Al enorme incendio de las Hurdes/Batuecas, que lleva ya más de 4.000 hectáreas quemadas, hay que sumar otros simultáneos declarados en la Sierra de Béjar y en la Sierra de Dios Padre, con otras 1000 hectáreas afectadas entre ambos.

Insistimos en la necesidad de adaptar los recursos de gestión de incendios a la nueva realidad derivada del cambio climático y en dedicar recursos a una adecuada prevención, para mantener las masas forestales de los espacios naturales en buen estado de conservación.

El mayor incendio comenzó el lunes 11 de julio por la tarde en la comarca cacereña de Las Hurdes y al día siguiente ya se había extendido a Las Batuecas en Salamanca. Casi simultáneamente comenzaba otro incendio en las laderas de la Sierra de Béjar, muy cerca de Candelario, que se extendió rápidamente hacia Extremadura, ante las condiciones desfavorables de viento y temperatura. Finalmente, el miércoles se reactivó un incendio apagado la semana pasada en la Sierra de Dios Padre, junto a Las Hurdes, que complica aún más la situación de los medios de extinción.

Este conjunto de incendios está asolando más de 5.000  hectáreas  de zonas forestales y matorral de alta montaña afectando, de acuerdo con el análisis preliminar de SEO/BirdLife, a siete espacios de la Red Natura 2000 que albergan media docena de hábitats de alto valor ecológico protegidos por la normativa de la Unión Europea –bosques aluviales de Alnus glutinosa y Fraxinus excelsior (91E0), bosques mediterráneos de Taxus baccata (9580) o brezales oromediterráneos endémicos con aliaga (4090), turberas y hábitats asociados (7110, 7140 y 4020) o formaciones herbosas y prados de montaña (6510), y a más de 20 especies de vertebrados, incluyendo  buitre negro, cigüeña negra, milano real, alimoche común, águila real, halcón peregrino, azor común, gavilán común, águila calzada, abejero europeo, bisbita campestre, roquero rojo, pico menor, ruiseñor pechiazul, lagartija de las Batuecas o narciso asturiano, entre otras.

Preocupación por el buitre negro

Preocupa especialmente el impacto sobre especies que aún tienen a sus pollos en los nidos incapaces de volar, como el caso del buitre negro, con más de 30 nidos en las proximidades de los incendios o ya directamente afectados por los mismos. Se teme la pérdida completa de todos los pollos nacidos este año, dado que los adultos probablemente habrán abandonado la zona ante la magnitud del suceso. El buitre negro cuenta con una población en España que presenta una tendencia positiva en los últimos años, aunque todavía está en la categoría de “Casi amenazada según el Libro Rojo de las Aves; y continúa siendo la mayor población conocida en el continente europeo, último refugio de esta ave carroñera que es además el ave de mayor envergadura de Europa.

El buitre negro, considerado la rapaz más grande de Europa, puede alcanzar los 3 metros de extremo a extremo de sus alas © Tatavasco_web

Buitre negro© Tatavasco

En idéntica situación se encuentran las poblaciones de alimoche común y de cigüeña negra, otras especies que suelen tener todavía a sus pollos en los nidos, por lo que podrían haber muerto allí por causa del incendio o por el abandono de los adultos. Hay que destacar que se trata de dos especies muy amenazadas, catalogadas a nivel estatal como “Vulnerables” en el Libro Rojo y con poblaciones en declive.

Adaptarse a la nueva realidad climática

El cambio climático está ampliando el periodo en el que, por altas temperaturas, sequías, tormentas y vientos, el riesgo de incendios se convierte en crítico. Ya no se puede acotar la temporada de incendios exclusivamente a los meses de verano, y es preciso que las comunidades autónomas, los servicios de apoyo del Gobierno de España y los ayuntamientos, adapten sus sistemas de respuesta contra el fuego a la nueva realidad climática, que ya está aquí.

Un espacio natural en buen estado de conservación y con una adecuada gestión durante todo el año es clave para prevenir y minimizar las consecuencias del fuego, y puede ser fundamental para hacer frente a grandes incendios, los llamados incendios de sexta generación.

“Es imprescindible avanzar en la gestión preventiva de las masas forestales en espacios protegidos. Debe prestarse especial atención al fomento de un mosaico forestal que rompa la continuidad de las masas uniformes, en especial en zonas de coníferas”, apunta Marcelino Cardalliaguet, delegado de SEO/BirdLife en Extremadura; y añade: “Una buena gestión de estos espacios debe también apelar a la participación de la población local en aprovechamientos regulados, que puedan mejorar el estado preventivo de las masas forestales, pero siempre manteniendo sus valores ambientales y la biodiversidad”.

Ahora toda la prioridad está en la extinción de estos devastadores incendios. «Desde SEO/BirdLife y en nombre de nuestros socios mandamos un emocionado apoyo al enorme esfuerzo de las brigadas de extinción y esperamos que no se produzcan graves daños materiales en los pueblos afectados«, añade Cardalliaguet. Después tocará analizar lo que ha ocurrido y dedicar un esfuerzo muy importante a políticas preventivas y a medidas de restauración de los bosques y hábitats que se han perdido, creando un modelo forestal adaptado al cambio climático y a las condiciones naturales de la zona.

Para ello, debe contarse con la participación de expertos, pero también de agentes sociales y de los municipios y vecinos del entorno. Entre todos, deben restaurarse los valores naturales perdidos, pero también debe forjarse un modelo de aprovechamiento y gestión preventiva de estas masas forestales.

Información

Áreas protegidas y espacios de interés afectados:

  • ZEPA: Hurdes
  • ZEPA: Las Batuecas – Sierra de Francia
  • ZEC: Las Hurdes
  • ZEC: Las Batuecas – Sierra de Francia
  • ZEC Sierra de Dios Padre
  • ZEPA Candelario
  • ZEC Sierra de Gredos y Valle del Jerte
  • Parque Natural Las Batuecas – Sierra de Francia
  • IBA: Solana de la Sierra de Gata – Las Hurdes
  • IBA: Peña de Francia

 

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