Sus hábitos resultan en todo similares a los de la corneja negra. Cría en una gran variedad de climas, desde subárticos hasta mediterráneos y de desierto, y en muchos tipos de hábitat, aunque preferentemente arbolados.

Es una especie omnívora.

Instala sus nidos en árboles y normalmente efectúa puestas de tres a seis huevos.

Se encuentra muy extendida en el Paleártico, desde el centro de Europa y el valle del Nilo en Egipto, hasta el centro de Asia. En Europa sustituye a la corneja común a partir de Irlanda, Escocia, Alemania, Córcega, Cerdeña y la Península Itálica, con una franja donde se produce hibridación a pequeña escala. Las distintas poblaciones pueden comportarse como sedentarias, migradoras parciales o plenamente migradoras, estas últimas generalmente en latitudes norteñas.

Como invernante habitual, la corneja cenicienta llega hasta el norte de Francia, aunque ha tendido a disminuir mucho en los últimos tiempos, y también se ven con frecuencia aves en la Provenza, en cualquier estación y quizás procedentes de las vecinas zonas de cría de Italia.

En España es considerada rareza, si bien existen ya en torno a 40 registros homologados hasta 2018, como refleja el III Atlas de las aves en época de reproducción en España. De hecho, está constatado un caso de reproducción en el delta del Llobregat con un primer intento fallido en 2016, pero con éxito por la misma pareja en los dos años siguientes. A partir de entonces y fuera de la época de reproducción, se observan agrupaciones de hasta siete individuos en numerosas zonas del delta del Ebro.