La imitación es una de las principales herramientas de aprendizaje para los más pequeños. Por ello, mostrar una actitud correcta delante de ellos es fundamental para su desarrollo personal y para su forma de actuar en el mundo. Educar desde la infancia para hacer adultos responsables es una tarea que nos atañe a todos.
Es importante ser conscientes de nuestra responsabilidad con el entorno, más aún en la época estival, cuando pasamos más tiempo en lugares como la playa o la montaña, donde podemos disfrutar de espacios naturales de gran belleza y cuya protección depende en gran medida de nuestro comportamiento.
Para ello, es fundamental el conocimiento y la formación, dar las herramientas necesarias, las pautas para que los más pequeños se sientan parte del planeta. “No se conserva aquello que no se conoce. Muchas veces son conscientes de que están ensuciando desde un punto de vista paisajístico, pero no saben que dejar un vidrio puede provocar un incendio o que un plástico puede intoxicar a algunos animales”, afirma Miguel Muñoz, de SEO/BirdLife.
En este sentido, Ecoembes y SEO/BirdLife ofrecen cinco recomendaciones para enseñar a los niños a respetar el medio ambiente al mismo tiempo que disfrutan del periodo estival:
- Reducir, reciclar, reutilizar. Durante el verano también tenemos la obligación de seguir fomentando la economía circular para dejar definitivamente atrás el concepto tradicional de “usar y tirar”. Entre todos tenemos que interiorizar la regla de las 3R, conscientes de que los residuos pueden tener una segunda vida.
- Electricidad: El verano es, además, un buen momento para reforzar la labor de concienciación con los más pequeños. Ya sea de viaje o en nuestro destino vacacional, debemos hacer hincapié en hábitos cotidianos. Un buen momento del año para transmitir que gestos aspectos como el consumo de luz son factores clave para el cuidado del medio ambiente.
- Agua: El verano es tradicionalmente una de las épocas del año de mayor consumo de agua. Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), los hogares españoles consumen una media de 132 litros de agua por habitante y día. Cada gesto cuenta y todo lo que consumimos deja su huella.
- Littering: El abandono de residuos en entornos naturales, más conocido como littering, se ha convertido en un problema global que está dañando la flora y fauna de nuestro país. Que los niños tomen contacto con la naturaleza y se sientan parte de ella es un elemento esencial para su cuidado. Por ello, tanto en la playa como en la montaña, si no hay papeleras cerca, hay que enseñarles a guardar los residuos para depositarlos más adelante en su contenedor correspondiente.
- Transporte: Otro asunto a destacar es el ralativo al transporte durante el verano. Una época del año de mucho movimiento, lo que conlleva contaminación atmosférica. Por esta razón, resulta fundamental enseñar a los más pequeños a utilizar el transporte público o la bicicleta para trasladarse a la playa o para visitar cualquier punto de interés.
“Educar y sensibilizar a los niños para fomentar una conciencia ambiental es una labor de todos. Es necesario inculcarles el respeto por el entorno para que sepan que el futuro del planeta depende de ellos. En este sentido, es necesario un cambio de modelo donde todos los residuos se consideren y se conviertan en recursos para generar algo nuevo y útil”, asegura Miguel Muñoz, de SEO/BirdLife.