Chova piquigualda
Pyrrhocorax graculus
Habitante de las más altas cumbres del norte de nuestro país, la chova piquigualda es un elegante córvido de carácter confiado y gregario, que se alimenta normalmente de invertebrados, obtenidos en las praderías alpinas y entre las grietas de las rocas. Dado lo poco accesible de los lugares que frecuenta y su adaptabilidad, sus poblaciones no sufren amenazas importantes.
CAT / Gralla de bec groc
GAL / Choia de bico amarelo
EUS / Belatxinga mokohoria
ENG / Alpine Chough
Especie que una vez evaluada, casi cumple los criterios para ser clasificada en una categoría con mayor grado de amenaza y debido a su tendencia, posiblemente los cumpla en un futuro próximo.
Escucha su canto:
Chova piquigualda
Pyrrhocorax graculus
Información
Passeriformes
Corvidae
36-39 cm
65-74 cm
Identificación
La chova piquigualda, de tamaño algo menor que la chova piquirroja, es un estilizado córvido, de plumaje uniformemente negro y brillante, que se caracteriza por poseer un pico amarillo y algo curvado, así como unas patas fuertes y relativamente cortas de color rojo anaranjado (dibujo 1).
Los jóvenes tienen las patas y el pico negruzcos.
En su habilidoso y acrobático vuelo se distingue de su pariente por tener las alas más redondeadas y con las primarias menos separadas, así como la cola más larga (dibujo 2).
Canto
Los sonidos que emite este pájaro son muy característicos, aunque en ocasiones se asemejan a los de la chova piquirroja. En general, resultan muy variados y estridentes, y dependen en todo caso de las actitudes y el estado de ánimo del ave. A menudo durante el vuelo emplea un zirrrr o un ziieh penetrante. En caso de excitación o alarma suele emitir un kruuu algo más profundo.
Dónde vive
En el mundo
La chova piquigualda se distribuye por las zonas de alta montaña de la región templada del Paleártico, desde Marruecos hasta China.
De las tres subespecies conocidas, es graculus la que habita en España, así como en el resto de Europa y Turquía.
En España
Se trata de un ave estrictamente alpina, que se restringe a la alta montaña del norte peninsular, desde la Cordillera Cantábrica hasta los Pirineos, aunque escasea en aquellos lugares donde no aparecen grandes paredes verticales, como sucede en algunos puntos del Pirineo.
Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha de la chova piquigualda en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.
Más información
Consulta el siguiente enlace para ampliar la información sobre esta especie.
Desplazamientos
Es un ave residente en toda su área de distribución, aunque realiza movimientos altitudinales en busca de alimento sobre todo durante el invierno, lo que la lleva a aparecer con frecuencia en las inmediaciones de las localidades de montaña y las estaciones de esquí.
Población
En la Lista Roja Europea de Aves 2021 se estima unas 218.000-550.000 chovas piquigualdas, con tendencia poblacional desconocida.
En nuestro país, según el III Atlas de las aves en época de reproducción en España, se estimaron 10.000 efectivos en 2003. Existen estudios locales que cuantifican en Cataluña unos 1.140-2.640 individuos maduros en 2021, en Asturias unas 1.200-1.900 parejas en 2014 y en País Vasco unas 300 parejas en 2005.
Cómo vive
Hábitat
La chova piquigualda es un ave típicamente alpina, que frecuenta, tanto para alimentarse como para criar, los pisos superiores de las montañas, siempre por encima del límite de los árboles, donde alcanza los 2.800 metros de altitud. En estos lugares ocupa canchales y praderas de alta montaña y utiliza las paredes verticales y las simas como dormidero y lugar de reproducción.
Alimentación
Su dieta es omnívora, si bien en menor grado que en otros córvidos. Durante la primavera y el verano, prospecta los roquedales y prados en busca de invertebrados. Frecuenta junto a la chova piquirroja los pastizales donde se acumulan los excrementos de caballos y vacas, en los que obtiene gran cantidad de larvas y adultos de moscas, escarabajos y otros invertebrados. Ocasionalmente ingiere semillas y frutos. Durante el invierno, se aproxima a las áreas más humanizadas, donde aprovecha la gran cantidad de desperdicios generados por el hombre.
Reproducción
El periodo reproductor de estas aves comienza bien entrada la primavera, normalmente durante el mes de mayo.
Inicia la construcción de los nidos, en general consistentes en desordenadas plataformas con escaso aporte de material, en los más apartados resquicios de las paredes rocosas. Frecuentemente, estas aves tienden a agruparse en colonias de cría.
La puesta consta de tres a cinco huevos de color blancuzco, que son incubados exclusivamente por la hembra durante 18-21 días. Los pollos nacen a finales de junio y son alimentados por ambos progenitores, si bien la hembra tiende a pasar más tiempo con la prole. Tras un periodo que oscila entre los 29 y los 31 días, los jóvenes abandonan el nido, aunque todavía dependerán de sus padres varias semanas más.
A diferencia de otras especies, los inmaduros no se dispersan inmediatamente, sino que permanecen en el seno del grupo familiar de dos a tres años, momento en el que alcanzan la madurez sexual.
Meses en los que se puede ver la especie en España
Amenazas y conservación
Especie que una vez evaluada, casi cumple los criterios para ser clasificada en una categoría con mayor grado de amenaza y debido a su tendencia, posiblemente los cumpla en un futuro próximo.
La chova piquigualda aparece incluida en el Libro Rojo de las Aves de España 2021 como NT – Casi Amenazada, y aparece citada en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, pero no en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Los datos actuales sobre esta ave evidencian un claro declive poblacional y una distribución muy fragmentada. La magnitud de tales factores no es suficiente para incluirla en la categoría de “Vulnerable”. No obstante, si no se toman medidas, en poco tiempo tendrá que ser considerada como tal.
La mayor parte de la población de esta especie se encuentra dentro de espacios naturales protegidos o en áreas de alta montaña escasamente accesibles. Al contrario que para otras aves alpinas, la ocasional presencia de excursionistas no supone un problema en el caso de esta chova, especie muy confiada y capaz de aprovechar los restos de alimento que estos dejan en la cercanía de refugios y pistas de esquí. Sin embargo, las infraestructuras que utiliza este tipo de turismo implican una reducción del hábitat. Además, también pueden verse perjudicadas por la práctica de la escalada en las inmediaciones de sus nidos o de los dormideros comunales. Otra amenaza clara es el cambio climático, ya que no parece que los aumentos de temperaturas la dejen indiferente.