmulo de desaciertos que marcó un antes y un después en la historia de la organización, tanto en términos de movilización de las voluntarias y los voluntarios en tareas de limpieza y recuperación de aves petroleadas, como en el análisis de las implicaciones que sufrió la biodiversidad posteriormente. En el congreso, se subrayaron algunos de los resultados obtenidos, como el menor éxito reproductor de colonias petroleadas de cormoranes moñudo. Al tiempo, se destacó la importancia de profundizar en el conocimiento y protección de áreas marinas de alto valor ecológico, con especial mención a los corredores migratorios; se llamó la atención sobre el impacto de la basuraleza sobre las aves marinas -especialmente, artes de pesca abandonadas- y sobre el impacto de la gripe aviar en este grupo. Por último, se ha incidido en la necesidad de asegurar que los nuevos usos –y, en particular el de la eólica marina- no supongan un menoscabo a la biodiversidad.
El despliegue renovable ha sido una temática prácticamente ubicua en los debates. El 25º Congreso, que ha coincidido con la celebración de la 27ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, ha acogido las Segundas Jornadas Estatales por unas Renovables Responsables de SEO/BirdLife, centradas en analizar la utilidad y el margen de mejora de las actuales zonificaciones de sensibilidad ambiental para orientar los proyectos a zonas de nulo o bajo valor ecológico. Entre las principales conclusiones, la necesidad de dotar a estos instrumentos de carácter vinculante y rango normativo, la oportunidad que constituye compartir y homogeneizar información para ponerla a disposición de los agentes de la transición energética, y la urgencia de analizar el impacto de nuevas tecnologías, muy especialmente la eólica marina.
El modelo productivo ha sido otra de las grandes cuestiones tratadas en el 25ª Congreso. La intensificación es unos de los principales factores del declive poblacional de las especies asociadas al medio agrario y suscita especial interés en la comunidad científica. Si bien siempre hay factores y mecanismos que se escapan al estudio, la investigación sobre aves agroesteparias de los últimos años ha generado conocimiento suficiente para orientar la definición de medidas más eficaces para la gestión de los hábitats agrarios en los que se desenvuelven. Esta información se ha procurado integrar tanto en la recientemente aprobada Estrategia Estatal para la Conservación de las Aves ligadas a medios agrarios, como, junto con otros objetivos, en el nuevo Plan Estratégico de la PAC para España.
El reto específico de la conservación de este grupo es que debe trabajarse simultáneamente en mantener y aumentar la rentabilidad económica de un sector, el de los sistemas cerealistas de secano, los pastizales y la ganadería extensiva, que se enfrenta a un mercado global donde difícilmente puede competir, y un cambio climático que ya tiene efectos evidentes que también afectan a la propia biología de las especies.
Ante la urgencia y limitación de recursos, surge el debate entre actuar y centrar todos los esfuerzos en las zonas críticas y donde hay una obligación de conservación, o bien aplicar las medidas a escalas más generalistas para aumentar la calidad de los hábitats agrarios y la funcionalidad de los agrosistemas en todo el territorio. Donde sí hay acuerdo es en que no debe perderse el tiempo en buscar una única respuesta y actuar ya con todas las herramientas, que se acompañarán de un sistema de seguimiento y evaluación continua que permita ir respondiendo y adaptando las medidas.
Por último, otra de las cuestiones que han sobrevolado esta cita bianual con la ornitología es la conexión incuestionable entre la conservación de la biodiversidad, y de las aves, y la salud humana.
La exposición ambiental a contaminantes químicos es una realidad cuyas consecuencias en la salud de las aves y en la salud humana son claras: la disrupción endocrina y metabólica explica muchos de estos efectos indeseables. Y en este campo la mujer se sitúa en la posición de mayor riesgo tanto por su fisiología particular como por la posibilidad de transmitir el daño a la descendencia.
Las aves son centinelas del efecto en la especie humana: muchas especies de aves son sinatrópicas con la especie humana, compartiendo espacios y medios, por lo que son excelentes indicadores de los que ocurre en la salud. Entre los efectos más preocupantes derivados de la exposición a disruptores endocrinos están los problemas neuroconductuales. Los estudios de comportamiento en aves pueden ser de gran utilidad para entender que está ocurriendo.
Los bosques proporcionan hábitat para la vida silvestre, capturan y almacenan carbono y protegen las fuentes de agua, pero, además, las interacciones químicas y microbiológicas entre los bosques y la salud humana generan efectos positivos en la salud de las personas. La investigación ecológica y química experimentada en humanos revelan hasta qué punto los bosques pueden considerarse una fuente de salud. Sustancias químicas volantes, denominadas terpenos, que los árboles utilizan como mecanismo de defensa y para comunicarse entre ellos, son también beneficiosas para las personas.
La medicina ha demostrado su déficit y la naturaleza tiene puede contribuir a contrarrestarlo. La salud de los niños y adolescentes ha de ser naturalizada y esto debe ser una de las prioridades de nuestro sistema. El crecer en contacto directo con la naturaleza genera múltiples efectos positivos en la salud de los menores, combate el déficit de atención, mejora la psicomotricidad, reduce la obesidad, etc. Por ello, la prescripción de naturaleza debe ser una realidad para combatir muchas de las enfermedades que padecen estas generaciones.
A pesar de ello, las investigaciones realizadas, que se basan en el análisis de contaminantes orgánicos de origen antrópico, especialmente en espacios naturales importantes para las aves, las zonas IBA, revelan que el cambio de mentalidad aún no se ha producido y que las medidas adoptadas por las administraciones son lentas. Por ello desde SEO/BirdLife se generan estudios que permitan demostrar la presencia de contaminantes orgánicos en matrices biológicas de aves, con el fin de valorar el impacto de la contaminación antrópica.
En el acto de clausura tuvo lugar la a conferencia sobre la capacidad adaptativa de las aves a los entornos urbanos. En este sentido, Diego Gil, investigador en ecología evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales MNCN-CSIC destacó que la expansión de las ciudades ha obligado a algunas aves a adaptarse al entorno urbano y modificar su alimentación, canto e incluso personalidad, de manera que especies como las palomas, gorriones o golondrinas son «más atrevidas» que sus parientes silvestres.
Estas conclusiones de Menorca quieren finalizar con un agradecimiento y un reconocimiento a la isla y, en particular, a los esfuerzos que se están realizando tanto desde la sociedad civil como desde las administraciones insulares por hacer frente a la emergencia climática y proteger, al tiempo, su rico patrimonio natural.
Toda la información relativa al congreso está disponible EN ESTE ENLACE