Torcecuello euroasiático
Jynx torquilla
El más atípico representante de la familia de los pícidos en Europa es un ave de pequeño tamaño y críptico plumaje que poco tiene que ver con los verdaderos pájaros carpinteros. En efecto, el extraño torcecuello es incapaz de taladrar la madera, carece de algunas de las adaptaciones de los piciformes típicos y se comporta más como un paseriforme cuando se posa en las ramas o corretea por el suelo; sin embargo, conserva los hábitos
trogloditas y una larga lengua con la que asalta los hormigueros.
CAT / Colltort comú
GAL / Peto formigueiro
EUS / Lepitzulia
ENG / Eurasian Wryneck
La especie se está enfrentando a un riesgo alto de extinción en estado silvestre.
Escucha su canto:
Torcecuello euroasiático
Jynx torquilla
Información
Piciformes
Picidae
16-17 cm
25-27 cm
Identificación
El torcecuello euroasiático es un pícido de pequeño tamaño que posee un aspecto característico y notables singularidades morfológicas que lo diferencian de los restantes componentes de la familia, dentro de la cual constituye una subfamilia independiente.
En contraposición a los contrastados coloridos de otros pájaros carpinteros, el torcecuello luce una librea muy críptica, de color pardo grisáceo y profusamente manchada de punteados y barrados, que recuerda inmediatamente a la de los chotacabras o las rapaces nocturnas. La especie no presenta apenas dimorfismo sexual y su aspecto general resulta bastante diferente del de otros pícidos, pues recuerda en ocasiones al de un paseriforme, ya que suele deambular a saltos por el suelo, prefiere posarse en ramas horizontales (en lugar de hacerlo por los troncos) y carece de algunas de las características propias del grupo, como las rígidas rectrices (sustituidas en su caso por largas plumas blandas) y el fornido pico para perforar la madera, algo que el torcecuello jamás intenta (dibujo 1).
Canto
Produce un sonido nasal y lastimero —ki, ki, ki, ki—, que puede parecerse al de otros pícidos e incluso al de ciertas rapaces.
Dónde vive
En el mundo
El torcecuello euroasiático se distribuye por el Paleártico, desde las regiones templadas de Europa hasta las áreas boreales, así como por la mayor parte de Asia hasta Japón, con áreas de cría aisladas en el norte de África y el este de Asia.
Se han descrito varias subespecies.
En España
La especie se encuentra bastante repartida por la geografía peninsular y las islas Baleares, si bien resulta más frecuente en la mitad norte de la Península, buena parte de Levante y Mallorca. Es rara, sin embargo, en la cornisa cantábrica y Galicia, así como en la zona centro (con poblaciones muy dispersas), mientras que en el sur aparece con cierta densidad en algunos núcleos situados en diferentes serranías andaluzas. Falta en Canarias, Ceuta y Melilla.
Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha del torcecuello euroasiático en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.
Más información
Consulta el siguiente enlace para ampliar la información sobre esta especie.
Desplazamientos
A diferencia de otros pícidos, el torcecuello es un ave migradora o parcialmente migradora. Los ejemplares nativos de las regiones del norte y el centro de Europa abandonan las áreas de cría para pasar el invierno en África central y Asia meridional. En otras latitudes, como sucede en España, la especie manifiesta hábitos parcialmente migradores y efectúa desplazamientos de alcance moderado durante el invierno, si bien en algunas zonas de nuestra geografía el torcecuello resulta absolutamente sedentario. La Península y Baleares constituyen habituales áreas de paso para numerosas aves, que realizan la migración posnupcial entre finales de agosto y principios de octubre (aunque a veces esta se verifica más tardíamente), en tanto que el paso prenupcial se detecta ya en el mes de marzo.
Población
En Europa se ha cifrado una población de entre 1,6 y 3 millones de individuos (Lista Roja Europea de Aves 2021), de las cuales unas 180.000 corresponderían a España (III Atlas de Aves Reproductoras de España 2021).
