El papamoscas semiacollarado tiene un plumaje intermedio entre el habitual papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca) y el también ocasional papamoscas acollarado (Ficedula albicollis).
En el macho reproductor, la doble mancha frontal es visiblemente más pequeña que la del cerrojillo presente en España (subespecie F. h. iberiae).
El collar blanco retrocede hacia la nuca más que en el cerrojillo, pero sin llegar a cerrar completamente (como sí ocurre en el acollarado), formando el semicollar que le da nombre. No obstante este rasgo es variable y en determinadas posiciones del ave puede llevar a confusión.
Las coberteras medianas tienen el extremo blanco, formando una barra alar superior que se llega a fusionar con su gran mancha alar blanca.
Las bases de las primarias, blancas en las tres especies, forman una mancha bastante mayor que la del cerrojillo y generalmente menor que la del acollarado (dibujo 1).
Las dos rectrices más externas están completamente orladas de blanco, rasgo apreciable si se ve al ave desde abajo, posada o en vuelo. En conjunto, las manchas blancas de la cola son las más visibles de las tres especies, intermedia en el cerrojillo y casi inapreciable en el acollarado.
La hembra adulta es muy parecida a la del acollarado, con la mancha blanca de la base de las primarias y las márgenes blancas de las terciarias, menos patentes. En muchos casos se diferencia bien por la segunda barra alar que forman los extremos blancos de las coberteras medianas, ausente en la hembra del cerrojillo y presente solo en algunos ejemplares de acollarado.
Resto de plumajes aún más indistinguibles, identificables prácticamente solo con el ave en mano.