Garza real
Ardea cinerea
Ave de gran tamaño y aspecto inconfundible, la garza real no es muy numerosa como nidificante en la Península Ibérica, aunque se encuentra en expansión. Es, en cambio, mucho más abundante durante la invernada y los pasos migratorios, cuando muchos ejemplares europeos recalan en nuestro territorio en su camino hacia el continente africano. Durante el invierno, resulta fácil observar a estas garzas, tanto en vuelo como posadas en las orillas de ríos y embalses aguardando el paso de alguna presa, que capturarán con la ayuda de su potente pico.
CAT / Bernat pescaire
GAL / Garza real
EUS / Koartza hauskara
ENG / Grey Heron
Especie abundante y de amplia distribución territorial que, una vez evaluada, se considera fuera de las categorías con mayor grado de amenaza.
Escucha su canto:
Garza real
Ardea cinerea
Información
Pelecaniformes
Ardeidae
84-102 cm
155-175 cm
Identificación
La garza real es un ave de gran tamaño, la mayor de las ardeidas que frecuentan nuestro país, de figura estilizada, largo cuello y coloración general grisácea, con un diseño variable según la edad y la época del año.
Durante el periodo reproductor, la cabeza de los adultos luce una coloración blanca y aparece adornada por una línea negra y un par de largas plumas de este mismo color, en tanto que el cuello, blanco también, se halla surcado longitudinalmente por dos bandas paralelas negruzcas (dibujo 1). El largo y afilado pico presenta un tono rojizo, y las regiones dorsales son mayoritariamente cenicientas, con una llamativa mancha negra en los hombros.
Fuera de la época de cría, el diseño es menos contrastado, sin las plumas ornamentales de la cabeza y con el pico amarillento.
En vuelo adopta la postura característica de las garzas, con el cuello encogido en forma de “S” y las patas estiradas sobresaliendo por detrás de la cola, si bien la garza real resulta fácilmente diferenciable del resto de sus parientes debido a su gran tamaño (dibujo 2).
Canto
Además de producir otras vocalizaciones, fundamentalmente cuando se encuentra en compañía de otras garzas dentro de las colonias de cría, emite un sonido muy característico, como un a aarj, áspero y muy sonoro.
Dónde vive
En el mundo
La especie se encuentra ampliamente distribuida por todo el Paleártico, donde la subespecie cinerea cría en la mayor parte de Europa, Asia y África, incluido Madagascar. Inverna, asimismo, en numerosas regiones europeas, África y el sur de Asia.
Presenta varias subespecies.
En España
La garza real ha aumentado de manera considerable el número de parejas reproductoras en nuestro país, con una estimación de 6.994 parejas en 241 colonias y 44 parejas aisladas en el censo de 2011. La mayor parte de esta población se concentra en Andalucía, Extremadura, Castilla y León y Comunidad Valenciana, si bien su distribución es mucho más extensa. La especie está presente en el delta del Ebro y la albufera de Valencia, así como en pequeños núcleos en otras localidades catalanas y levantinas, en el sureste peninsular y, de forma cada vez más frecuente, en las regiones cantábricas (que ha colonizado recientemente).
Durante la invernada, la presencia de esta garza en territorio español aumenta notablemente, sobre todo en el cuadrante suroccidental de la Península y a lo largo de los principales humedales costeros, y en Canarias puede considerarse regular.
Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha de la garza real en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.
Más información
Consulta el siguiente enlace para ampliar la información sobre esta especie.
Invernada fuerte
Invernada floja
Estival
Residente
Desplazamientos
Las poblaciones más norteñas de la especie son las únicas que realizan migraciones de largo alcance hacia latitudes más cálidas, en tanto que el resto de los reproductores europeos se consideran sedentarios o, a lo sumo, efectúan movimientos de escasa amplitud.
