Es un ave de amplia distribución, originaria de África (Marruecos, Mauritania, Senegal, Guinea-Bissau, Etiopía, Yibuti, Somalia) y sur de Asia (Pakistán, Nepal, India, Sri Lanka, Bangladesh, Myanmar y sureste de China). Se trata de una especie comercializada como ave de compañía, lo que ha dado lugar a un aumento de su área de distribución, debido a fugas o a sueltas intencionadas. De esta manera, en Europa, desde las primeras citas de ejemplares en libertad a finales de los años sesenta del pasado siglo en el Reino Unido, se han ido estableciendo núcleos reproductores, además de en las islas Británicas, en Países Bajos, Bélgica, Alemania, Austria, Eslovenia, Turquía, Italia, Francia y España.

Se reconocen cuatro subespecies.

La primera cita de cotorra de Kramer en España data de 1971. Posteriormente, se localizaron individuos reproductores en Barcelona y Valencia y, desde entonces, las localidades donde cría han ido en aumento.

En nuestro país, se distribuye por las áreas metropolitanas de Barcelona, Madrid y Sevilla, así como por las franjas costeras del Mediterráneo, Andalucía y Canarias.

No se sabe con exactitud qué subespecies se encuentran en nuestro país, aunque se cree que se trata en su mayor parte de manillensis y boralis, procedentes de Asia.

Para más información sobre su distribución territorial y otros datos de interés, consulta la ficha de la cotorra de Kramer en el III Atlas de las aves en época de reproducción en España.

Se trata de una especie sedentaria, no se observan movimientos migratorios ni dispersivos.

La población de cotorra de Kramer no está recogida en la Lista Roja Europea de Aves 2021.

Por lo que respecta a España, en 2015 se estimó una población de unos 3.000 individuos, cifra que se queda bastante corta ante los 3.300 ejemplares censados solo en Sevilla en 2018, donde el crecimiento anual de los efectivos es de un 30%. Otras ciudades también están experimentando este crecimiento, como son los casos de Barcelona, Madrid, Tenerife o Málaga.

Los lugares donde se registran nuevas observaciones de estas aves se constituyen en potenciales núcleos reproductores, lo que implicaría un aumento del número de parejas en un futuro no muy lejano.

La cotorra de Kramer es un ave eminentemente arborícola, por lo que en los lugares de reciente colonización se instala en parques, jardines y campos de golf, así como en las cercanías de cultivos.

Se alimenta de una gran variedad de frutos y semillas, tanto silvestres como de plantas ornamentales.

Nidifica en agujeros de los árboles, generalmente a considerable altura del suelo, tanto naturales como de pájaros carpinteros, si bien puede ocupar también oquedades en construcciones humanas. A diferencia del resto del año, en que se comporta de forma bastante gregaria, durante el periodo reproductor se torna solitaria y territorial, hasta el punto de que los machos pueden llegar a defender el entorno del nido de forma agresiva.

La puesta consta de tres o cuatro huevos lisos, mates y blancos que la hembra deposita sobre una pequeña depresión en el suelo de la cavidad, tapizada con restos de plantas y plumas. La incubación la lleva a cabo la hembra durante 25-28 días. Los pollos son atendidos y vigilados por la hembra durante sus primeros días de vida, en tanto que el macho se encarga del aporte de alimento. Más adelante, los dos miembros de la pareja se dedicarán a esta tarea. Las jóvenes cotorras vuelan cuando cuentan con unos dos meses de edad, si bien son alimentadas por los padres durante tres o cuatro semanas más.