La creación del Fondo de Cali es un avance positivo, pero su carácter voluntario y su dependencia del sector privado generan incertidumbre sobre su impacto real. Sin un sistema de seguimiento riguroso, la implementación del Marco Global de Biodiversidad podría repetir el fracaso de las Metas de Aichi.

 

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) ha concluido con avances importantes en algunos frentes, pero con carencias significativas que ponen en riesgo la implementación del Marco Global de Biodiversidad (MGB). SEO/BirdLife valora la creación del Fondo de Cali, un mecanismo financiero con el potencial de facilitar la movilización de recursos para la conservación, especialmente en los países con mayores necesidades. Sin embargo, la falta de acuerdos sobre financiación global y la ausencia de un sistema sólido de seguimiento y rendición de cuentas amenazan la efectividad de los compromisos adoptados.

Asunción Ruiz, directora ejecutiva de SEO/BirdLife considera que “estamos en un momento en el que el multilateralismo es la única vía para garantizar un mundo en paz y con capacidad para hacer frente a la crisis ecológica y social. Los desafíos globales no entienden de fronteras. La crisis climática y la pérdida de biodiversidad solo pueden afrontarse con la cooperación de todos los gobiernos del mundo. Más necesario aun cuando algunos países como Estados Unidos siguen sin asumir su responsabilidad en acuerdos clave”.

Uno de los logros más destacados de la COP16 ha sido la puesta en marcha del Fondo de Cali, diseñado para canalizar contribuciones voluntarias, especialmente del sector privado, hacia la protección y restauración de la biodiversidad. Aunque su creación es un primer paso importante para reducir la brecha financiera en conservación, aún quedan por definir aspectos clave sobre su implementación, la distribución de los fondos y su gobernanza.

Otro avance significativo ha sido el reconocimiento del papel de los pueblos indígenas y comunidades locales en la conservación, estableciendo un mecanismo de participación más estructurado dentro del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Este reconocimiento es crucial, ya que estos pueblos han sido históricamente los principales guardianes de la biodiversidad y su involucramiento activo es esencial para el éxito de las políticas de conservación.

 

 

Pese a estos avances, la COP16 ha dejado sin resolver aspectos críticos:

  • Falta de un mecanismo de financiación global estable: No se ha concretado el mecanismo de financiamiento global que garantice que los países en desarrollo cuenten con los recursos suficientes para implementar las medidas de conservación comprometidas. Sin financiación predecible y adecuada, el Marco Global de Biodiversidad corre el riesgo de convertirse en una declaración de intenciones sin impacto real.
  • Ausencia de un sistema de seguimiento efectivo: No se ha establecido un mecanismo de monitoreo obligatorio y transparente que permita evaluar si los compromisos adquiridos se están cumpliendo. El fracaso de las Metas de Aichi hace una década demostró que sin indicadores claros ni rendición de cuentas, los acuerdos internacionales pueden fracasar.
  • Dudas sobre el Fondo de Cali: Su carácter voluntario y su dependencia del sector privado generan incertidumbre sobre su capacidad real para canalizar recursos de manera estable y equitativa. Es imprescindible garantizar que este fondo no se convierta en una herramienta de lavado de imagen para grandes empresas contaminantes, sino en una herramienta eficaz de conservación.

 

España debe liderar con hechos, no solo con compromisos

SEO/BirdLife insta al Gobierno de España a asumir un liderazgo real en la implementación de los acuerdos de biodiversidad, asegurando que los compromisos internacionales se traduzcan en políticas nacionales concretas. Para ello, es fundamental:

  • Movilizar recursos suficientes para la conservación de la biodiversidad en España y contribuir a la financiación internacional, especialmente en América Latina y en África.
  • Eliminar incentivos perjudiciales que sigan dañando la biodiversidad, como subsidios a actividades destructivas.
  • Establecer un sistema de seguimiento nacional riguroso, con indicadores claros que permitan evaluar de manera transparente los avances en biodiversidad.

«El tiempo para actuar es limitado. Los compromisos adquiridos en la COP16 deben traducirse en medidas concretas que reviertan la pérdida de biodiversidad y transformen el modelo de desarrollo en uno verdaderamente sostenible. Desde SEO/BirdLife seguiremos trabajando para que la protección de la biodiversidad sea una prioridad real en las políticas ambientales de España y a nivel internacional concluye Asunción Ruiz.

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