En sus desplazamientos, escogen la Península Ibérica como principal lugar de destino o de paso obligado hacia África. Consecuentemente, en el estrecho de Gibraltar se detecta todos los años entre los meses de octubre y noviembre un importantísimo flujo migratorio de estas aves.
En España, las poblaciones invernales proceden tanto de los contingentes reproductores locales como de otros países del centro y norte de Europa, con una tendencia a que las garzas procedentes del este de Europa invernen en el litoral mediterráneo y las de Europa occidental por toda la península
Por lo que respecta a los individuos ibéricos, estos pueden realizar movimientos dispersivos para dirigirse tanto a otros países de Europa como hacia el continente africano.
Población
En la Lista Roja Europea de Aves 2021 la población reproductora europea se estima entre 492.000 y 700.000 ejemplares maduros, con tendencia decreciente.
En España, que cuenta con 6.994 parejas reproductoras, la tendencia poblacional resulta positiva y en claro proceso de expansión. En determinados territorios españoles como la cornisa norte, el valle del Ebro o la cuenca del Guadiana, el número de efectivos ha aumentado considerablemente durante los últimos años.
Se estima que invernan unos 17.364 individuos en España.
Cómo vive
Hábitat
En la época de reproducción, la garza real frecuenta lagunas, marismas o riberas de agua dulce, siempre que cuenten con vegetación emergente y arbolado próximo en el que instalar sus nidos. Durante el invierno y en los pasos migratorios se muestra muy poco exigente y es habitual que ocupe todo tipo de humedales, naturales o artificiales (arrozales, salinas, canales de riego o balsas de piscifactorías), así como pastizales, prados o playas.
Alimentación
Aunque su alimento básico lo constituyen los peces, el carácter oportunista de esta garza la lleva a incluir en su dieta una gran variedad de vertebrados (anfibios, reptiles, pollos de otras aves o pequeños mamíferos), crustáceos, moluscos, lombrices, grandes insectos e, incluso, materia vegetal.
La técnica más habitual de caza que utiliza consiste en permanecer inmóvil, al acecho, junto al agua, hasta que pasa alguna de sus posibles presas. Una vez localizada, tras un fulminante movimiento del cuello, la pinza con el pico para luego deglutirla.
Reproducción
Durante la época de cría, la garza real muestra un carácter muy gregario y nidifica en colonias a las que se unen otras especies de garzas o, incluso, cigüeñas. Los emplazamientos más habituales para estas agrupaciones (en las que reina una total algarabía) son los pequeños sotos ribereños, así como los bosquetes próximos a algún humedal.
A mediados de febrero, cuando ya lucen el plumaje nupcial, macho y hembra acuden a la colonia y comienzan la reconstrucción del nido que utilizaron en pasadas temporadas con el necesario aporte de palos y ramas. Tras un ritualizado cortejo en el que dominan las contracciones del cuello y son frecuentes las vocalizaciones, la pareja concluye la plataforma, que tapiza con hierbas y hojas. En ella deposita la hembra de tres a cinco huevos de color verde o azul pálido, que son incubados por ambos adultos durante 25-28 días, generalmente desde la puesta del primero.
Los pollos son capaces de desplazarse por las inmediaciones del nido a los pocos días de nacer, aunque seguirán dependiendo durante un tiempo del alimento que les aportan sus progenitores. Al cabo de 45-55 días, con el plumaje completamente desarrollado, las jóvenes garzas ya son capaces de volar.
Meses en los que se puede ver la especie en España
Amenazas y conservación
Especie abundante y de amplia distribución territorial que, una vez evaluada, se considera fuera de las categorías con mayor grado de amenaza.
La garza real está incluida como especie Invernante/Migratoria y Reproductora en la Lista Roja de las Aves de España, con la categoría de LC – Preocupación Menor en ambos casos.
También figura en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Sin embargo, no está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
Los principales problemas para la especie están relacionados con las fluctuaciones de los niveles hídricos de los humedales, la escasez de lugares
de nidificación y la potencial persecución directa por parte de pescadores.