Un artículo publicado en Current Biology explica que el calentamiento global y la expansión de las pesquerías han generado trampas ecológicas para los pingüinos africanos, ya que las características que hasta ahora indicaban abundancia de pesca señalan ahora lugares sin apenas alimento. La situación podría estar replicándose con otras especies y en otras partes del océano.
Los pingüinos están buscando comida donde no la hay. Es la principal conclusión de una investigación, publicada en la revista Current Biology, que atribuye este fenómeno al cambio climático y a la sobrepesca a escala global, cuya acción ha generado auténticas trampas ecológicas para estas aves. SEO/BirdLife alerta sobre la posibilidad de que esta situación esté afectando a otras especies marinas y apremia a nuevas investigaciones en otras partes del mundo.
El estudio, liderado por investigadores de las universidades de Exeter (Reino Unido) y Ciudad el Cabo (Sudáfrica), se ha centrado en los pingüinos africanos, los únicos que habitan el continente. Los ejemplares jóvenes, en su búsqueda de alimento, tratan de localizar áreas del océano con determinadas características –especialmente, aguas con bajas temperaturas y presencia de clorofila- que indican la presencia de grandes cantidades de pescado para comer. Sin embargo, a tenor de los resultados del estudio, esta estrategia ya no es efectiva.
Los rápidos cambios operados en el medio por el calentamiento global y la sobrepesca han provocado que la clorofila ya no sirva como una pista para detectar las zonas con alimento y marque ahora espacios donde la comida escasea. Sin el alimento necesario, muchos juveniles se exponen a la muerte. De hecho, los modelos que presenta la investigación sugieren que la productividad se podría reducir hasta un 50%.
El equipo marcó con emisores satélites a 54 ejemplares de la especie en ocho colonias distribuidas entre Sudáfrica y Namibia, lo que permitió cubrir todo el área de distribución del pingüino africano y analizar el impacto de la pesca industrial y de calentamiento global en el ecosistema de Benguela, una corriente de agua fría que sube por la costa oeste de África hacia el norte.
La investigación apunta que los pequeños cambios producidos en la temperatura y salinidad del agua han generado que las grandes colonias de anchoas y sardinas que antes recalaban en la zona se hayan desplazado hacia el este, lo cual se une a la presión pesquera que están experimentando estas aguas.
“Podríamos estar ante uno de los mecanismos que se habían barajado para explicar la reducción de poblaciones de aves marinas que sin embargo no presentaban problemas de éxito de reproducción, como es el caso de los pingüinos. Sería necesario confirmar que esta situación se replica en otras especies y en otras partes del océano”, explica Andrés Barbosa, investigador del MNCN y vicepresidente de SEO/BirdLife.
Adopta un pingüino
Los pingüinos son la segunda especie de ave marina más amenazada del mundo, solo precedida de los albatros. Con el objeto de protegerlos, estudiarlos y hacer frente a sus amenazas, BirdLife International -la mayor organización conservacionista del mundo y de la que SEO/BirdLife forma parte- ha iniciado una campaña de apoyo. Si quieres y puedes, ayúdanos a salvar a los pingüinos en «Adopta a un pingüino»