La tendencia poblacional de la especie parece estar en declive. Si bien es cierto que en nuestro territorio parece haber aumentado el área de distribución, los datos arrojados por el programa SACRE arrojan disminuciones poblacionales de en torno a un 40 % en el periodo 1998-2018, siendo los más significativos en la región eurosiberiana y en la mediterránea norte. En otros países europeos como Gran Bretaña la especie se dio prácticamente por extinta en la década de los 1990, y en Suecia y Finlandia sus poblaciones disminuyeron un 50 % a finales de siglo XX.
Cómo vive
Hábitat
El torcecuello euroasiático, como todos los pícidos, es un ave que precisa de una cierta cobertura forestal, aunque, a diferencia de muchos de los integrantes del grupo, no requiere grandes extensiones de bosque maduro para instalarse. Antes al contrario, prefiere las áreas parcialmente arboladas, con sotos, bosquetes isla o dehesas, y se establece de buen grado en huertos, frutaledas, jardines e, incluso, parques urbanos.
Alimentación
La dieta de esta especie se basa, en gran medida, en el consumo de hormigas en todas sus fases vitales, que atrapa gracias a su larga lengua, con la que palpa las galerías, bajo los troncos o entre las piedras.
Además de hormigas, ingiere también un buen número de otros invertebrados, que captura tanto en el suelo como en las ramas de los árboles e, incluso, en vuelo.
Reproducción
Desde el comienzo de la estación reproductora (normalmente en abril o principios de mayo), los torcecuellos se entregan a la delimitación de su territorio mediante reclamos sonoros, así como a la búsqueda de alguna cavidad apropiada en la que instalarse para criar, ya que a diferencia de otros pícidos, son incapaces de taladrar la madera. Para ello, inspeccionan concienzudamente todos los resquicios de la zona que habitan hasta que finalmente seleccionan algún agujero adecuado (por lo común, un viejo nido de pico picapinos o pito real), en el que depositan, sin aportar previamente material alguno, entre 7 y 10 huevos blancos, que serán incubados sobre todo por la hembra. En ocasiones ocupan también cajas nido, madrigueras en taludes arenosos u oquedades en muros.
Los pollos nacen tras una incubación de 12-14 días y permanecen en la oquedad donde nacieron por espacio de 20-22 días, periodo que necesitan para alcanzar su total desarrollo. No es infrecuente que la pareja de torcecuellos acometa entonces una segunda puesta, a veces, incluso antes de que vuelen los primeros pollos de la temporada.
Durante la época de reproducción, el torcecuello se comporta de forma muy agresiva con otros miembros de su especie y también con otras pequeñas aves forestales, en particular las trogloditas, a las que con frecuencia expulsa de sus nidos o cuyas puestas destruye.
Meses en los que se puede ver la especie en España
Amenazas y conservación
La especie se está enfrentando a un riesgo alto de extinción en estado silvestre.
El torcecuello aparece como VU – Vulnerable en el Libro Rojo de las Aves de España (2021). Su nombre aparece en la Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, pero no en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
El principal problema para estas aves reside en la mengua de las poblaciones de hormigas como consecuencia del empleo de insecticidas, lo que también les puede provocar intoxicaciones, y de la intensificación agrícola. Al mismo tiempo, son sensibles a la pérdida de arbolado apropiado en el que instalarse para criar, así como a condiciones meteorológicas especialmente adversas. Esto se traduce en que la población española ha sufrido un declive de 41.1 % en tres generaciones según los datos proporcionados por el programa SACRE. También se ha apreciado un aumento significativo en su área de distribución (33 %). Todo esto podría estar indicando que cierto número de ejemplares se está desplazando a territorios poco favorables para la especie.
Como medidas de conservación se propone revisar la catalogación de la especie a escala estatal e incluirla en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de “Vulnerable” para desencadenar mecanismos legislativos de protección, desarrollar medidas ligadas a los usos agrícolas que permitan la conservación de barbechos para fomentar la biodiversidad, conservar mosaicos de paisajes agrícolas incluyendo grandes árboles dispersos, conservar especialmente ecosistemas forestales de ribera, restricción de plaguicidas y prohibición de insecticidas de amplio espectro, seguimiento de la evolución de la población y de las causas del declive y designación de nuevas zonas ZEPA o ampliación de las existentes para que alberguen mayor porcentaje de los núcleos reproductores.
Especies similares
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